El duque Gideon Aldrich, como todos en la iglesia sabían, llevaba más de una hora atrapado en las calles de la capital, avanzando muy lentamente y su llegada a la iglesia se retrasó. Denis se acercó a Silvana para darle un mensaje – alteza, la señorita Ramses desea verla. Silvana alzó la mirada y se acomodó para que Alanís se sentara a su lado, ella no llevaba velo. – Alteza, lamento interrumpir – se mostró cortes y al segundo de sentarse su expresión cambió – llevo días esperando verte, ¿estás bien? Silvana suspiró – un poco enferma por el viaje, ¿cuándo llegaste? – Vine con mis abuelos, mamá se quedó a ayudar a una empleada que dio a luz hace poco – dijo Alanís refiriéndose a Laura y a su sobrino – y los Constantino llegaron un día después, el sueño de ver a su hijo volver con una m