Los flashes de las cámaras se intensifican en el instante en que la mano de Valentina impacta contra el rostro de Camila. El sonido resuena en el salón como un disparo seco y el murmullo generalizado se convierte en un jadeo colectivo. Todos los presentes parecen contener la respiración. Camila, que hace apenas unos segundos sonreía para las cámaras, ahora se queda paralizada, con la mejilla encendida en rojo y los labios temblando. Alejandro reacciona de inmediato, se adelanta un paso, alza la voz con furia contenida. —¡Qué carajos te pasa! —gruñe, pero apenas logra girarse hacia Valentina cuando un golpe directo de ella lo hace retroceder. Su cabeza gira con brusquedad, el sabor metálico de la sangre le invade la boca y sus ojos se llenan de sorpresa y rabia. Valentina no tiembla. Sus