Isaac. Besar a Zoé y que ella me corresponda me hizo sentir como nunca, por un momento me sentí normal, aunque aún pienso que no soy bueno para ella, no lo soy para nadie. Sé que el corazón de Zoé es puro y podría perdonarme, pero yo no podría perdonarme y atarla a mí haciéndole más daño. Le pido a Zoé hablar en privado. —¿Paso algo en la empresa? —me pregunta preocupada. Ella es hermosa y fresca como la primavera. Sin decir nada tomo su rostro y la pego a mi cuerpo, la beso con desesperación, ella me abraza y me corresponde. —Quédate a descansar, yo iré y arreglaré algunas cosas en la empresa. Ella asiente, le doy el último beso. Durante el camino en la empresa recuerdo sus ojos, se iluminaron. Llego a la oficina y tomo asiento, comienzo a hacer mi trabajo, una de las secretarias