33. A MI LADO

2532 Palabras
Max Ahora nos encontramos en Suiza, este país fue algo que pensó Rag considerando la carrera que escogí y donde estuvimos una semana viajando en el tiempo, porque sí, así se sintió al ver la arquitectura en las ciudades principales y los pueblos que recorrimos, es hermoso a donde mires, la tranquilidad y el aire al respirar es indescriptible, era el lugar que necesitábamos después de tanta acción en España. —Gracias por traerme aquí noche, esto es maravilloso. —Me alegra que te guste. —Aunque, sé honesta conmigo, me trajiste por los paisajes y la arquitectura, pero también querías venir por el chocolate ¿no es así? —Te amo D’Porti, pero me amo más y si buscas un culpable se encuentra en las Islas Canarias tomada de la mano de Marcus pasando su luna de miel —responde en lo que da otro bocado a su postre de chocolate suizo triple con una felicidad que no se la quita nadie. Es increíble el poder verla así, a veces quiero pensar que al comer cosas dulces es esa pequeña niña feliz que nunca pudo ser. Gestos tan sencillos o insignificantes para otros lo eran todo para mí, como el verla comer esa torta con tanta dicha que hasta dejaba rastros en su boca, dándome pie para besarla y degustar los matices de sabores en sus labios junto a una sonrisa por parte de ambos. Además de la gastronomía tan variada del país, también aprovechamos para hacer varias caminatas ecológicas, era sublime el perdernos de la humanidad en las maravillas de la naturaleza, así como yo me perdía en cada parte de su cuerpo. —Creo que lo decidí, para mi retiro quiero vivir en un lugar así, no digo que este sea exactamente el sitio, pero sí con una vista como esta. Veíamos en lo alto de una montaña un cielo muy azul, las montañas verdes y blancas extendiéndose más allá del horizonte, los bosques que te invitan a perderte en historias fantásticas y un pequeño pueblo que parece sacado de algún libro infantil. (…) Dos semanas en total que vivimos nuestra propia historia de fantasía, un país que parecía el edén y la mujer más fascinante del mundo a mi lado, esto es la gloria. Hoy era nuestra última noche, decidimos pasarlo en una cabaña en medio del bosque a lo alto de una montaña y tomamos un vodka para calentarnos de los dos grados centígrados junto a la chimenea. Ella veía por la ventana como buscando algo en la oscuridad, parecía un animal nocturno al acecho. Me acerco a ella para recostarla en mi pecho y sentir su fría piel bajo una enorme cobija. —Últimamente hueles bastante a chocolate. —Te dije que era mala idea venir a Suiza, ahora enfermaré con todo el dulce que he comido —me dice con entre inocente y pícara. Esa faceta de niña traviesa siempre me encantó en ella. —Noche, tengo algo para ti, estuve buscándolo un buen tiempo y al fin di con lo que quería, solo modifiqué una cosa. La abrazo más fuerte como evitando que algo malo le pase, acaricio su rostro en lo que retiro su cabello a un lado y empiezo a cantarle a su oído By my side de Matty Mullins We take long drives, no destination in mind, and I don't care where we're going as long as you're by my side. Right by my side, it's so right, I found the missing piece to my puzzle, the first time I saw those dark black eyes. Now everything I dream of you bring to life, I am yours and you are mine. You complete me, I'm completely satisfied, as long as you're by my side. The way you make me feel is so hard to describe, it's like I'm living in a picture perfect romance, every time your lips touch mine. It blows my mind that even after all these years I still feel like I can take on the world when I wake up with you by my side. Ella se voltea mirándome con un mágico brillo en sus ojos, yo no dejo de cantar en ningún momento, se acomoda a horcadas sobre mí y la abrazo acercándola aún más. I'll give you everything I am until death do us part, you're my best friend. I'll give you everything that I am, Until death do us part and we meet in heaven again. Right by my side, it's so right. I found the missing piece to my puzzle, the first time I saw those dark black eyes. Now everything I dream of you bring to life for the rest of time I am yours and you are mine. —Esa canción expresa todo Ragnar, absolutamente todo, aunque haré el reclamo al artista por el color de ojos —ella me mira de una forma indescifrable. —¿No dirás nada? Sé que soy un pésimo cantante, pero al menos di algo. Intento bromear para calmar los nervios que se han generado a raíz de su silencio, aunque su rostro no quita el brillo que acelera mis latidos. —Es que no tengo palabras, siento que decirte gracias o un te amo no son suficientes. ¿Acaso podía ser más feliz en este instante? Creo que no, porque ella con su respuesta ensanchó mi sonrisa provocando a mi corazón latir desbocado. —Tú eres la única que puede hacer que sonría como un idiota y si no tienes palabras, entonces exprésalo con tus actos, así sabré lo que me quieres decir. Su respiración era suave y profunda, me sentía nervioso, es como si diera ese primer beso que le robé hace años aunque esta vez veía sus ojos. Al tocar mis labios fue diferente ¿sublime? ¿mágico? ¿celestial? no sé, no hay palabra, no existe una que describa este momento, no era el cielo, ni el infierno, ni el bosque o la cabaña, era mucho más, era indescriptible. Ella retira el cobertor y nuestras manos se pasean como si fuese la primera vez que estamos juntos, exploramos nuestros cuerpos con calma y deseo, pero no el deseo del éxtasis, sino el de recorrer mil vidas juntos, cada beso y caricia lo damos con los ojos abiertos. Era una complicidad por desnudar el alma del otro, su cuerpo era el Amazonas y yo era un extranjero con aires de conquistador, mi lengua se paseaba en el valle de su pecho, deleitándome desde la base hasta la lava de placer en sus volcanes y su mirada lujuriosa encendía mi ser. Ella pasaba sus manos por mi cabello profundizando ese beso en sus senos, guiándome en intensidad y ruta, sus gemidos hacían acto de presencia y sentía que la amaba más que hace cinco minutos. —Max, no te atrevas a hacerlo. Levanté mi rostro con una sonrisa confirmando que lo haría, pagaría las consecuencias de mi provocación y ella lo sabía, su mirada se tornó en dos agujeros negros y yo encantado me dejé llevar por ellos y por la calidez de su frialdad. —Me atrevo y lo haré las veces que quiera Wintar. La besé con euforia, nuestras lenguas enloquecieron, mis manos recorrían su espalda con firmeza, es como si quisiera quitar un abrigo en ella. Bajé hasta su trasero y lo levanté con fuerza para unirme a su ser, ella mordió mi labio en cuanto sintió mi m*****o soltando un gemido exquisito, mordí con necesidad su cuello, sus hombros y senos, mis manos y sus caderas danzaban de forma perfecta. La separé un instante para hacerla quedar de espaldas, me arrodillé y la atraje hacia mí perdiéndome nuevamente en esa grieta volcánica, llevé sus manos hacia atrás penetrándola con intensidad, quería sus gemidos al máximo hasta ensordecerme y bañarme en el néctar de su placer. —No te detengas —dijo apenas entre gemidos y mordí su lóbulo. —Jamás lo haré noche. La inclino para dejarla en cuatro sin salir de ella y arremeto de forma bestial hasta llegar a ese increíble espasmo, pero mi cuerpo no quiere detenerse, me exige más. Sus paredes se contraen alentándome a perderme en las profundidades de sus tierras dejándola boca arriba y nuestras bocas entran de nuevo en guerra para introducirme una vez más. ¿Algún día me cansaré de esto? No, claro que no y el día que lo haga es porque ella no estará a mi lado. Acomodo sus piernas en mis hombros y soltamos profundos gemidos con cada vaivén, sus uñas se abren paso hasta llegar a mi alma, así como yo me abro paso para llegar a la suya. No hay palabras, solo esta increíble sensación que transitó de lo idílico al ímpetu y entonces… perecimos. Luego de tan increíble encuentro la tenía sobre mi pecho durmiendo plácidamente, estaba agotado, pero verla dormir es un regalo muy bello que atesoro siempre que tengo esta oportunidad. La amo tanto que no sé qué haría sin ella, mi vida está completa con su presencia y a su vez siento que algo más falta, pero ya lo descubriría en su momento. Este viaje ha resultado más prometedor de lo que alguna vez llegué a pensar, pues en Italia obtuve la visión de una familia, en España enfrentamos el miedo obteniendo mayor confianza y en Suiza el amor fue nada comparado con lo que sentimos, esto es más que amor, es una palabra que no encuentras en ningún diccionario y tampoco con cualquiera. No sé cuántas vidas debí pasar para llegar a este instante, pero volvería a pasarlas con tal de que ella esté al final esperando nuevamente por mí para estar a su lado. (…) Sicilia, Italia – Dos días después Alexandre —Señor, ya está listo su encargo. —¿Y ella? —En este momento está aterrizando su avión y ya tengo a cuatro hombres esperándola para traerla. —Muy bien, no olvides lo que te dije Piero. —No se preocupe que todo está asegurado, solo es cuestión de dar la orden. Veo el hermoso panorama a través del ventanal en lo que bebo el último trago de whisky, Piero sale del despacho y escucho la voz de Iván junto a los pequeños pasos de mi hijo, unos que ahora me parecen más grandes a lo que estaba hace dos meses. —Ya estamos listos ¿Todo seguirá cual lo acordado? Al girarme, mi pequeño suelta la mano de Iván para venir corriendo hacia mis brazos donde lo levanto dándole un beso en su mejilla. Desde que se separó de mi ángel ha estado un poco triste, pero al mismo tiempo lo noto más fuerte y feliz, es como si ella le hubiese dado vida en ese viaje. —Así es, ve con David a la mansión y espérenme allá, los alcanzaré al amanecer. —De nuevo le pido una disculpa por lo ocurrido, era mi deber protegerlo y les fallé —expresa sumamente afligido. —No Iván, es mi hijo y mi responsabilidad, tú cumpliste con tu deber, pero te agradezco más el que estés siempre como su sombra y su amigo, te debo mucho y por eso no te culpo, no esta vez. —Gracias, aunque eso no quita todo lo que fallé. —Tal vez no, pero el hecho de que te quedaras aun después de finalizado tu contrato debería ser suficiente; porque sé que estás hoy con nosotros por deseo y no por deber. —Ustedes son como mi familia y siempre podrán contar conmigo. —Y tú con nosotros Iván, ahora te pido que te retires y lleves a David contigo, hazlo sonreír recordando lo que vivimos estos meses con su madre… y su otro padre. Mi pequeño me queda mirando con una enorme sonrisa en cuanto menciono a su madre, porque para él, no hay mayor motivo de felicidad que ella. Iván por otra parte me mira sorprendido por mis últimas palabras, pero sonreímos con fraternidad, asiente con su cabeza y sale del despacho con mi hijo en brazos. A los pocos minutos los veo llegar al auto, David se despide regalándome una sonrisa y moviendo su brazo con energía, le respondo de la misma forma y los veo marcharse del lugar. Sé que todo será diferente desde hoy y más por la promesa que le hizo mi ángel, antes de volver a Sicilia ella alegró nuestras vidas prometiéndole a mi hijo que siempre estaría con él y que pronto nos reuniríamos nuevamente. Ahora tengo mayor seguridad en que estoy a un paso de darle a mi pequeño lo que más anhela en todo el cosmos. (…) —¡DÉJENME SALIR! ¡AYUDA! —Grita todo lo que quieras Claude, pero nadie te escuchará en este sitio, ahora solo somos nosotros tres, bueno… y este bello obsequio de mi ángel, uno que preparó especialmente para ti y Katherina. —Alexandre te lo suplico soy la madre de tu hijo, gracias a mí cumpliste tu sueño, por mí tienes tu descendencia, perdóname y recuerda los buenos momentos que vivimos. —Me das asco Katherina y de toda esa frase no sé qué me produce más ganas de vomitar, pero te aseguro que hoy les haré sentir el dolor que le provocaron a mi familia y en especial a MI hijo, porque él no es nada tuyo. —Alexandre, por favor —suplica la muy maldita con lágrimas en sus ojos. —Oh no, no Katherina, tu solo fuiste el vehículo para llevarlo, así como también fuiste la causante de tu propia desgracia, tuve todas las intenciones de dejarte vivir bien, con dinero y un futuro próspero, pero lo arruinaste, jodiste tu vida por tus propias acciones. Oprimo un botón haciendo que los cuerpos de esas escorias se vayan acomodando en las camillas, aseguro bien las cadenas a estas y sonrío para ellos. —¿Querían estar juntos? Pues ahora lo están, vamos a ver qué tan bien se mueve la zorra de Babilonia. Me alejo unos pasos y tomo asiento en lo que sirvo un vaso de whisky, esto será todo un deleite para mí. Reviso los controles para ver las opciones y oprimo los botones indicados para empezar esta tortura en el sexto círculo del infierno. —Dulces sueños Katherina espero que disfruten de nuestro infierno, por cierto, Ragnar te manda saludos. Sobresalen unas paredes de cristal desde los laterales de las camillas encerrándolos por completo, escucho sus gritos cada vez más fuerte al saber que las ratas los devoran lenta y dolorosamente, además de los alfileres que están atravesando algunas partes de sus cuerpos. Después de dos horas de mucho dolor, el horno comenzó a aumentar sus llamas de a poco para consumir sus cuerpos hasta hacerlos cenizas. —Como he dicho siempre, nadie se mete con mi familia sin pagar las consecuencias. Comenté victorioso ante los cadáveres flameantes, dejé mi vaso de whisky a un lado una vez finalizado el último trago y volví a los brazos de mi hijo para recordar todos los bellos momentos que pasamos en este viaje, a la vez que planearíamos un itinerario de lo que haríamos cuando lleguemos a Londres con mi ángel.
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