Ragnar
Era de madrugada, todos estaban profundamente dormidos y me levanté para dar un paseo por el jardín, un hábito que he estado cogiendo desde que llegamos a Irlanda, de alguna manera me hace sentir más tranquila y obtengo un momento solo para mí.
Cuando llego al final del pasillo escucho unas pisadas sutiles detrás y me giro encontrándome con David, quien está sorprendido al ver que lo descubrí, baja un momento su cabeza ocultando su sonrojo y luego me ve fijo como esperando mi aprobación, entonces estiro mi mano a lo que él se acerca a tomarla muy feliz.
Seguimos el recorrido juntos hasta llegar al jardín, por suerte había traído una manta gruesa conmigo y cubrí a David con ella pues estaba haciendo bastante frío, nos sentamos en una silla y él quedó en mi regazo acomodando su cabeza en mi pecho.
—Buenas noches Oz —saludo sin dejar de ver el panorama frente a mí.
—Buenas noches pequeña ¿hace cuánto me notaste? —responde detrás de mí.
—Desde que llegué con David.
Él se sienta a mi lado y mi pequeño lo observa un momento sin moverse de su lugar.
—Me hiciste mucha falta.
—Y tú a mí pequeña, la ciudad se torna aburrida ahora que vives del otro lado del mundo.
—Entonces quédate una temporada con nosotros.
—No, sabes que no lo haré, pero me alegra haber venido, así tuve la oportunidad de verte reunida con tus hijos y espero verte pronto con el siguiente.
—¿Por qué no me extraña de Livi?
—No te enojes con ella, no tiene la culpa de que las escuchara hablar cuando iba a hacer una llamada.
—…Qué casualidad —nos miramos sonrientes y él toma mi mano dejando un beso en el dorso.
Es tan propio de él estar pendiente de mí en las sombras.
—Espero que estés preparada para lo que viene en tu vida Rag, porque a partir de mañana las cosas estarán más movidas.
—Enfrentaré lo que venga con la condición de que estés ahí para curar mis heridas.
—Siempre lo haré mi pequeña, siempre —nos damos un beso suave y profundo, al separarnos acaricia mi rostro y luego mira a David quien no deja de observarnos en silencio.
Es curioso que tuviese celos cuando estaba con Alex y Max hasta el punto de alejarlos, pero aquí no ha hecho un solo movimiento contra Oz.
—Prométeme que cuidarás de ella David, es muy importante para mí y sé que también lo es para ti.
Mi pequeño se sienta un poco más atento en lo que mantenemos una gélida mirada los tres. Es como si él fuese hijo de nosotros, lo que se me hace muy interesante, quizás con el tiempo aprenda qué habita en la mente de él.
—Siempre lo haré, la amo.
Oz se queda mirándolo con una sonrisa demencial cargada de complicidad, y a su vez, cuando ha comprobado algo que ya sospechaba.
—En un tiempo te enseñaré medicina para que aprendas a cuidar mejor de ella, por ahora necesito que te alejes y me lo entregues.
David queda un poco más serio, pero entonces comprende a qué se refiere, me mira y toca mi rostro para después quitarse la manta y entregársela a Oz, vuelve a acomodarse en mi pecho y Oz nos cubre bien a ambos.
—Vámonos a dormir pequeña, necesitan descansar y no quiero que se resfríen, más tarde estará muy movido todo.
—No quiero que se vaya —dice David.
—No te preocupes, me aseguraré de eso pequeño.
(…)
Al día siguiente se despierta Alexandre y va a ver a su hijo quien había pasado la noche con los demás niños, pero fue grande su sorpresa y angustia al ver que no se encontraba en su cama ni en la recámara, los chicos fueron despertando al escuchar los pasos de él y aprovechó para preguntarles por David, pero ninguno sabía nada.
En otra habitación estaba despertando Max, quien al darse cuenta de que Ragnar no estaba en su cama y su lado se hallaba frío, se levantó buscándola por la habitación, pero no la encontró, así que se arregló rápidamente y salió al pasillo al escuchar las voces de Alex y los niños, ambos hombres se encontraron y Max notó la preocupación en el rostro del otro.
—Max ¿de pronto David está con ustedes? No estaba en su cama ni en la habitación.
—No, él quedó con los demás niños cuando Rag los acostó, aunque ahora que me levanté ella tampoco estaba, quizás despertaron temprano y estarán en el jardín o desayunando en alguna parte.
Alex parecía estar un poco más tranquilo con esas palabras, pero conociendo a su hijo temía que quizás se hubiera alejado por su cuenta; puesto que es algo que había empezado a hacer en Italia.
—De igual forma preguntaré al personal para saber si los han visto, gracias Max.
—Te acompañaré, así podemos encontrarlos más rápido.
Los dos hombres apenas dieron unos pasos cuando se encontraron con Oz a pocos metros de ellos, tenía su penetrante mirada de cazador despiadado provocando un escalofrío en ellos, aunque no lo hicieron notar.
—No será necesario que los busquen, Rag y David pasaron la noche en mi habitación y todavía están durmiendo, pueden encargarse de otras cosas en lo que ellos se levantan.
Un mal presentimiento se alojó en ambos hombres al escuchar esas palabras, sabían los alcances de él y el saber que dos de las personas que amaban quedaron en manos de Oz; no les daba tranquilidad, pero tampoco podían hacer nada ni entrar a aquella habitación porque él nunca se los permitiría.
(…)
Max
Nos encontrábamos en el comedor del jardín desayunando, poco a poco fue bajando cada uno de los invitados y una vez nos reunimos todos, Alex y yo nos percatamos de que ellos tres aun no bajaban generando un poco de angustia en nosotros.
—Llevan todo este tiempo con cara de tragedia ¿pasa algo malo? —nos pregunta Livi quien está sentada al lado de Alex y mío.
—No te preocupes es solo…
—Se trata de Oz, desde algún punto de la noche Ragnar y David se levantaron y terminaron durmiendo en la habitación de él.
Me quedé extrañado porque no creí que diría eso a la ligera.
—No me mires así Max, lo mejor es que nunca le ocultes nada a Livi, si hay alguien en quien puedes confiar ciegamente es en ella.
—Gracias por el voto de confianza Alex, pero no deberían preocuparse por nada, si ellos están con Oz han de estar bien.
—¿Sabes lo que pasó en Alemania con él?
—Sí Max, lo sé con lujo de detalles porque él y Marcus me lo contaron, pero eso no quita el hecho de que confío en él, así que al menos confíen en mí cuando les digo que ellos están bien en sus manos.
Quise creer en sus palabras, pero no podía quitarme esa espina, igual fingimos estar tranquilos para evitar preguntas de los demás y continuamos con el desayuno, Nicolay nos miraba con la misma incógnita y Alex le indicó que después hablarían.
Alrededor de las diez de la mañana vimos salir al jardín a Rag con David en brazos, se veían muy felices y estaban conversando no sé de qué, entonces Alex, Nico y yo los abordamos en el acto, les preguntamos por lo ocurrido anoche, pero dijo lo mismo que Oz, aunque era bastante obvio para ella que no estábamos cómodos con la idea de lo ocurrido.
—Ángel no tengo problema en que David esté contigo y lo sabes, pero al menos pudiste decirme, en Italia ha estado escapando en las noches y me preocupé mucho al no encontrarlo —dice Alex en un tono suave.
—El problema no es que él saliera a medianoche contigo, sino que ustedes pasaron la noche conmigo.
Sentimos esa voz resonar tras nosotros, tanto Rag como David se quedaron mirándolo a lo cual les seguimos nosotros dándole paso a esta conversación y él se acercó hasta quedar al lado de ella como defendiendo su lugar ante nosotros, o al menos fue mi impresión, quizás sean los celos y esta extraña sensación las que me hacen pensar así, no lo sé.
—Como pueden ver ellos están muy bien, ya desayunaron, se arreglaron y ahora están con nosotros mucho más descansados.
Ellos se miran mutuamente y David le estira sus brazos para que Oz lo cargue, acto que nos desconcertó por completo, él nunca dejaba que alguien desconocido lo tocara y menos por lo ocurrido hace más de un año, pero igual Oz lo cargó sin problema y el pequeño estaba bastante cómodo en sus brazos.
—Si tienen algún problema con Oz pueden decirlo en este momento, preferiría que dejáramos las cosas claras desde ahora para evitarnos futuros inconvenientes.
La voz de Rag era bastante fría, no recuerdo que alguna vez nos hablara de esa manera o al menos no a mí, todos nos sentíamos impotentes al no poder darles una respuesta o justificación por nuestros actos y pensamientos, pero ellos lo sabían bien.
Fue entonces que comprendimos, primero que nada, que no importa lo que pase; Oz también es parte de su vida y ninguno deberá intervenir contra él, así como ahora parecía ser parte de la vida de David considerando su actuar y segundo, éramos los mayores idiotas al haber hecho esto a pesar de que Livi nos lo dijo en el desayuno haciendo caso omiso de sus palabras.
—Deja a los niños en paz mi pequeña, ya sabes que eso no me importa en lo absoluto, mejor vamos a la cocina que Livi te está esperando ¿Vienes con nosotros pequeño?
Esa fue la manera más sutil que tuvo Oz de dejarnos como idiotas frente a ellos y lo peor es que ninguno puede decir nada al respecto, lo curioso es que David le sonríe dándole una afirmativa con su cabeza y Oz le responde con una sonrisa demencial ¿Qué se traen esos tres?
—Vamos pequeña, sabes que no debemos hacer esperar a Livi —coloca su mano en la cintura de ella sonriendo victorioso.
—Tienen dos opciones y va para los tres, hacemos de cuenta que esto nunca pasó o tendremos una conversación muy seria los cuatro, de ser así, espero que sí puedan darme una justificación válida cada uno que no involucre lo de Alemania o algún otro evento de ese tipo —y con esas últimas palabras de Ragnar los vimos marcharse.
Creo que por primera vez nos metimos en territorio desconocido y terminamos quemados.
El resto de la mañana nos quedamos un poco apartados de los demás discutiendo la sorpresa que teníamos para ella en la noche, pero también pensando en lo ocurrido, debíamos tomar una decisión y era claro que ella esperaba una respuesta.
—¿Así de intensa fue la pelea? —pregunta Ismael quien se acerca con unas cervezas para todos.
—No tienes idea, terminamos en contra de Oz y para colmo frente a Ragnar —comenta Alex.
—Son unos idiotas ¿por qué hicieron eso? —dice más en broma que de insulto.
—Mejor dinos qué tienen ellos dos Ismael. Es que es una relación muy extraña, eso sin mencionar que Oz por sí solo ya es extraño —él medita un poco mis palabras y le da un trago a la cerveza.
—Les sugiero que aprendan a llevarse bien, pero lo estrictamente necesario con Oz, es mejor que no se lo ganen de enemigo o eso les creará también problemas con Rag y siempre tengan presente que esa relación entre ellos es una jodida locura que nadie entiende, así que no se metan en ese asunto, olviden todo y pasen desapercibidos ante ellos.
—¿Cómo puedes decirnos eso? Tú sabes lo que pasó en Alemania hace unos meses y también lo ocurrido hace años.
No sabía a qué se refería Nicolay con eso último, pero estaba igual que él por esa respuesta.
—Lo digo porque conozco a mi hermano y Oz no es una persona fácil de comprender, incluso a mí me tomó varios años conocerlo a profundidad y todavía me sorprende con sus locuras. Así que manténganse al margen de él y dejen de preocuparse que Oz nunca lastimaría a Rag y mucho menos a sus hijos, primero los asesina a ustedes antes de dejar que algo les pase.
Ismael se retiró dejándonos a los tres meditando y debatiendo la situación, si íbamos a unir nuestras familias debíamos empezar con el pie derecho y lo que ocurrió no nos deja bien parados, al final preferimos estar al lado del diablo en vez de atravesarnos en su camino. Livi, Ismael, Ragnar y hasta el mismo David nos dejaron saber que lo mejor era no intervenir en contra de Oz, él contaba con la protección de la familia y ellos siempre lo defenderían, entonces no había nada más qué discutir, tomamos la decisión y fuimos a buscarlos en horas de la tarde para hablar con ellos.
Alexandre
Encontramos a mi ángel junto a Oz, Livi y los pequeños en la cocina preparando todo para la cena de esta noche, en cuanto nos vieron entrar, hicieron que los niños se fueran con Livi para llevar todo al jardín donde haríamos la fiesta de año nuevo, el único que quedó fue mi hijo quien estaba con Oz cortando y comiendo manzanas, así que procedí a hablar.
—Ángel, Oz, queremos pedirles una disculpa por lo ocurrido en la mañana, sobre todo a ti Oz, no teníamos razón alguna para desconfiar, yo menos que nadie cuando conozco a la madre de mi hijo y sé que ella nunca haría nada para ponerlo en peligro.
—En cuanto a mí, creo que me dejé llevar por lo que pasó en el hospital, hubo algo que me causó mucho desconcierto y mi cabeza se hizo ideas erróneas sobre ti, así que también les pido una disculpa —dice Max.
—¿Tienes algo por decir Nicolay? —pregunta Oz.
—Por primera vez puedo decir que el problema de hoy no fue causado por mí, así que no, sabes lo que opino al respecto y ya hablamos hace tiempo lo que teníamos que hablar.
Ellos se quedan mirando como si debatieran la respuesta en lo que nosotros quedamos expectantes.
—¿Qué dices pequeño, aceptamos sus disculpas?
Pregunta Oz a mi hijo con un semblante siniestro y David esboza una sonrisa con la misma maldad haciendo que mi ángel les siga el paso. David niega con su cabeza lentamente y luego nos observa como si fuese a hacer el acto más ruin y perverso del mundo.
—Non, punition pour papa et Max pour se comporter mal avec nous (No, castigo para papá y Max por portarse mal con nosotros).
—¿Cuándo aprendiste a hablar francés?
No quiero saber cómo será la cara de idiota que tengo en este momento al escuchar las palabras de mi propio hijo quien se ha tornado en mi contra… la traición en su máximo esplendor.
—Parece que alguien no presta suficiente atención a su propio hijo, pero como bien dijo el pequeño serán castigados por sus actos y será ese par quienes se encarguen de su ejecución.
Miramos la puerta tras nosotros luego de escuchar las palabras de Oz y encontramos a las gemelas con una sonrisa maquiavélica en sus rostros, veo el rostro de mi ángel esperando que ella detenga esta locura, pero ella apoya su mentón en el dorso de sus manos con sonrisa traviesa y sé que sea lo que sea que estén planeando no será bueno para nosotros.
¿En qué estaba pensando cuando accedí a la loca propuesta de Max días atrás?