Max
¿Cómo llegamos a esto? No tengo idea
¿En qué momento terminamos en un lugar así? No tengo idea. Ahora no sé cómo saldremos de aquí sin recibir un maldito tiro.
Jamás vi Bonnie y Clyde, pero por lo que había escuchado en la escuela creo que estábamos en una situación similar, o quizás peor, mucho peor y de repente España parecía un juego de niños en el jardín. Solo espero que Ragnar tenga una buena explicación y un plan para salir con vida.
Bonn, Alemania – Dos días antes
Max
Llegamos a esta pintoresca ciudad con un clima muy agradable, visitamos algunos museos entre ellos el Beethoven-Haus Bonn, el Palacio Poppelsdorf y la Bonner Münster, que es una iglesia de estilo gótico… Hasta este punto todo iba de maravilla, pero al caer el anochecer, sentí que Ragnar estaba un poco distraída y aun cuando le preguntaba qué ocurría, me salía con cosas sin sentido, muy raro en ella que de por sí es bastante directa.
Eran las nueve de la noche, habíamos terminado de cenar y estábamos dando un paseo por el río Rin en lo que llegábamos al hotel cuando noto que un carro nos iba siguiendo, intenté no prestarle atención, pero considerando el pasado de ella y su actitud, sentí que las cosas no serían tan tranquilas esa noche.
—Sirena, no quiero alarmarte y quizás suene un poco paranoico, pero creo que un auto nos está siguiendo desde hace un rato.
—Max ¿alguna vez te has visto en la necesidad de correr por tu vida?
—Mejor dime qué pasa antes de hacerlo.
—Mejor corre todo lo que puedas y luego te digo.
Salimos disparados como si no hubiese un mañana, el auto no se hizo esperar y aceleró intentando alcanzarnos, ella vio una rama grande en el suelo y la tomó rápidamente lanzándola al auto, entonces aprovechamos esa ventaja para tomar otro camino entre las calles.
Rayos, no sabía ni por qué corría, pero íbamos a una velocidad impresionante. Logramos llegar a un parque donde ella tomó uno de los carros y logró hacerlo encender, subimos rápidamente y emprendimos la marcha hasta que dos autos estaban detrás de nosotros.
—Noche, explícame ahora mismo lo qué ocurre —le digo mientras veo que los autos nos van alcanzando.
—Abre el maletín y saca el arma que está en el bolsillo del fondo.
Maldición, hago lo que dice rápidamente, ni siquiera sabía que teníamos un arma y ahora resulta que el maletín tiene un bolsillo secreto. Al tenerla en mis manos ella me indica que se la entregue y tome el volante, sale por la ventana y cual película de acción va disparando haciendo que uno de los autos pierda el control, ella retoma el volante y damos algunas vueltas hasta que tomamos el puente para atravesar el río.
—Rag, ahora tenemos tres detrás de nosotros.
—Y otros dos al frente... Bien, cambio de planes.
—¿En serio? ¿Cambio de planes? ¿Es todo lo que tienes por decir? —pregunto al borde de la desesperación.
—Cariño, no me estás ayudando en nada si gritas así —dice tranquilamente.
—Espera, nunca antes me dijiste cariño —pregunto entre extrañado y feliz.
No sé en qué momento pasé de la angustia por la persecución a este sentimiento.
—Hay una primera vez para todo. Ahora, busca debajo de tu asiento y saca con cuidado el lanzagranadas.
—¿¡Qué!? ¿¡De quién diablos es este auto y quién mierda nos persigue!?
—Max, cariño, haz lo que te digo antes de que ellos disparen.
Saco rápidamente el arma, veo que ellos están listos para dispararnos y de nuevo tomo el volante mientras ella sale por la ventana con el lanzagranadas. No puedo creer que solo con verla así me haga ponerme duro en un momento como este. Da dos disparos haciendo que las granadas detonen entre los autos de atrás dejándonos con los del frente y la veo disparar nuevamente logrando que me excite más.
—Espero que no te enfermes —dice retomando el control del volante.
La miro frunciendo el ceño porque no entiendo a lo que se refiere, hasta que veo los autos perder el control y ella gira rápido el volante haciéndonos caer al río quedando del otro lado de la ciudad.
Salimos como podemos y seguimos corriendo hasta escondernos para poder descansar un momento entre unos árboles, entonces varios autos llegan al puente.
—¿Será que ahora sí me vas a explicar?
—Luego, primero tenemos que alejarnos de aquí.
Después de casi una hora de estar corriendo, logramos llegar a un bar en no sé dónde porque ni sé en qué parte nos encontramos. Todos nos miran extraño y con justa causa, estamos mojados y con cara de haber cometido el peor crimen, ella habla con el bartender para luego ir a hacer una llamada, mientras tanto, voy al baño a intentar secarme un poco además de calmarme luego de lo ocurrido.
No pasaron ni cinco jodidos minutos y al salir, veo a cinco hombres golpeados en el suelo y ella tomando una cerveza con la mayor tranquilidad del mundo, me quedo mirándola esperando una respuesta, pero en vez de eso solo se termina la cerveza de un golpe, deja el dinero en la barra, agradece y toma mi mano para que salgamos. En cuanto cruzamos la puerta siento un fuerte dolor en mi cabeza y todo se torna n***o.
(…)
Abro mis ojos lentamente buscando a Rag, pero no la veo por ningún lado, no sé en dónde estoy, me duele demasiado la cabeza, no sé cuánto tiempo ha pasado, me encuentro en una especie de sótano y empiezo a gritar su nombre.
Un sujeto entra por la única puerta que logro visualizar y comienza a hablar en otro idioma, me recuerda un poco al ruso, pero no estoy seguro, le hablo en alemán pensando que me entenderá, le pregunto por Ragnar y es cuando su semblante cambia a uno de preocupación.
—¿Conoces a Ragnar Wintar? —me dice en alemán un poco enredado.
—Sí, vine con ella ¿Cómo llegué aquí? ¿En dónde estoy? ¿Dónde está ella?
El hombre palidece y llama a otro sujeto, empiezan a tener una discusión y se quedan mirándome con lo que creo es miedo.
—¿De qué conoces a Wintar? —me pregunta el otro sujeto.
—Eso no es asunto tuyo, ¡dime en dónde está!
Me empiezo a desesperar, no puedo moverme por las cuerdas y ellos no me dan respuestas, entonces el sujeto me da un golpe en el abdomen que me saca el aire y otro en el rostro haciéndome sentir la sangre en mi boca. Cuando está a punto de darme otro golpe, escuchamos un tiroteo cerca de nosotros y varios hombres con capuchas van ingresando, veo cómo los asesinan y a mí me dan otro golpe en la cabeza perdiendo de nuevo el conocimiento.
(…)
Maldición ya me estoy cansando de todo esto, siento que la cabeza se me va a partir en mil pedazos. De pronto una gran cantidad de agua helada me cae encima haciéndome reaccionar, cuando puedo observar mejor a mi alrededor veo a muchos hombres armados apuntando hacia mí, al girar a la derecha, veo que Ragnar está a mi lado, tiene un hilo de sangre en su labio, algunas marcas de golpes, su ropa rasgada y está hecha una furia. Apenas logro murmurar su nombre cuando escucho unos tacones sonar, una mujer va saliendo de entre los hombres y se queda mirando a Ragnar con altivez y desprecio, como si hubiese ganado un gran premio, luego se acerca a mí, comienza a pasar sus uñas por mi rostro produciéndome asco y me alejo tanto como me lo permiten las cuerdas.
—Es hermoso tu chico Wintar, creo que lo pondré en mi colección, se verá exquisito en sábanas rojas —pronuncia lasciva y asquerosamente.
—La única mierda que habrá en tus putas sábanas rojas será tu putrefacto cadáver si te atreves a hacerle algo —responde mi noche con unas profundas ganas de arrancarle la lengua.
Solo con ver la cara de ella, es evidente que está a punto de desatarse el peor demonio del infierno.
—Vaya, así de importante es o así de delicioso será en la cama, bueno, eso lo comprobaré después, pero una mirada no hará daño a nadie.
La mujer saca una navaja de su vestido y corta mi ropa dejándome expuesto del torso donde comienza a pasear sus manos. Maldición jamás sentí tanto asco de alguien, lo peor es que por mucho que me mueva no puedo hacer nada para evitarlo. Ella coloca su navaja en mi cuello diciendo que me esté quieto, lo va bajando hasta mi pantalón y cuando está a punto de cortar, Rag hace que se detenga.
—Si te atreves a dar un movimiento más lo vas a lamentar el resto de tu maldita existencia.
La mujer se ríe como desquiciada (y yo que pensaba que eso era solo de películas), luego da un movimiento cortando el cinturón, un poco de la tela y un hilo de sangre se hace presente.
—Te lo advertí.
Ragnar se suelta de sus cuerdas dando una palmada y las luces se apagan, todo es confuso, siento que caigo hacia atrás y alguien está encima de mí, intento moverme, pero no puedo, una lluvia de disparos se efectúa en todo el lugar obligándome a permanecer en ese sitio esperando que los dos estemos bien.
La llamo repetidas veces, pero no contesta, las luces se vuelven a encender cegándome un instante y al ver a mi alrededor, los hombres que nos rodeaban están muertos y encima de mí está aquella mujer, me mira con cara de loca colocando de nuevo su navaja en mi cuello y otros dos hombres se posicionan detrás de ella apuntándome. Sigo la mirada de la loca intentando alejarme del filo y me fijo que Rag la está mirando con profundo odio.
—Un paso más Wintar y tu chico bonito se puede despedir de este mundo.
—No Anykka, tú das un paso más y juro que te torturaré las próximas dos horas lenta y dolorosamente.
La loca sonríe por las palabras de ella y siento el filo atravesar mi piel de forma superficial, la sangre va corriendo, se escucha un disparo y su sangre salpica mi cara, se aleja quejándose por el dolor en lo que sus dos hombres caen muertos en segundos.
—Wintar… por favor… —dice la mujer muy nerviosa.
—No Anykka, tuviste tu oportunidad, pero me aseguraré de que sepas lo que es suplicar de verdad.
Mi chica le da un golpe dejándola desmayada y un hombre se la lleva en su hombro, ella revisa mis heridas en lo que corta la cuerda y limpia un poco mi rostro, pero cuando voy a abrazarla, me da un golpe en la cara dejándome completamente confundido.
—Esto es el colmo D’Porti ¿Cómo mierda te atreves a permitir que esa maldita te toque? ¿Acaso en estos años de entrenamiento no te enseñé nada? —escupe furiosa.
Me abalanzo sobre ella quien intenta alejarme forcejeando un poco, pero logro tocar de nuevo sus labios, me siento mal por lastimarla, pero necesitaba besarla, lo hago con pasión hasta que ella al fin va cediendo a mí y siento sus manos acariciar mi piel.
—Ragnar, te juro que tengo mil preguntas por hacerte, pero dime primero que podemos ir a algún lado a ducharnos; porque necesito quitarme esta sensación tan asquerosa que me dejó esa mujer y dejes tu perfume en mi piel —hablo agitado por el rush de emociones que circula en mi cuerpo.
Sus ojos me dicen que la lujuria se apodera de ella y salimos de ese lugar, subimos a un auto, no sé quién conduce ni me interesa, solo la tengo a ella y la beso con locura. Llegamos a un sitio, me indica que bajemos para entrar a un lugar que no detallo por verla a ella, subimos a un ascensor y la cargo para besarla de nuevo. Ella me va guiando, apenas y veo el suelo para no tropezar con nada, llegamos a una habitación y me dirijo al baño, ella abre la llave del agua mientras la pongo contra la pared rasgando su ropa por completo, no me importa nada ahora, necesito su piel, sus besos y sus caricias.
Al bajarla nos terminamos de desnudar, la pongo de espaldas alzando sus brazos y la penetro sin piedad, está demasiado húmeda, sus gemidos son música para mí, recuerdo cómo se veía disparando en el puente y mi excitación aumenta provocando que la nalguee fuerte hasta dejar mi mano marcada en su piel, recorro con una mano su espalda y con la otra presiono su cadera. Tomo su cuello con fuerza dejando su cabeza hacia atrás y mis embestidas se aceleran aún más hasta que logro venirme dentro de ella, pero sigo estando muy duro. Ella sale de mí pasando su lengua por donde esa mujer me cortó, deja algunas mordidas que me duelen y a la vez me enciende más, necesito sentirla otra vez.
La cargo enrollando sus piernas en mi cintura y la embisto contra la pared con mucha fuerza, beso sus pezones haciéndola enloquecer, ella pone su mano en mi cuello haciéndome mirarla y los dos mordemos nuestros labios, me presiona más y yo la penetro con todo mi ser rasguñando su cadera hasta que los dos llegamos al orgasmo y mi cabeza queda en su pecho con nuestras respiraciones agitadas.
(…)
Estamos en la alfombra de una sala, en algún lugar y en alguna noche cualquiera mientras comemos una pizza con cerveza, el ambiente me hace olvidarme nuevamente de todo, amo esta explosión de emociones que ella provoca en mí.
—¿Ahora sí me dirás qué pasó, en dónde estamos y cuánto tiempo ha pasado desde que salimos de ese bar? Y también quiero saber qué pasó en el bar mientras estaba en el baño.
Ella me observa con esa cara de picardía que me saca la sonrisa de idiota y espero que me cuente todo lo ocurrido en este tiempo.