—Esto es muy difícil —Se queja Olivia al intentar hacer las poses de yoga junto con Adrián y no poder conseguirlo. —No voy a poder, me duele. —No mientas —Adrián se baja un poco encima de su rostro y deja un beso en su mejilla. —No duele nada, además, lo necesitas, te hace bien y al bebé. —Ya no quiero. Estoy cansada. —Inténtalo nuevamente, ¡Vamos! Solo unos diez minutos más. Olivia respira profundo antes de hacer lo mismo que él o al menos intentarlo. Esta rutina de ejercicios a la que Adrián la somete desde que volvieron a la mansión hace dos meses, la tiene exhausta. Su vientre ha crecido demasiado y entre la carga del bebé, los ejercicios y el trabajo en la hotelera, le tienen todo el cuerpo adolorido. —Me lo vas a agradecer cuando vayas a la sala de parto y no te sea difícil ex