¿Dormir? Esa palabra ya no era algo que podía poner en práctica. Cada vez que cerraba los ojos, solo veía esos ojos marrones de aquella chica, sus lágrimas, sus gritos, y su mirada llena de dolor. Eso se repetía desde aquella noche, deseó ser ese tipo de personas que al tomar no recordaban nada pero desgraciadamente. Él recordaba todo, con lujos y detalles. Lo cual se volvió una pesadilla real para su existencia. Se adentró a la escuela con un terrible dolor de cabeza, y con un humor que le echaba los perros. Estaba frustrado. Cuando estuvo frente a su casillero, dejó caer su cabeza sobre esta. Se sentía agobiado, sentía que si no decía nada, o buscaba una solución, eso que estaba sobre su pecho, ese peso que parecía el de una montaña, jamás desaparecía. Y terminaría matándolo. Suspi