57. ESCOCIA

2992 Palabras
Max Seguimos nuestro viaje por Irlanda visitando varias ciudades y pueblos yde nuevo volví a sentir esa sensación de paz que conocí en Suiza, la naturaleza era increíble, los paisajes sublimes, la comida exquisita y lo mejor era el frío que hacía en el país, ya que me permitía usarlo de excusa para tener a Rag junto a mí el mayor tiempo posible. Algo que me encantaba era ver el atardecer en los acantilados, sentía que ese instante era mágico al ver cómo caía el sol dando paso a la noche para unirse al océano, me sentía igual que Ragnar cuando veía la lluvia caer, simplemente me perdía en esa visión y cuando pasaba, era ella quien me abrazaba por detrás descansando su cabeza en mi hombro. —Parece que encontraste tu refugio. —Mi refugió lo encontré una tarde en un parque de Brooklyn. Nos miramos y ella me da un corto beso haciéndome sonreír. —Creo que debimos empezar el viaje en este lugar. —¿Tú crees? A mí en cambio me parece que vinimos en el momento indicado, de haber venido aquí primero no sería tan significativo para ti ¿no lo crees? Ella como siempre estando cien pasos más allá, por eso la amo, nunca deja de sorprenderme. —Deberíamos probar la altura —dice mirando al vacío. —Si estás proponiendo lo que creo que estás proponiendo, será mejor que te olvides de esa idea. —Vamos Max no seas aguafiestas, conozco ancianos con más sentido del humor que tú. —Qué graciosa, pero no, olvídate que haremos eso. —Te recuerdo que tienes veintiuno, no ochenta y si quieres te presento a alguien de ochenta con muchas ideas locas. —Dudo que sean tan locas como la de tirarse por un acantilado que está demasiado alto y cuya agua debe estar helada —ella da un resoplido y voltea sus ojos. —Bien, como quieras, vamos a casa para calentarnos un poco abuelo. Ojalá hubiese confiado en mi instinto y no en sus palabras, porque luego de creer que la había convencido de no hacerlo, la muy traidora sale corriendo para tirarse y terminar en esa agua tan helada, y yo como un idiota voy tras ella. Me arrepentí al dar el salto, pero cuando salí del agua y recordé el trayecto me hizo sentir increíble, es como si algo en esa caída me hubiese hecho reaccionar, limpio un poco mi rostro y la veo frente a mí con esa sonrisa de travesura. —Estás loca noche ¿cómo pudiste hacer eso? —Tomando impulso, corriendo rápido y dejando de pensar, vamos a la orilla. Nadamos rápidamente y salimos para descansar un poco, el agua estaba increíblemente helada, pero esta vez fui yo quien tuvo la locura de repetirlo y ella, como leyendo mi pensamiento, toma mi mano y volvemos a lo alto para repetir un par de veces más el acto, al final terminamos un poco enfermos por eso, pero nada importante. —Recuérdame mantenerte alejada de los acantilados el resto de tu vida —le entrego una bebida caliente para el malestar y yo tomo otra. —No finjas, bien sabes que te gustó hacerlo —dice con picardía. —Espero que no hagas lo mismo si algún día visitamos el Everest. —No me des ideas si quieres llegar a viejo D’Porti, aunque eso lo hice con Alex. La veo extrañado y a la vez me río en lo que niego con mi cabeza al imaginarlos en esa situación, pero ella levanta sus hombros con una sonrisa pícara y bebe un poco del pocillo. —No sé si quiero saber esa historia. —Es tu decisión, él y yo lo disfrutamos bastante, claro que al final terminó con un dedo fracturado, pero valió la pena. —Están locos, creo que es el único que te acolita ese lado tuyo tan extremo. —Te aseguro que no, hay muchos más osados que Alex —de pronto sentí una punzada en mi pecho y solté sin pensar en un murmuro. —¿Como Oz? —Sí, él fue quien me indujo en eso y ha hecho muchas cosas conmigo. Hubo algo extraño en su tono de voz, algo más profundo, de pronto sentí que esa pregunta rondaba de nuevo mi cabeza, Oz lo dejó implícito aquella vez, pero no sé si quería escuchar la respuesta de ella aunque eso no me detuvo para hacerla. —¿Alguna vez pasó algo entre ustedes? —Han pasado muchas cosas entre nosotros, hasta podríamos escribir un libro ¿pero qué en especial quieres saber? —Sé que es tu tío Rag, pero cuando fue a Alemania con Marcus y Nicolay pasaron algunas cosas que me dejaron pensando, no te había dicho esto porque en ese momento tú eras más importante y solo lo dejé pasar. —Sé lo que ocurrió, él me contó todo, me dijo de la pelea entre Adler y Nick, la amenaza que les hizo, el pre infarto de Marcus e incluso la charla que tuvieron ustedes después de eso —abrí mis ojos bastante sorprendido, no creí que él le diría algo así. No sabía ni cual pregunta hacer después de esa revelación, tenía un remolino de emociones y dudas que se apoderaban de mí con intensidad, pero ella no dijo nada más, solo bebía del pocillo y veía a la chimenea como recordando algo que le traía paz. —Noche, ¿él tiene sentimientos por ti? es decir, ¿te ve como mujer y no como sobrina? —Él siempre ve a las mujeres como mujeres sin importar nada, aunque eso no quiere decir que se aproveche de ellas, eso sería ir en contra de su ética, conmigo por otra parte es una relación de complicidad. —¿Y alguna vez pasó algo entre ustedes? ¿llegó a besarte o no sé, algo más? Sabía lo que quería preguntar, pero no me atrevía, tenía un extraño de temor a la respuesta. —¿Quieres saber si nos acostamos o si él me ama? Nuestras miradas se cruzaron al hacer esa pregunta ¿qué quería saber en realidad de ellos? y más importante aún ¿por qué me importaba tanto lo de Oz cuando conocía su historia con Alex y Nick? —Olvídalo, creo que le doy muchas vueltas a algo que ni siquiera sé. —Entonces te pregunto Max ¿qué te afectó de lo que te dijo esa vez? —No lo sé, creo que fue una mezcla entre la forma de expresarse, el cómo te ve y sus palabras las que causaron estragos, eso sin mencionar que la situación en la que estábamos era bastante mala. —Entonces te sugiero que lo dejes ir, Oz no es una persona en la cual debas invertir mucho tiempo para conocer, él vive entre su martirio y si no es tu interés estar en su vida no debes meterte en ella. Hubo algo en esas palabras que me recordaron a las de él, pero más la forma en que me miraba al decirlas, ellos comparten algo más, lo sé, pero tiene razón, quizás no deba meterme en la vida de él aun si ella es parte de esa ecuación, sería como meter las manos al fuego y considerando su actuar posiblemente no terminaría tan bien librado. No volvimos a tocar el tema después de esa noche ni le di mente a nada entre ellos, así que seguimos disfrutando nuestros días con tranquilidad. No hubo un momento en el que me arrepintiera de haber hecho este viaje, todo valía la pena, desde lo más sencillo hasta lo más complejo de explicar, de nuevo estaba en el paraíso y ahora con la llegada de la última luna llena del año pasaríamos a otro edén… Escocia. (...) Tierras altas de Escocia He conocido tres paraísos hasta ahora y cada uno cuenta con su propia belleza, pero Escocia me regaló algo más que no me dieron Irlanda ni Suiza y eso fue un viaje realmente único con Ragnar, no porque detenía el tiempo o nos hacía viajar al pasado entre sus castillos y paisajes naturales, sino porque en él descubrí mi futuro. Había caído diciembre, pasamos dos semanas en Escocia en los que basta decir que lo surreal podía incluso respirarse en el aire de este país, desde las tierras bajas de Escocia, teniendo a Edimburgo y Glasgow como las ciudades más grandes, hasta las tierras altas, donde todo lo imposible se volvía posible. Disfrutamos de la comida, los bailes y la música típica del lugar, incluso ella nos deleitó con varias piezas en piano para acompañar a algunas bandas que encontrábamos en el camino, también aprovechamos para cabalgar en unos magníficos caballos junto a esos panoramas de ensueño y en las noches o a veces en las tardes que encontrábamos un lugar que nos dejaba realmente sin palabras, ella me contaba alguna leyenda o relato del país haciéndome perder en esas historias. Era hermoso verla perderse en la música, las personas, en todo lo que este país tenía para brindarle, es como si ese lugar estuviera hecho a su medida, como si la hiciera estar en su hogar. Desde que empezó nuestro viaje en Italia hasta ahora, estuve preparando un par de proyectos que me tomaron un poco de tiempo terminar, pero aquí obtuve todo lo que quería y necesitaba, preparando así para los últimos tres días algo especial para ella. En el primer día nos fuimos a cabalgar por todas esas montañas disfrutando del paisaje y bañándonos en ríos, cascadas y lagos que encontrábamos, la temperatura del lugar se acoplaba perfectamente a nosotros, así bajara o subiera siempre era perfecta y para el atardecer, llegamos a un bello acantilado a ver la caída del sol para darle la bienvenida a la luna y las estrellas que iluminarían nuestro camino. El segundo día continuamos nuestro viaje entre el bosque perdiendo el rastro de nuestro destino, pero más que perdernos, nos llevaba a un momento que cambiaría nuestra historia para siempre. En la tarde logramos llegar a la cabaña que había preparado en una pequeña aldea llamada Gairloch, la cabaña era un poco grande para nosotros, pero tenía un propósito esta vez el que lo fuese. Para el tercer día recorrimos la aldea y sus alrededores en una moto que solicité con antelación para hacer este trayecto. Cada espacio que podíamos recorrer con la vista era espectacular y me encantaba más cuando era ella quien me contaba todo sobre los lugares a los que íbamos, ya que era una experta en la zona, su historia y leyendas. —Te creo si me dices que leíste e investigaste sobre este país cuando eras pequeña, pero también lo visitaste ¿cierto? —Sí, de hecho, Irlanda, Suiza, Los países bajos y Escocia son mis territorios, así como los Müller poseen Alemania, Nicolay tiene a Rusia y Alexandre a Italia. —Por eso no encontramos ningún inconveniente en este viaje —Muy inteligente Señor D’Porti —contesta bufona. —Deja de burlarte de mí, no puedo creer que alguien me hiciera sentir tan viejo. —respondo haciéndome ofendido. —Qué dramático —ríe en lo que niega con su cabeza. Me encanta verla tan feliz. —Ragnar… ¿fue por este lugar que escogiste tu nombre? —Sí, en casa leía muchas historias, mitos y leyendas de estos países al igual que Islandia y Noruega, quedaba fascinada por esos guerreros y me gustó ese nombre. —Me gusta, espero que tengas una constelación también para que así pueda decir a todos que tú eres la noche completa con la luna y sus estrellas. —No creo que sea tan así, eso solo lo dices por ser un romántico. —Sí, supongo —sentía que mi corazón se saldría en cualquier instante, pero no había vuelta atrás. Bajo el hermoso manto nocturno iluminado por las constelaciones y la luna llena que brilla por completo para nosotros, decidí que era el momento de hacer la primera parte de la sorpresa, así que la giré quedando de frente mientras nos rodeaban las montañas de un lado y el océano del otro. Sentía que el corazón saldría de mi pecho en cualquier momento, pero mi cuerpo no temblaba, no tenía dudas ni miedo de nada en ese instante. —Rag, hay algo que he querido pedirte desde hace un tiempo, sé que puedo ser muy pesado cuando te expreso el cómo me siento contigo, pero es verdad cada palabra y créeme que me quedo corto. —Max… —Permíteme por favor. Respiro profundo y me arrodillo frente a ella para mirarla fijamente con toda la seguridad del mundo, ella tiene ese semblante serio tan característico donde incluso el aire se congelaría solo con su mirada. —Ragnar Wintar Jhonson, eres la mujer más fascinante que he conocido, posees más de lo que cualquiera podría imaginar, eres una guerrera y una sobreviviente, naciste, creciste y fuiste criada en pura maldad padeciendo los peores horrores y aun así luchaste por salir de allí, pero la vida poco a poco te fue recompensando el amor y la felicidad que no se te otorgó al nacer. Saco una caja de terciopelo pequeña y la abro frente a ella dejando ver un dije de una media luna de oro blanco con una lágrima de sirena en diamantes negros y zafiros. —Por eso hoy, en este maravilloso lugar y en tus propias tierras quiero pedirte no que te cases conmigo, ni que firmes un papel o hagamos una gran fiesta con miles de invitados, sino que pases el resto de nuestras vidas a mi lado, sin títulos, sin reglas sociales, solo tú y yo con la increíble familia que nos rodea y todo lo que conlleva ¿qué dices, quisieras hacerlo? Imaginé este momento tantas veces y creí que los dos sonreiríamos como en las películas románticas, pero ambos teníamos una seriedad que pareciera y nos fuésemos a pelear en ese instante. Ella toma mi mano y me hace levantar sin perder contacto alguno, quedamos en completo silencio escuchando el viento pasar y el mar rompiendo sus olas muchos metros bajo nosotros. —Massimo D’Porti, es una de las mejores propuestas que me han hecho en la vida y ve que han sido varias, pero sí me encantaría tenerte a mi lado cada día de nuestras vidas. De pronto suelto el aire que no sabía tenía retenido y de nuevo reluce esa sonrisa de idiota que ella saca en mí, retiro el collar de la caja, acomodo a un lado su hermosa cabellera que ha decorado con una pequeña trenza y el resto suelto, para colocar la pieza en su cuello. —Ahora Ragnar, tengo una segunda propuesta para ti y creo que temo más la respuesta de esta que de la anterior. Tomo sus manos entre las mías y dejo un beso en ellas, mientras las acaricio vuelvo mi mirada a ella y suelto ese deseo que ha nacido en mí desde hace algunos meses. —Ragnar, me gustaría que empezáramos un tratamiento para formar una familia los dos, tienes una con Nicolay y esas dos maravillosas gemelas, tienes otra con Alexandre y ese pequeño astuto, ahora me gustaría que tuviéramos un hijo por in vitro y de no ser posible entonces adoptemos, puesto que he decidido que si no tendré un hijo biológico contigo no lo tendré con nadie, pero no quiere decir que no podamos adoptar. —Te recuerdo que la historia con Alex y David es una muy diferente —sonrío de lado y niego un poco con mi cabeza. —Repite eso todo lo que quieras noche, pero la conexión que tienes con ese pequeño así no lo llevaras en tu vientre es evidente, es sobrehumana y es maravillosa, además, te recuerdo que Alex te ama y esas dos cosas son motivo suficiente para decir que tienes una familia con ellos. —¿Estás seguro que quieres tener un hijo en este punto de tu vida? Recién llegas a los veintiuno y tienes tu juventud por delante como para amarrarte a una responsabilidad así. —No es la edad noche, es lo que quiero, igual tampoco es que vaya a nacer mañana, no sabemos cuánto tiempo nos tome el tratamiento más el tiempo de embarazo y si no funciona, es buscar a esa persona que compartirá su vida con nosotros, diría que tenemos tiempo para hacer más cosas en el camino, pero dime ¿qué deseas? —Sé que no lo propondrías de no haberlo pensado tanto tiempo y si en verdad estás seguro entonces hagámoslo, solo te pido que si en algún punto te quieres retractar me lo digas sin miedo. —Tranquila, lo haré si llega a pasar pero lo dudo bastante. Al recibir una respuesta positiva a mis dos propuestas, estaba tan feliz que quería tirarme por ese acantilado para sentir más la adrenalina, así que hice algo aún mejor, la tomé entre mis brazos llegando a hacer el amor en ese lugar tan solitario y dejando relucir toda la felicidad que teníamos los dos al empezar algo nuevo en nuestras vidas. Tuve mis dudas por el tema de los hijos y más al ser ella mayor que yo por cinco años, no porque me afectara, sino porque no quería que lo usara de escudo para evitar esto en su vida, pero recordé las palabras de Jimmy y esos pensamientos se desvanecieron por completo. Si los dos queríamos algo y no había nada malo en ello, entonces podíamos conseguirlo juntos. Al llegar el amanecer nos despertamos con los primeros rayos del sol en el horizonte, cuando abrí los ojos y vi todo lo que me rodeaba supe que había encontrado mi hogar y era momento de construirlo para ella, para nuestra familia, una que dentro de poco crecería dejándonos muchas angustias, miedos e incertidumbre, pero también risas, felicidad, plenitud y paz.
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