Un brazo fracturado, golpes en las piernas, gran pérdida de sangre y un largo tiempo de recuperación, ese fue el diagnostico del médico que atendió a Karen y tras darle las noticias a los padres y dejarles los medicamentos e indicaciones, se marchó.
Bianca lloraba, Guillermo estaba a su lado intento consolarla.
Marla miró a ambos y se alejó por el pasillo para ir a la oficina de su esposo – ¿por qué el gran héroe vendrá a nuestro valle?
– Deberías estar con tu hija.
– Es aquí donde necesito estar, te escuchaste tan seguro, dime, ¿por qué vendrá Casian?
El señor Cardenal suspiró – hace diez años derrotó a los gigantes de la cascada y aseguró el paso entre las montañas, todas las cosechas se beneficiaron, pero, hace un par de meses los mercaderes descubrieron que los espíritus corruptos volvieron a la montaña y están buscando a sus hijos.
– Los gigantes.
El señor Cardenal asintió – el camino hacia las cascadas ya no es seguro, tampoco podemos reunir agua de los lagos, los espíritus corruptos no lo permiten, por eso lo llamamos.
– Este problema inició porque él derrotó a los gigantes, y debe hacerse responsable de las consecuencias de sus actos – dictó Marla y respiró profundamente – estoy segura, que se enamorará de tu querida hija – dio la vuelta y salió de la habitación.
¿Qué eran los espíritus corruptos?
Los magos no perdían el tiempo explicándoles esos conceptos a los campesinos y personas como Marla sabían muy poco, sin embargo, sí se conocían las historias, era fácil descifrarlo.
Los espíritus corruptos solían ser espíritus puros que sucumbieron a las emociones humanas, los celos, el odio, la rabia, el resentimiento y la venganza, una vez que las experimentaron, fueron corrompidos y esas emociones se volvieron parte de ellos.
Sin perder tiempo, Marla preparó una pequeña maleta, la echó sobre su hombro y caminó con rumbo a las cascadas.
No estaba muy lejos, seis horas de camino fueron suficientes para estar delante del agua que caía con la forma de un tigre blanco.
– Sé que están aquí – le dijo al aire – los espíritus corruptos que engendraron a los gigantes, sé que me están escuchando – apretó las manos en puños – les diré el nombre del caballero que mató a sus hijos, no miento, miren mi corazón y lo sabrán – golpeó su pecho.
Un cuervo voló por el aire emitiendo un graznido y se paró sobre una roca alta.
Marla supo que ese no era un cuervo común, sino un espíritu y se humedeció los labios – hay algo que quiero, dámelo y te daré la información.
El cuervo graznó emitiendo un sonido tan agudo, que Marla sintió que sus oídos iban a explotar.
– Está bien, te diré, pero debes prometer que me darás lo que quiero – dijo Marla y esperó a que el espíritu respondiera, este permaneció callado – su nombre es Casian Velati, caballero de la primera orden, un héroe reconocido por todos como el más fuerte y además de ser un poderoso caballero, también puede usar magia, ningún espíritu corrupto ha podido vencerlo, ustedes no lo harán sí están solos, necesitarán refuerzos – insistió, pero el cuervo no respondía y se sintió muy tonta, hablando con un ave – lo que quiero a cambio es muy simple, mi hija está enferma, de cuerpo y corazón, y la joven que la lastimó ni siquiera lo lamenta – recordó a Bianca, sentada junto al prometido de su hija y sintió un odio muy profundo – por favor, no es justo, mi hija es una buena niña, nunca le ha hecho daño a otros, y esa joven, todos piensan que es perfecta, dulce, hermosa y agraciada, diciendo todos los días que el amor puede vencerlo todo, como estúpida, el amor no sanará a mi hija, los medicamentos lo harán, su amor es asqueroso.
El viento silbó en rededor de Marla y entre ese sonido bajo, ella creyó escuchar una palabra.
El cuervo voló lejos de la roca, se dirigió a las cascadas, subió a las montañas y se perdió en el horizonte, Marla entendió que había sido rechazada, levantó su bolsa para tomar un poco de agua y unos segundos después, el cuervo volvió, tenía una manzana que depositó en las manos de Marla.
Por un breve momento, ella vio a Bianca mordiendo esa manzana y supo lo que debía hacer para castigar a la mujer que lastimó a su hija.
Ya era de noche cuando Marla llegó a casa, Karen aún dormía, su brazo estaba inmovilizado y su respiración era lenta, debido a la sangre que perdió, su piel se veía pálida.
El señor Cardenal se ocupaba de los establos, los sirvientes preparaban la cena y en las escaleras estaba Bianca, junto a Guillermo.
– Dije que lo lamento.
– No lo haces – alzó la voz Bianca – no lamentas haberlo dicho, eres el hombre que se casará con mi hermana, pero no la mereces.
Marla estaba cansada – ustedes, siempre pelean, ¡no es así! – se quitó los zapatos para descansar los pies.
Bianca miró los zapatos llenos de lodo – mamá, ¿a dónde fuiste?
– Necesitaba descansar, tráeme un poco de agua, y usted, joven Guillermo, ¿necesita algo?, o lo que quiere, solo puede dárselo mi hija, una anciana como yo no le sirve.
Guillermo entendió a qué se refería y rodó los ojos – iré a ayudar en los establos, ya es tarde.
Bianca llenó una cubeta de agua del pozo, volvió a la sala y la puso junto al sillón, después, con un paño, limpió los pies de su madrastra, puso especial cuidado, le dio un masaje y siguió limpiando hasta que el agua salió espesa, al final, le secó los pies y los cubrió.
– Eres muy dedicada.
Bianca sonrió – usted ha hecho mucho por nosotros, Karen estará mejor, el médico lo dijo, una vez que despierte estará débil y tardará en recuperarse, pero entre todos podremos cuidarla.
– Lo sé – le dijo Marla – en mi regreso encontré algo – sacó de su bolsa la preciada manzana y la mostró – trae el cuchillo, quiero partirla para que podamos comerla.
Bianca asintió, retiró el agua sucia, la tiró, pasó a la cocina por un cuchillo y volvió a la sala – aquí está.
– Gracias – sonrió Marla, cortó la manzana en cuatro pedazos y le dio uno a Bianca – tu primero – le dijo, Bianca tomó el pedazo – puedes comerlo, hay uno más para tu padre, otro para Karen y uno para mí – tomó su pedazo.
Bianca, sin temor, se comió el trozo de manzana como habría hecho con cualquier otra fruta, pero al tragar, sintió que la consistencia era muy dura – Karen no podrá comerla todavía – miró la mesa.
Los tres pedazos restantes se habían convertido en piedra.
Marla la miró fijamente, Bianca sintió que algo ocurría, sus piernas se sentían pesadas, dos pasos hacia atrás y cayó al suelo.
– Te vi ese día, empujaste a mi hija por las escaleras para quedarte con su prometido – dijo Marla.
Bianca abrió los ojos sorprendida e intentó hablar, su cuerpo se sintió más pesado, no podía levantarse, lentamente se recargó sobre los codos, extendió el brazo por ayuda y miró en tiempo real como la piel de sus dedos se convertía en piedra, el hechizo subió hacia su codo, su hombro y después a su rostro.
Completada la transformación, Bianca era una escultura de piedra y Marla gritó.
Dos grandes desgracias golpearon a la familia, primero, Karen cayó por las escaleras y a la noche siguiente, Bianca fue convertida en piedra.
El señor Cardenal cabalgó toda la noche y parte de la mañana, acompañado de Guillermo para ir a la torre de magia y contar lo que había pasado, uno de los magos fue con ellos, llegó a la mansión y revisó el trozo de piedra que ahora era Bianca, en su rostro se podía ver el dolor de sus últimos segundos, el ahogamiento porque sus pulmones eran de piedra y una lágrima que quedó convertida en piedra cerca de su mejilla.
El mago negó con la cabeza – esto lo hizo un espíritu corrupto, no puedo deshacerlo.
El señor Cardenal tomó al mago por el cuello – no me importa quién lo haya hecho, usted tiene que arreglarlo, es su maldito trabajo, sane a mi hija.
– Ya le dije que no es posible – reclamó el mago. Afuera, un cuervo graznó, su vuelo rodeaba la mansión y sus graznidos se sintieron extraños, el mago tomó su báculo y repitió las notas escondidas en los graznidos – hay una forma.
Marla maldijo entre dientes.
– Un beso de amor verdadero, eso la salvará.
– ¿Qué mierda es esa? – reclamó el señor Cardenal.
– Hay que intentarlo – dijo Karen – estaba en una silla de ruedas porque no tenía fuerza para levantarse y apenas esa mañana había despertado – es un beso – lo dijo y una lágrima bajó por su mejilla al mirar a Guillermo – un beso de amor.
El señor Cardenal no se mostró muy seguro y Marla apretó los dientes.
Karen la vio enojada, pensó que estaba preocupada por Bianca y tomó su mano para transmitirle su fuerza. Marla se sintió culpable.
Guillermo dio un paso al frente, se agachó, porque la escultura de Bianca estaba sobre el suelo, se acomodó con cuidado, por el brazo extendido, se aproximó a los labios de Bianca sintiendo cierta animosidad por ser una escultura de piedra, no una persona, y la besó.
Nada pasó.
Un segundo, tercero y cuarto beso fue dado, pero todo siguió igual.
– Ya es suficiente – dijo el señor Cardenal – usted dijo que funcionaría.
El mago lo pensó muy seriamente – ese joven, ¿es el novio de la señorita?
Todos lo negaron.
– ¿La ama?
Guillermo sentía un gusto por Bianca, incluso lo podía transmitir a deseo, sí se casaba con ella su familia tendría acceso a las hectáreas de terreno que estaban a nombre de la familia Cardenal, así que, sí lo pensaba, Bianca era un medio para llegar a un fin, sin embargo, llamarlo “amor”, era exagerado.
– Yo…
– No digas más – intervino Marla – dudo que este hombre sepa lo que es el amor, hay que esperar a que el héroe Casian llegue, él la besará y le pondrá fin a la maldición, ¿no fue esto lo que quisiste desde el comienzo?, tu preciada hija casada con el gran caballero Casian.
Guillermo alzó la vista – así que fue por esto, rechazó a mi familia porque aspira a casar a su hija con un caballero.
El señor Cardenal echó a todos y ordenó proteger la escultura de su hija.
A la mañana siguiente todos conocían la historia y esperaban por el héroe.
Como estaba previsto, Casian llegó al valle, derrotó a los espíritus corruptos y en su camino se encontró con la princesa durmiente, se le veía muy desganado, molesto e incomodo al ser observado por todos en el valle, mientras besaba una piedra.
– Un beso y podré irme, ¿lo promete?
El señor Cardenal estuvo de acuerdo, pero aún tenía la esperanza de que, al verla, Casian se enamorará de ella y pidiera quedarse en el valle.
Bianca siempre fue hermosa, desafortunadamente, la expresión con la que fue convertida en piedra no fue la más favorable para su belleza.
Casian se inclinó sobre la cama de piedra, le dio un beso a Bianca y se alejó un poco, nada pasó, la besó una vez más y tras el tercer beso de “amor verdadero”, a una completa desconocida, se alejó – no funciona.
– Espere.
– Señor, como se llame, tengo una agenda muy ocupada, bésela usted sí la ama tanto, yo tengo que seguir mi camino.
El señor Cardenal estalló en furia, volvió a casa y encontró una nota, Marla y Karen se habían ido.
Los años pasaron, nadie supo de Marla y su hija, el gran héroe Casian siguió con su historia, Guillermo se casó, el señor Cardenal murió, sus terrenos fueron divididos entre los habitantes del valle y en un templo escondido, solo quedó la escultura de piedra.