Vania Isabel Răzvan tampoco despierta el sábado, aunque las heridas mejoran y los temblores se desvanecen de a poco. Su respiración se vuelve regular, pero sus facciones no dejan de estar crispadas. Papá, mamá, la tía Bree y el tío Carter, viene cada cierto tiempo para ver como está. Se quedan conmigo y me hacen compañía, me obligan a ingerir alimentos y me piden que vaya a descansar, sin embargo, no quiero moverme ni un centímetro de aquí. —Papá, tienes que decirme, ¿qué pasará con Vikram? —le imploro por algo de información mientras me trae un sándwich. —La respuesta es la misma. Estamos preparados. —¿No tenemos que irnos? —pregunto—, ¿No es mejor eso? No quiero que Vikram venga aquí con sus lacayos y haga una masacre. No quiero que Green Cold o la manada se vea afectada. —Ya te