Los tres días transcurrieron muy lentamente, las personas en el palacio por primera vez en mucho tiempo tuvieron que racionar la comida y había rumores en todos los pasillos. Uno de los más preocupantes decía, ¿en qué momento el emperador actuará? Un juicio que ya llevaba tres días desenvolviéndose bajo el ojo público y que directamente acusaba a la emperatriz, ¿en qué momento el emperador enviaría a todo el ejército?, y cuando eso pasara, ¿qué sucedería con ellos? Silvana miró el plato de sopa, a su lado Amelia tenía las manos juntas y los ojos cerrados con mucha fuerza. – Alteza, lo siento mucho, fui una tonta. Los ingredientes para el té que le preparaba por las mañanas eran comprados por lotes, pero Amelia esperaba a que se terminaran para solicitar más, nunca se le ocurrió que es