A primera horas de la mañana, Xander Stone estaba preparándose para partir a su viaje a Italia.
A pesar de que el cielo estaba completamente nublado, se dijo que debía alcanzar ese vuelo lo más pronto posible. No había tiempo que perder.
—¿Pero por qué no puedo ir? —preguntó Christine con un mohín, acabando de despertarse.
—Ya hablamos de esto, Chris, no irás —dijo molesto por la insistencia de ella en acompañarlo.
Aquella mañana no había empezado de muy buenos ánimos, Christine estaba molesta porque él no la dejaba acompañarlo y Xander tenía tantos problemas que resolver que no tenía cabeza para nada.
Sobre todo, quería atrapar al responsable de todo aquello y hacerlo pagar por sus crímenes.
Cuando Christine salió lista del baño, se sentó en la cama y vio que Xander estaba listo p
