Las manos de Humanidad se apoyaron sobre el piso de la plaza, los adoquines hexagonales de color dorado con el grabado de plumas eran muy antiguos y ella los recordaba desde que era una niña. En ese lugar tuvo su ceremonia de ascensión y fue llamada, “diosa de la humanidad”, madre de todos los mortales, ahí también se comprometió con Tiempo y suplicó, que la dejaran divorciarse de Tinieblas. Y era en ese mismo sitio, dónde todos los ojos la apuntaban – no fue así como pasó, él está mintiendo – apuntó a República y al buscar a sus padres con la mirada, el tono de su voz se volvió más agudo – mamá, por favor. – Te amé – dijo Tierra – no lo merecías, pero lo hice. Fue un comentario agresivo y Humanidad no pudo creer que ella le dijera algo así. – ¡Reconoces las palabras!, te escuché usar