Evelyn disfrutaba la fiesta, con un vestido que no era blanco, sino color perla y una tiara sobre su cabeza, se sentía particularmente bella y adorable, pero no lo suficiente como para atraer la atención del duque Aldrich quien continuaba mirando hacia una esquina – excelencia.
Gideon giró la cabeza – alteza, ¿le gustaría algo de tomar?
Ella trató de no verse molesta – será un placer.
– Vuelvo en un minuto.
Larry Renoir estaba del otro lado, cerca de una de las puertas que daban al jardín y esperó por Gideon – esto se está volviendo una mala costumbre – susurró.
Gideon no lo escuchó, se escondió detrás de una columna y esperó el momento idóneo para dejar el salón, como era de esperarse la seguridad del palacio aumentó después de su pequeña incursión a la carreta de alimentos y no habí
