“Mi bella dama, ansío poder verla” “Mi bella dama, espero su respuesta” “La espera es dolorosamente dulce, cuando es a usted a quien espero, mi bella dama” Una vez, se consideraba una casualidad, dos veces, coincidencia, tres veces eran demasiadas y cuatro se convertían en una insistencia – ¡mi bella dama!, ¿se refiere a mí? Elsa asintió – tiene que serlo, firmaste como la dama y metiste la hoja dentro de una sortija de madera, ¿no?, mira – señaló la página de la publicación y el dibujo de un anillo – una de las mucamas estaba decorando los floreros del comedor y dijo que probablemente era el mensaje de un hombre a su amante, una mujer casada, por eso el símbolo del anillo como representación de una alianza, fue cuando me di cuenta, el mensaje es para ti. Los argumentos de Elsa tenían