Gideon apretó las manos en puños. Abrahán Terran, el hombre que estuvo en la aldea de Filzan, acompañó al duque de Diana y uno de los pocos hombres que quedaban con vida, y que causaron la muerte de su hermano. Ese era el hombre que inició ese incendio y mató a su principal testigo. Tenía que matarlo, era lo que Gideon más deseaba y el arma en su mano, era un bastón. Sir Terran se levantó, a su derecha el fuego era imparable y pronto derribaría el edificio, a su izquierda estaba la salida y en el medio, el duque Aldrich, la confrontación era una mala opción, en el trayecto al depósito de evidencia una viga le golpeó el hombro y aspiró demasiado humo, de preferencia Abrahán quería evitar esa pelea. Gideon pensó diferente. – ¡ALTO! Gideon sintió que alguien lo abrazaba, bajó la mirada h