Era difícil no estar nerviosa y Alexa intentó burlarse de ello, porque no estaba en el escenario o en la plaza del palacio del cielo, ella estaba sentada en la segunda fila junto a Guerra y su familia y todo lo que tenía que hacer era mirar la obra en silencio, y aplaudir cuando llegara el momento.
Aun así, no pudo quitarse el nerviosismo.
Durante la pausa intermedia las luces se encendieron y ella volvió a respirar.
– Me acordé en el último minuto – le explicó Guerra susurrando muy cerca de su oído – mi prima era la suplente, lleva meses preparándose y hace un par de días la persona que iba a interpretar el papel protagónico tuvo una caída, ella nos invitó a la presentación.
Un, “debiste decirme antes” quiso salir de los labios de Alexa.
– Sus padres se están divorciando y decidieron
