Narrador omnisciente Son muy pocas las veces en que el universo alinea sus galaxias y estas a su vez los planetas, y así como en los mencionados casos, era un momento único donde dos cuerpos se fueron apagando en medio del letargo, eran dos almas ordenando a las mentes desconectarse al punto en que las voces de sus participantes, sin saber qué ocurría, hibernaron, se silenciaron completamente, seguidas de los demonios que atormentaban la vida de sus huéspedes. Cuando las almas se aseguraron que no había testigo alguno en tan perfecto instante, estas tomaron total control de cada recipiente, aquellos cuerpos que habitaban desde hacía varios años y eran su imagen y semejanza. Los párpados nunca se abrieron, jamás se vieron, pero no hacía falta al ser las manos las que hicieron el trabajo d

