41. CONDENA

2503 Palabras
Max —¿¡Qué pasó Ares!? ¿¡Por qué está así!? Empiezo a gritarle mientras corro hacia él, no sabe qué responderme, está en shock como todos, el médico que me ha estado viendo llega a atenderla y dice que debemos llevarla de inmediato al hospital. No me importa lo que me hiciera, pero la quiero con vida, verla de esa forma me destroza por completo. Una de las mucamas trae una sábana blanca que en seguida se barniza de carmesí, la tomo en mis brazos y salimos de la casa con el médico y Ares llegando rápidamente al hospital donde se la llevan en una camilla, sus signos vitales caen enseguida, intentan reanimarla y caigo en cuenta de las sábanas, le digo al médico sobre su tipo de sangre para que envíen a alguien y puedan extraerme dos unidades, él me dice que no será posible puesto que yo también perdí mucha y no estoy del todo recuperado. —Maldita sea, no tengo tiempo, ella no lo tiene —grito eufórico. En mi rabia lo pongo contra la pared amenazándolo con matarlo y Ares nos separa diciendo que haga lo que le digo, el médico acepta y va con Ragnar para salvarla. Yo quedo en la sala de espera con Ares y esta maldita angustia encima, me siento en el suelo percatándome que estoy bañado en su sangre y mis lágrimas comienzan a correr nuevamente al pensar que puedo perderla. —Ares ¿qué pasó? recibí tu mensaje cuando iba camino a casa. Escucho la voz de un hombre, al alzar la mirada noto que tiene un parecido con Ares. —Vino un auto, escuchamos el timbre y al abrir ella estaba en la entrada desnuda con demasiadas heridas, había sangre, mucha sangre —apenas y puede hablar por las lágrimas y el shock. —Tranquilo, todo va a estar bien, ella estará bien es una mujer muy fuerte… tiene que estar bien. Parece que dice esas palabras más para él que para Ares, los dos se sientan y lloran en silencio, una enfermera aparece y pregunta quién es el que va a donar la sangre, me levanto de inmediato y la acompaño a una sala, le suplico que me diga el estado de Ragnar en tanto ella procede a colocar la aguja. —La señorita está bastante grave, estuvo dos minutos muerta hasta que el doctor pudo reanimarla, ha perdido demasiada sangre y por lo que escuché creo que necesitarán varias unidades, ya estamos contactando a otros hospitales para obtener más puesto que una sola no basta. Le digo que extraiga dos unidades de mí y que me encargaré de buscar las otras, ella está en duda, pero le explico toda la situación, al final logro convencerla y hace lo que le pido. Han pasado veinte minutos, hace poco se fue la enfermera con las unidades de sangre en lo que yo me encuentro bastante mareado por lo que hice, pero espero que puedan llegar a tiempo, entonces veo que Ares y el otro sujeto entran rápidamente. —¿¡Qué mierda hiciste Max!? Estás muy débil, puedes morir solo por la estupidez que acabaste de cometer —grita Ares. —Lo que dice mi hermano es verdad Max, perdiste demasiada sangre. —No me importa ella vale más, sé que me dolió lo que me hizo, pero no por eso quiero que muera —digo apenas con la fuerza que tengo. —Ustedes dos son tal para cual, pero mejor vamos a llevarte a una habitación para que puedas recuperarte, por cierto, soy Adler Müller el hermano de Ares. Entre los dos me llevan cargado hasta que vemos una silla de ruedas donde me acomodan y llevan a una habitación, tras hablar con otra enfermera me colocan suero y no sé qué más. —Por favor Ares, necesito saber cómo está. Él me mira un poco dolido, accede a buscar información y quedo con Adler en la habitación. —Mi hermano me dijo que tenías rencor hacia ella al abandonarte y si es así, ¿por qué cambiaste de parecer? —Porque es imposible odiarla, me duele que no estuviera conmigo y que rompiera su promesa, pero no puedo odiarla, la amo demasiado y prefiero tenerla lejos a tenerla muerta. —Entiendo. —¿De pronto sabes lo que pasó con ella en estas dos semanas? —Sí, pero no creo que te guste la respuesta. —No importa si me gusta o no, solo dime la verdad completa. Adler me cuenta que fue junto a Ragnar, Ares y Wesker (cuya historia personal también me relata) para rescatarme esa misma noche, solo me perdieron el rastro algunas horas, pero para mí se sintió más tiempo al perder el conocimiento varias veces, además de las mentiras que me contaba Kathya cuando mencionaba que habían pasado días. Me contó también del trato que esa noche hicieron Ragnar y Ares con él y también que Wesker torturó hasta la muerte a Kathya para quedarse con el poder, lo único que ninguno pudo saber era la oferta que Ragnar le hizo a Wesker. Después de varios días sin saber de ella Adler fue a buscarlo, pero el muy infeliz no dijo mucho al respecto, solo le entregó una carta roja y le explicó que eso es lo que Ragnar le había entregado como pago. —No entiendo ¿y eso qué quiere decir? —Significa que él podía hacer con ella lo que deseara por quince días sin límites ni impedimento alguno, así que en ese tiempo desató los mayores horrores en ella, ya que siempre ha tenido un deseo de poseerla al conocer su historia. Al escuchar todo eso, me sentí de lo peor por pensar que había escapado y me había abandonado, cuando en realidad pasó dos semanas de torturas hasta terminar como la encontramos. —Imagino que esto cambia la perspectiva para ti. —Sí, pero no sé si ella pueda perdonarme cuando ni siquiera yo mismo puedo hacerlo. —Eso tendrás que averiguarlo después, por ahora lo importante es que ella se salve. —Lo que no entiendo es ¿por qué Ares no me comentó nada? —Porque hace poco me enteré de todo, Wesker no me quiso decir nada a la primera y me ignoraba por completo hasta esta semana que me entregó la carta, intenté negociar con él para que liberara a Ragnar, pero no accedió bajo ningún motivo. Sentí un profundo odio en medio de mi dolor y culpa, ese desgraciado tenía que pagar por lo que le hizo. —Supongo que ahora que sabemos quién es el causante de esto, podemos cobrar venganza ¿no es así? —Por desgracia no, Wesker está por encima de nosotros y hay que tener en cuenta que Ragnar se ofreció libre y voluntariamente, si nos arriesgamos a buscarlo para saldar cuentas, entonces terminaremos en una guerra muy grande. —¿Y dejaremos que él se salga con la suya como si nada? —Lastimosamente sí, por eso te digo que ahora lo importante es que ella se salve, de ser así las cosas terminarán bien, de lo contrario, sospecho que la Orquídea irá tras Wesker y con el poder que tiene ahora, no quiero imaginar el desastre que puede llegar a desatarse ni las incontables vidas inocentes que perecerán en medio. No sé cuál panorama es peor en todo esto, pero si hay una incógnita que no hemos podido resolver en este tiempo de espera, es el motivo por el cual ella accedió a tanto, se suponía que solo participaría como un tercero en la negociación y de ser así, no tiene sentido haberle entregado esa carta Wesker, por desgracia los únicos que podían responder esa pregunta tenían sus labios silenciados, ella al luchar por mantenerse con vida y él al estar desaparecido. Transcurrieron ocho horas hasta que al fin el médico nos informó que ella estaba viva, pero se encontraba aún al borde de la muerte. Seguían buscando la sangre y lo único que pude hacer fue llamar a Marcus para que me ayudara con eso, es la única persona que puede mover el mundo por su hija. También pedí que me dejaran verla a lo que accedieron solo unos minutos, al entrar a la habitación de cuidados intensivos estaba irreconocible, su rostro se encontraba muy golpeado, su cuerpo según me dijeron presentaba signos de tortura de todo tipo, cuatro costillas fracturadas, también tenía marcas de cables donde la electrocutaron y los signos de violación en su cuerpo eran de un nivel despiadado, antes era un milagro que pudiese seguir con vida. Ella pasó por todo eso siendo una niña y ahora que por fin era feliz, se repite la historia teniendo que pasar de nuevo por estos horrores durante dos semanas, mientras yo me quejaba por lo que me hizo Kathya unas cuantas horas. Maldición soy un imbécil al pensar todo lo que pensé de ella, me sentía muy mal solo de verla en ese estado, lo único que quiero es que pueda seguir con vida. (…) Han pasado dos días sin mejoría en ella, Marcus llegó con Oz y Nicolay para traer la sangre necesaria y se quedarían con nosotros un tiempo, por supuesto, los tres quedaron tan destrozados como nosotros al verla en ese estado, sobre todo Marcus quien sufrió un pre infarto, Alex por su parte no pudo venir ya que David se encontraba muy enfermo y no quería dejarlo solo, es por eso que llamaba diario para saber del estado de ella. Nos encontrábamos en la habitación de Marcus, él estaba un poco mejor y nos había pedido a los Müller y a mí que entráramos para que les diéramos una explicación de lo ocurrido. Pude notar a los hermanos, pero en especial a Adler, quienes veían con mucho odio a Nicolay y viceversa, no sé qué pasaría entre ellos, aunque está bastante claro que esto terminaría mal. Ares comenzó a relatar los sucesos desde que llegamos a Berlín, lo ocurrido en la ópera, lo que me hicieron y el rescate, luego Adler les contó lo que habló con Wesker. Marcus estaba llorando desconsoladamente y Oz estaba al pendiente de su salud en todo momento, pero no dejaba de vernos con profunda ira. Si algo aprendí de todo lo que me dijo Rag es que debía tener cuidado con él, Oz era un hombre que podía ser encantador, todo un caballero de sociedad y regalarte una sonrisa elegante, pero a su vez, podía estar sacando tu alma si así lo deseaba, es un psicópata en su máximo esplendor. Nicolay por otro lado emanaba una furia descomunal en su rostro y no se hizo esperar, en cuanto Adler terminó el relato este lugar se convirtió en el Armagedón. Romanov parecía cargar en cada mano el peso de la primera y segunda guerra mundial porque se fue a los golpes con Adler y no hubo nada ni nadie que lo detuviese. Entre Ares, Oz y yo tratamos de intervenir, pero ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder, aun cuando Nicolay es mucho más musculoso que Adler, éste le daba una buena pelea, sabía esquivar varios golpes y propinar otros de forma impactante, al cabo de unos minutos varios enfermeros entraron a la habitación para ayudarnos y fue cuando logramos separarlos. —¡Siempre dije que este país era una maldición para ella y ustedes son otra! —espeta Nicolay con furia. —¡No te atrevas a meterte con nosotros Romanov que esto no es como hace años! —¡Esto y ustedes son la misma porquería, no pudieron cuidarla hace años cuando estaban con Alexandre, estuvo a punto de morir siendo una niña por culpa de Ares y ahora ella se encuentra luchando otra vez por su vida, y qué casualidad que justo se repite la historia en este país y con ustedes al lado! Adler logra librarse de su agarre y va nuevamente contra Nicolay quien lo patea y nos empuja a un lado para volver a pelear con él. Nos tomó al menos diez minutos volver a separarlos, esos dos estaban impulsados por un rencor de años además del dolor por los sucesos actuales. —¡Si alguno de los dos se atreve a dar un paso más para continuar con esta pelea, me encargaré de desconectar a Ragnar y mañana mismo estaremos enterrándola entre todos! —se hizo un silencio sepulcral en la habitación al escuchar esa amenaza de Oz. Creo que ninguno se esperaba algo así, pero si había algo en lo que coincidíamos, es que su amenaza era real porque ellos se detuvieron y veían a Oz con miedo. —No te atreverías a hacer eso, no a ella —dice Ares tratando de mantener la cordura por todos. —¿Quieres apostar contra mí? Pocas han sido las veces que he visto a Oz, pero en ninguna vi esa mirada, era vacía, producía un escalofrío mortal que atravesaba todo el cuerpo y más al saber que era capaz de efectuar su amenaza. —Oz, contrólate por favor, no vayas a cometer una locura Veo el rostro de Marcus al escuchar sus palabras el cual reflejaba mucho miedo. —Jamás he cometido un acto cuerdo Jhonson y hoy tampoco será el día —contesta a Marcus para retornar su mirar a los presentes. -Ustedes deciden, dejan esta pelea definitivamente o me encargo de asesinarla con mis propias manos y adiós Ragnar Wintar. Adler y Nicolay levantan un poco sus manos en señal de rendición, los enfermeros no comprenden bien lo que pasa, pero está de sobra decir que el terror y la locura se han apoderado del ambiente. —Está bien, te doy mi palabra de que no continuaré, solo no vayas a hacerlo por favor —dice Adler levantando sus manos en señal de rendición. Oz lo mira y luego pasa a Nicolay esperando su respuesta. —Yo también te doy mi palabra, no continuaré hoy o después, pero deja que viva Oz, te lo suplico —dice Nicolay con el pánico a flor de piel. ¿Qué clase de cosas hay en el pasado de ese hombre para que ellos tengan tanto terror a su persona? —No quiero peleas ni comentarios por parte de nadie, ustedes saben que no bromeo y menos cuando se trata de ella. Una más señores, ¡UNA! ¡y la seguirán viendo en fotos y en su tumba! Con esas últimas palabras él sale de la habitación, hago una seña al personal médico para que salgan asegurándoles de que todo estará bien, aunque ellos reflejan miedo solo por haber visto el rostro de Oz hace segundos, nosotros nos quedamos mirando entre todos, Nicolay se va a un asiento cerca de Marcus y los hermanos van al sofá en la pared contraria. —Max, ve con Oz y no vayas a dejarlo solo por favor que yo me quedaré con ellos —dice Marcus con voz temblorosa.
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