35. ARES

2264 Palabras
Ragnar —En mi defensa diré que no es culpa mía lo que pasó, yo solo estaba dando un paseo contigo. —Claro, porque Ragnar Wintar nunca provoca a nadie —dice Max con ironía. —En Bonn, los hombres que nos seguían pertenecen a un resentido que rechacé hace muchos años y el auto en el que subimos, le pertenece a un viejo amigo que vive en esa zona el cual visitaríamos al día siguiente. En el bar, esos sujetos terminaron en el suelo porque uno de ellos intentó tocarme el culo y al final acabó de esa forma. Cuando salimos, los hombres del resentido nos encontraron, te golpearon y separaron de mí, la persona que llamé es el dueño del auto, fue a recogerme y te buscamos por todas partes, el problema es que la zorra de Anykka sabía que estaba aquí y fue por ti, así que de nuevo tuvimos que rastrear tu ubicación. Cuando estaba cerca de ti la muy desgraciada nos atacó a Ares y a mí, entonces me secuestraron llevándome contigo y después pasó lo que viste… por cierto, el hombre que le disparó a ella es Ares y han pasado dos días desde la noche del bar. —Maldición ¿Y qué hiciste con la tal Anykka? —Le enseñé a no poner sus dedos en mi propiedad —digo alzando un hombro sin importancia. —Mmm… tu propiedad ¿Y eso de cariño de dónde salió? —¿en serio nos pondremos en estas? Detesto jugar a veinte preguntas. —Deja de blanquear los ojos Wintar, llevo dos días secuestrado merezco explicaciones y más cuando no llevábamos ni un día en Alemania. Escuchamos que tocan la puerta y luego de dar el pase, entra Ares en ese traje gris de tres piezas que lo hace ver jodidamente sexy, coloca una sonrisa tan seductora que me va encendiendo y lo sabe bien, lo peor es que Max y yo estamos desnudos y sé que es peligroso estar así frente a él, pero solo se inclina hacia mí cual león a punto de devorar su presa. —Kätzchen, sabes bien que no debes estar así en este lugar. Alzo una ceja y aprovechando que Max está visiblemente expuesto, me pongo a horcajadas encima de él de forma muy sensual, él responde paseando sus manos entre mis piernas y cadera muy erótico y yo voy paseando las mías por su pecho hasta llegar a su m*****o que va poniéndose duro. Al tener mis senos en su cara; los succiona y da una ligera mordida en uno de mis pezones antes de soltarlo, Ares ante esa imagen suelta una sonrisa lasciva en lo que sus ojos se encienden con deseo. —Kätzchen, eso es muy cruel, te abro las puertas de mi casa aun cuando destrozaste mi auto, ayudo a tu novio a liberarlo de las garras de Anykka ¿y te atreves a hacerme ese movimiento? Qué mala Kätzchen, qué mala. Volteo a ver a Max quien me regala una sonrisa traviesa y con sus dedos me dice en clave morse que siga, Ares se va quitando su ropa en presencia de nosotros mientras nos ve acariciarnos y en esa alfombra fusionamos nuestros cuerpos explotando la lujuria al máximo. Todo era glorioso al sentir la penetración de ellos por separado y juntos, los besos y el juego de seducción eran increíbles. Después del primer tiempo estábamos tomando un descanso, Ares se servía un trago de whisky, Max estaba acostado en la alfombra y yo estaba sentada a su lado, pero al ver los ojos de Ares sabía que me haría esa petición que tanto ansiaba. —Kätzchen, ¿crees que sea posible? —Eso no depende de mí y lo sabes. Max Ellos se quedan mirándome haciendo que mil cosas pasen por mi mente. —¿Qué pasa? —pregunto un poco incómodo. —Max, cuando estabas en la colina de Alá ¿qué tanto experimentaste? —me pregunta Rag con suma curiosidad... sé que algo se traen entre manos esos dos. —Básicamente lo que viste esa noche con Luna usando diversos objetos e intensidades ¿Por qué? —¿Luna fue la única que estuvo contigo? —No, muchos pasaron por mis manos, incluso Luna y yo estuvimos con otros hombres y mujeres —al decir eso, noto que el rostro de ambos se torna maquiavélico… ¿En qué mierda voy a terminar metido ahora por esta mujer? Los dos se acercan peligrosamente como si fuera su presa y sin que lo espere, ambos comienzan a besarme el cuello y van bajando de una forma increíble haciendo que una corriente se pasee por mi cuerpo sin cesar. Al llegar a mi m*****o, que está más que listo, lo lamen tan jodidamente genial que no puedo evitar gemir, van aumentando mi placer con sus movimientos, tomo el cuello de ambos con intensidad para que no se detengan y cierro mis ojos dejándome llevar. Siento que solo uno me está haciendo el oral y escucho la voz de ella en mi oído mientras lo lame provocándome aún más. —Max, mi océano ¿tendrías algún problema en penetrar a Ares? Al escuchar sus palabras me siento en el acto mirando a cada uno, ella queda acostada apoyando sus codos hacia atrás, pero al plantar mi vista en Ares, quien está arrodillado, lo tomo del cuello besándolo apasionadamente, a medida que voy descendiendo escucho sus suaves gemidos, su respiración agitada y mis manos se pasean entre su espalda y su pecho. Bajo la mano hasta llegar a su m*****o que está bastante duro y comienzo a masturbarlo, todo eso a la vista de mi sirena quien sonríe por el acto. Sin que él lo espere, le doy una nalgada y lo empujo un poco haciendo que su rostro quede entre las piernas de ella y su culo frente a mí, me pongo un condón y lo sigo masturbando mientras preparo la zona, me inclino para besar su espalda haciendo que sienta mi erección, en tanto él, besa las piernas de ella hasta llegar a su centro produciendo que sus gemidos resuenen entre las paredes. El sonido de su voz me excita más haciendo que deje de pensar y me deje llevar arremetiendo contra Ares de una sola embestida, él gruñe fuerte y como reflejo de mi acto muerde a Rag en el interior de su pierna incrementando su placer. —Eso no se hace Ares, a las damas debes tratarlas con delicadeza. Comienzo a moverme en su interior sintiendo cuan apretado es, se nota que tiene encuentros de este tipo, pero no suelen ser seguidos o intensos, lubrico un poco más y él obedeciendo a mis palabras continúa besándola hasta llegar nuevamente a su centro. Las cosas se ponen más calientes haciendo que todo se intensifique, masturbo a Ares en lo que penetro con más fuerza y él le da placer a ella con su boca y sus dedos, seguimos de esta forma hasta que logramos llegar los tres al orgasmo y finalmente nos quedamos dormidos en el cuerpo de ella. (…) Ragnar Abro mis ojos percatándome que ya es de día, el aroma a café inunda el lugar y me levanto con cuidado para no despertar a Max, tras asearme un poco, voy a la cocina donde encuentro a Ares sirviendo mi café y entregándomelo con un beso en la mejilla que nos saca una sonrisa. —Buenos días Kätzchen. —Buenos días, hace mucho no te veía tan feliz. —Eso pasa porque no me visitas con frecuencia, pero lo de anoche también tiene algo que ver —reímos un poco solo de recordarlo. Definitivamente Max nos dejó sin palabras, creímos que nos daría una negativa, pero al parecer Luna y Drak lo entrenaron muy bien, eso sin mencionar que es un hombre que ha explorado abiertamente su sexualidad. Me pregunto qué más estará ocultando mi océano. —Gracias otra vez por ayudarme con Max. —Sabes que haría lo que sea por ti y Alemania siempre estará a tus pies… majestad —guiña un ojo con picardía y río al recordar eso. —Tú definitivamente no cambias ¿y cómo me vas a cobrar el favor? Su semblante cambia significativamente, deja nuestros pocillos a un lado para acomodarme sobre el mesón quedando él entre mis piernas. —No sé si sea posible, pero espero que sí… Han estado liberando una sustancia nueva en un par de ciudades que ha acabado con la vida de muchos… niños incluidos, pero adquirirla no es fácil, no se conoce al proveedor y por desgracia solo hay una persona que, según dicen, puede darme esa información. —¿Y dónde encajo yo? —En que me ayudes con la negociación, sabes bien que él no es cualquiera, pero el maldito tiene la información que necesito. Entrecierro mis ojos pensando quién puede ser la persona; cuando él coloca un semblante que solo le he visto poner con una persona dándome la respuesta que necesitaba y a su vez, tensándome solo de recordarlo. —Ares me estás pidiendo demasiado, si hago eso pensarán que volví a la Orquídea. —Lo sé kätzchen, créeme que lo sé, pero no se me ocurre otra opción, por sí solo sé que él no me entregará la información o intentará timarme, pero si te ve será diferente. —Y tu plan es usarme como cerdo para el matadero, excelente. —No kätzchen, solo quiero que vayas conmigo participando de la negociación como externa y ya, yo me encargaré de lo demás —suelta un respiro con pesadez. —Sabes que si no fuese importante no te lo pediría y desde lo ocurrido contigo no puedo quitarme algunos demonios de encima, solo quiero crear un antídoto y venderlo para seguir evitando esta desgracia… Hablamos de personas inocentes Rag, no son mafiosos, asesinos, ni nada parecido. Realmente es importante para él si llega hasta ese punto de la preocupación. De pronto las últimas palabras de Alex vienen a mi mente aumentando mi conflicto, puesto que hacer esto es peligroso, en especial porque Max está con nosotros y es su vida la que no quisiera volver a poner en riesgo, pero también es peligroso dejar una sustancia de ese calibre suelta sin un antídoto. —¿En dónde será la reunión? —Berlín, pasado mañana al anochecer. Se inclina un poco más hacia mí dejando un pasional beso en mi cuello, su mano se pasea en mi cintura y luego se aleja mostrando unos tiquetes. —Espero que todavía te gusten estos espectáculos. Observo con atención de qué se trata y una sonrisa se dibuja en ambos, a la vez que me quedo pensando el motivo por el cual tiene cuatro entradas en vez de dos. —¿A quién más invitarás? —Sasha, ella será la distracción en caso de ser necesario y el cuarto puede ser para Max, ya que será una negociación rápida podemos ir después a otro lugar los cuatro. —¿Y si las cosas se ponen mal? —Entonces esperemos no tener que llamar a la caballería o habrá muchos problemas. —Vamos a comer mejor y a planear esto con más detalle, sabes que no me fio de ese sujeto, en cuanto a Max, es mejor que no sepa mucho y menos después de lo ocurrido estos días, Alemania es otro nivel. —Gracias Kätzchen. —Solo una cosa Ares, pase lo que pase él será de máxima prioridad y tú deberás darle toda la protección necesaria sin importar nada, esa será mi única condición. —No te preocupes, lo protegeré de quien sea y le brindaré todo el apoyo necesario. Nos fundimos en un fuerte abrazo al saber que la tormenta que se avecina será fuerte, pero alguien debe hacer el trabajo sucio y ese es uno de los objetivos de la Orquídea, uno en el cual he seguido trabajando bajo cuerda desde mi retiro. (…) Max Me despierto y noto que ya casi es medio día, ninguno de los dos está a la vista, me pongo de pie para ir al baño y después los busco alrededor hasta que escucho sus voces, llego a la cocina donde están sirviendo la comida y ambos me saludan con entusiasmo. —Buen día Max —saluda Ares con una cálida sonrisa. —Buenos días —respondo de igual forma. Rag se acerca y me da un beso que me hace estremecer. —Siéntate y come algo. —Podían levantarme, les habría ayudado a preparar la comida. —No quisimos despertarte, así podías recuperar energía luego de estos días tan agitados –responde Ares. Me siento con ellos en la barra y no fue sino hasta dar el primer bocado que me percaté de cuán hambriento estaba, ellos me veían muy sonrientes, no dijimos una palabra, pero igual el ambiente se sentía ameno. —Max, he estado pensando que podemos pasar hoy y mañana recorriendo la ciudad, ya que se perdieron de tantas cosas en Bonn, al menos pueden aprovechar la estadía aquí ¿Qué dices? —Digo que no tengo ni idea de en dónde estoy, pero ese plan suena muy bien. —Excelente, entonces terminamos de comer y nos arreglamos para salir, tengo algunas sorpresas preparadas para ti. La cara de esos dos es la misma que me dieron anoche cuando Rag hizo su petición, pero considerando que todo salió bien supongo que una salida no nos caerá mal… o al menos eso espero ya que no quiero estar en otra persecución por ahora.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR