La princesa Evelyn llevaba un largo tiempo discutiendo con su hermano. – No lo haré – y Jonás respondía de la misma forma. – ¡No entiendo por qué me detestas! – se quejó Evelyn – tienes el poder para adelantar mi boda y no lo usas, estoy harta, yo debería ser su prioridad y me trata como si no existiera, le molesta mi presencia, ¡cómo se supone que viva con él cuando no demuestra que me ama! Jonás admitió que tenía un buen punto y que tal vez, su madre se equivocó, el duque Aldrich no estaba interesado en su hermana – puedo ayudarte a cancelar la boda. – ¿Qué?, ¿por qué haría eso? – Porque llevas un par de días con él y ya estás harta, ¡imagina cómo será el resto de tu vida! Evelyn torció la boca en una mueca – será diferente, una vez que estemos juntos haré que cambie. Jonás soltó