Valery estaba aterrada y ni hablar de la doctora Descher… Ambas tenían la mirada gacha, incapaces de mirar a Xander a los ojos después de lo que habían hecho. —¿Y bien? ¿Qué tienen que decir? —él intentó tragar el nudo en su garganta. —Perdóname por ponerte en esta situación… —comenzó a decir Valery con voz trémula—. De verdad lo siento, pero tu… el señor Lerner tiene razón en lo de tu abuelo. Xander sintió como si un balde de agua fría le cayera sobre la cabeza. —¿Qué dices? —preguntó anonadado, casi sin aliento. —Él me lo dijo —dijo ella con voz ahogada—, que tu padre era un idiota que había terminado preso gracias a su declaración… luego dijo que ni siquiera era el culpable, que el niño había muerto por un accidente que él mismo ocasionó. En la sala se escuchaba un silencio en