Vania Isabel Luego de mis insistencias y por la recomendación del tío Carter, trasladan a Răzvan a un lugar más cómodo, mi habitación. Abajo todos están hablando sobre qué deben hacer ahora. Wrenna les explica todo sobre lo que Vikram podría planear para llegar a nosotros. Pero por ahora, yo no tengo cabeza más que para velar por Răzvan. Así que me quedo a su lado, tomándole la mano y dándole fuerzas desde lo más profundo de mi corazón. Escucho que tocan la puerta que de por sí está abierta. —¿Se puede? —es papá. —Sí…—respondo con apenas un hilo de voz. Papá arrastra otro banquito y se sienta a mi lado, se fija en mi mano unida a la del chico que había golpeado antes y suspira. No sé cómo interpretar sus gestos. —¿Vas a regañarme ahora? —pregunto, segura de que quizá es el momento op