Zoé.
No puedo sacar esa escena de mi mente, ronda en mi cabeza. Veo la hora y me doy cuenta de que ya son las cuatro de la tarde, no puedo quedarme aquí, quiero ir a mi casa.
Tomo mis cosas y me dirijo a casa, no me importa nada.
Llego a casa y me dejo caer sobre el sofá, me siento tan tranquila, sé que mi casa es pequeña y humilde, pero es mi hermoso hogar. Me cambio de ropa y me dirijo a mi habitación, quiero dormir un poco. Enciendo mi celular y al ver todas las llamadas perdidas me sorprendo.
48 llamadas perdidas de Isaac, mientras lo tengo en mis manos él me llama otra vez.
Me tiene harta.
—¡¿Qué es lo que quieres?!
—Quiero hablar contigo, ¿dónde estás?
—No me interesa hablar contigo.
Le cuelgo, estoy a punto de apagarlo, pero él me llama otra vez.
—Isaac, deja de joderme la vida.
—¿Qué se siente ser amado por tus padres?
Esa pregunta me tomó por sorpresa.
—¿Estás bebiendo otra vez?
—Eso no te importa, solo dime lo que se siente.
—No perderé mi tiempo contigo, te aviso que no iré a dormir a tu casa, dile a la abuela que me quedaré con algunas amigas.
—Te necesito a mi lado, ven a casa, la abuela no creerá eso.
—Eres un dios del engaño, ahora es momento de que sirva para algo tu manipulación.
Le cuelgo y después me llama Daya.
—¿Dónde estás? Necesito hablar contigo.
Todos al parecer necesitan hablar conmigo, solamente quiero un momento para mí. ¡Dios, es mucho pedir!
—En mi casa, ¿qué pasa?
—Voy para haya, necesito hablar contigo, es urgente.
—Está bien, te espero.
Me siento nerviosa, siento que una mala noticia se aproxima.
Isaac.
Horas antes.
Subo con la morena a mi habitación, nos quitamos la ropa rápidamente y comienzo a besar su cuello, después bajo a sus hermosas y grandes tetas, no estoy excitado. Ella gime como puta, me molesta las mujeres que gimen de manera escandalosa.
Ella es muy sensible.
La puerta se abre y veo entrar a Zoé, pero ella ni me voltea a ver.
Solo quería comprobar algo, ahora me doy cuenta de que esto es verdad, lo que traté de no sentir por ella desde que llegó a mi empresa se intensificó en estos días que la tengo tan cerca.
Veo por la ventana, Zoé sube a su auto y se marcha.
—¿Vamos a seguir, guapo?
—Por supuesto que no, largo de mi casa.
La mujer me insulta y sale muy molesta, eso es lo que menos me importa. Me visto y después me siento al borde de la cama, paso ambas manos por mi cabello.
Mamá tenía razón, tengo sus palabras claras en mi cabeza.
Flashback.
—Únicamente naciste para salvar a tu hermano, eres una basura, murió por tu culpa.
—Mamá, pero yo no tenía más sangre, yo también estaba muriendo, ¡yo también siento dolor, yo también soy tu hijo!
—Tu vida no me importas, si hubieras dejado que el doctor sacara hasta la última gota de sangre de tu cuerpo mi hermoso hijo se hubiera salvado. ¡Nadie te va a querer, yo te odio, eres el asesino de tu hermano! Te quedarás sin comer, sin agua y sin ver la luz del día, no mereces nada después de lo que le hiciste a tu hermano.
Papá se acerca y su rostro refleja odio, él me escupe.
—¡Papá, ayúdame! Yo también soy su hijo, mi hermano igual hubiera muerto, el doctor lo dijo.
—¡Cállate, bastardo! —Grita mi madre.
—Tu madre tiene razón, mataste a tu hermano, lo único que tenías que hacer era salvarlo, ya no eres nuestro hijo.
La puerta se cierra, golpeó con todas mis fuerzas, la oscuridad me aterra. Después de cinco días sin comer ni beber alguien abre la puerta.
—Hermano, ¿cómo estás?
A penas puedo hablar.
Antoni tiene 10 años y yo tengo 14.
Él me da un poco de leche y cereal, a penas puedo tragar, la garganta me duele.
La puerta se abre y los dos nos asustamos.
—¿Qué estás haciendo, Antoni?
Mamá está muy molesta.
—Mamá, es mi hermano y morirá de hambre.
—¿Te sientes mal? Tú eres quien lo traicionó.
—Mamá, prometiste que no se lo dirías.
Me siento confundido, no entiendo de lo que hablan.
—Isaac, tu hermano menor te delató, él te escucho cuando le pediste al doctor que parara y para no donar más a tu hermano, ¿por qué Antoni lo hizo?, solo por unas entradas a un concierto de su banda favorita.
—¿Eso es verdad, Antoni?
Sé que es mi hermano menor, pero confíe en él.
—Lo siento, Isaac, pero quería ir, espero que me perdones.
Él sale junto con mamá y la puerta se cierra otra vez. Durante la noche podía ver un poco por un pequeño agujero en el techo las estrellas. Me acostaba muy hambriento y dolorido sobre la madera fría y veía la poca luz y algunas estrellas que alcanzaba a ver por esos agujeros.
Fin del Flashback.
Necesito hablar con Zoé y decirle que no me acosté con esa mujer, la única razón por la que lo estaba haciendo era para sacarla a ella de mi cabeza.
Siempre pensé que si la trataba mal y ella me odiaba, no tendría que soportar mis demonios, pero fue peor.
Solo lo arruiné.
Zoé.
Daya entra a mi casa y le pido que tome asiento, ella se ve preocupada.
—Me estás asustando, Daya.
—Amiga, quiero que escuches esto.
Ella me da su celular y escucho a dos hombres hablando, después de unos segundos reconozco la voz de uno de los hombres.
"¿En serio quieres contratar a una mujer así, Osman? Ella usa lentes y es rara, debió ser la nerd de su universidad".
"Por supuesto que no, solo quiero follármela esta noche, Zoé Belrose será mía, siempre me gusta llevar a la cama a chicas buenas, ella se nota que lo es, ¿sabes a lo que me refiero?"
"Por supuesto que lo entiendo, amigo".
"Después nada más será un coño más, esta noche será increíble".
—¿Cómo grabaste esto, Daya?
—Entre al baño de hombres a la hora del almuerzo, el baño de mujeres estaba lleno, ellos entraron después de mí y grave justo cuando mencionaron tu nombre, amiga. ¿Ese tipo te había invitado a salir?
—Sí, pero no solo eso, me había ofrecido un buen puesto en su empresa.
—No te sientas triste, amiga.
—Tienes razón, gracias por siempre cuidarme, Daya.
—Eres como mi hermana, siempre lo haré.
—No lo tomes a mal, pero quiero dormir un poco y estar a solas.
—Lo entiendo, amiga, nos vemos en la oficina, sabes que siempre puedes contar conmigo, a la hora que sea.
—Lo sé, te agradezco.
Me despido con un abrazo y otra vez me quedo sola.
Me siento triste, pero he soportado peores cosas al lado de Isaac, tengo que ser fuerte.
Veo la televisión, después de una hora enciendo mi celular una vez más. Veo llamadas perdidas de un número desconocido, es extraño. Regreso la llamada para saber de quién se trata.
—¡Hola, Zoé!
—¿Abuela?
—Sí, querida, Isaac me dio tu número, quiero que vengas a casa lo antes posible, tengo una sorpresa para ustedes.
No puedo decir que no.
—Voy en camino, abuela. Nos vemos más tarde.
—Está bien, y quiero que te vistas muy hermosa, es una ocasión especial y la sorpresa les encantara.
—Llegaré pronto, abuela.
Cuelgo y dejo salir el aire retenido de forma escandalosa y exagerada. Nada más quería pasar una noche tranquila y en mi casa, ¿es mucho pedir? Me doy un baño y después seco mi cuerpo, me maquillo y peino mi cabello dejando mis ondas naturales. Busco en mi armario un vestido, tengo diez vestidos nuevos que compré, sin embargo, nunca use ninguno. En ese momento pesaba 60 kilos y ahora peso 49 kilos, creo que ahora podría quedarme alguno. Me los pruebo y el primero me queda perfecto, mi cuerpo se ve bonito aunque sé que baje mucho de peso.
El vestido es color vino, escote corazón, largo y tiene una abertura que hace que se muestre una de mis piernas, lo combinó con tacones altos y negros que también son nuevos. Me veo costosa y bonita, espero que la ocasión lo amerite.
Tengo curiosidad por lo que la abuela tiene preparado, solo espero que no sea algo que me involucre más con Isaac.
Salgo de casa y subo a mi auto.
Llego a la mansión, el gran portón se abre dejándome pasar, bajo de mi auto y veo a Isaac viéndome desde la ventana. No le presto atención y entro.
En la sala se encuentra la abuela en su silla de ruedas, a su lado está Antoni.
—Zoé, estás tan hermosa.
—Gracias, Antoni.
—Es verdad, querida, eres una hermosa dama, digna de mi amado nieto Isaac.
—Muchas gracias, abuela, ¿cuál es la sorpresa? Me siento ansiosa, quiero saberlo.
—Tranquila, linda, ve por tu esposo a su habitación y los esperamos en la mesa, les daré la noticia después de la cena.
—Está bien, abuela.
Subo por Isaac, como odio esto, no quiero ver su maldito rostro.
Toco la puerta, él me dice que pase.
—La abuela nos llama para cenar, vamos.
Él me observa de pie a cabeza.
—¡¿Estás sordo?! Date prisa.
Él se acerca y toca mi cabello.
—Zoé, esa mujer y yo...
—¡No me importa! Te espero en las escaleras.
Salgo de su habitación, no me interesa escuchar como se acostó con ella, ¿por qué quería hablar de eso? Sé cómo es este maldito, seguro y solo quería restregármelo en la cara, aprovecha la mínima oportunidad para joderme la vida.
Él baja y tomo su mano sin verlo a los ojos.
Llegamos a la mesa y finjo una sonrisa, él se sienta a mi lado y eso me molesta más.
Después de terminar la cena el momento esperado llega.
—Mis queridos nietos, la sorpresa es que Antoni y yo planeamos un viaje para ustedes, con todo pagado, no se preocupen por nada, usarán mi avión privado para viajar, además yo me encargaré de la empresa. Merecen una luna de miel, únicamente será un mes en Islandia.
—¿Islandia? —pregunto preocupada.
—Sí, Zoé, el otro día me contaste que querías ver la aurora boreal, pues en estas fechas en Islandia podrás verla todas las noches.
Yo y mi boca, debí quedarme callada.
—Gracias, abuela —dice Isaac.
Me sorprende la calma de Isaac, soportarlo por un mes entero las 24 horas del día, viviendo juntos y solos.
Todos se van a dormir, yo me quedo en la sala un momento, me siento cansada y subo, pero no voy a dormir en la misma cama en la que se folló a esa tipa.
Estoy a punto de entrar a la habitación de invitados, pero olvidé que Amanda se está quedando en esa habitación. La mansión tiene seis habitaciones, dos son ocupadas por la abuela y Antoni, el perro tiene su propia habitación, la número 4 Isaac la convirtió en su oficina y Amanda está ocupando la número 5, pues es la única de los empleados que pasa la noche aquí, la número seis es de Isaac por supuesto, no me queda de otra.
Abro la puerta tratando de no hacer ruido, me acuesto y sé que Isaac está dormido, me doy cuenta de que las sábanas son otras, al menos las cambio.
Necesito hablar de lo que me pasó, siempre hago la misma prueba.
—Isaac, Isaac.
Él no me responde.
—Hoy fue horrible, ¿por qué las personas son tan crueles? Si no hubiera sido por Daya ese maldito hubiera abusado de mí. Osman me hizo una propuesta de trabajo y me invito a cenar con él, iba a hacerlo porque quería alejarme de ti, no te soporto y me pareció una buena oferta de trabajo, creo que sigo siendo ingenua al creer en los hombres.
»Daya grabo a Osman en el baño mientras hablaba con uno de sus amigos, solo quería acostarse conmigo, ¿por qué tú y los demás se creen con derecho de usarme? ¿Cómo pueden ser tan fríos y no sienten nada? Yo mato a una mosca y me siento culpable.
No puedo evitarlo y lloro.
—Tengo que ser fuerte, por mis padres y por mi misma, pero muchas veces es tan difícil, tú me has lastimado tanto y te odio, nunca te voy a perdonar el abuso psicológico de estos dos años, solo quiero que esta basura termine, no me importa lo que tenga que hacer, pero cuando mi contrato termine a fin de año, nunca jamás en tu vida me volverás a ver, regresaré con mis padres y trataré de hacer una nueva vida.
Limpio mis lágrimas, esto me hizo sentir mejor, acomodo mi almohada y lentamente caigo en los brazos de Morfeo.
Despierto, me siento y veo la hora, son las seis de la mañana, me levanto de mala gana y me alistó para ir a trabajar. Espero que Isaac ya esté listo.
Bajo a la cocina y veo a Antoni hablando con las empleadas.
—Buenos días, cuñada.
—Buenos días, son las siete, ¿sabes en donde está Isaac?
—Lo vi salir a las tres de la mañana, estoy preocupado, tenía fuego en sus ojos, mi hermano es explosivo, solo espero que no se haya metido en nada grave o en una pelea.
Voy a la sala y veo a la abuela viendo las noticias. Al ver el rostro de Osman siento un pánico que no puedo explicar.
—¿Qué pasa con ese hombre, abuela?
—Es un empresario, hija, lo encontraron sin vida en su casa, le dispararon en la cabeza, otra vez no encontraron ni una sola huella. Esto asusta, porque ese asesino es un experto.
Me siento mareada, Isaac entra a la casa con esa mirada fría, es como si pudiera ver a través del alma de las personas. Saluda a la abuela.
—Mi querido nieto, estaba preocupada, un asesino anda suelto, no deberías de salir a esas horas.
—No te preocupes, abuela. Sé que no me pasará nada.
Él sube por las escaleras, yo corro detrás de él, ¿fue él? Pero... Osman no tiene nada que ver con él, eran socios.
Entro a su habitación sin tocar, él está viendo por la ventana.
—¿A dónde fuiste? Me enteré de que asesinaron a Osman.
Él se voltea y camina hacia mí, comienzo a temblar y él lo nota.
Se posa frente a mí, acaricia mi mejilla mientras sus profundos y hermosos ojos fríos y Azules como el cielo, pero con odio del infierno me miran.
Me toma de la cintura, juntando nuestros cuerpos. Me siento perdida en sus ojos, estoy tan cerca, siento escalofríos que navegan por mi cuerpo como la electricidad.
Él besa mis labios, abro un poco mi boca para que nuestras lenguas se toquen, es como si el tiempo se detuviera por un momento.
Después besa mi frente y me mira, ahora puedo ver una pequeña luz en sus ojos que solo vi algunas veces cuando estaba ebrio.
—Zoé, eres mía, siempre lo fuiste, solo yo puedo hacerte llorar, si alguien más lo hace lo pagará con su vida.
Pasa su mano por mi cabello y une nuestras frentes, después sale de la habitación dejándome sola y confundida.
«¡¿Qué fue eso?!».
En verdad ahora tengo miedo por mí, necesito terapia con urgencia, mi sexo palpita y mi cara está roja, soy una maldita masoquista.