Hechizos del Bosque Sombrío

La Princesa y el Espejo Mágico Parte2

– Fuerte y gallardo, cruzó el puente a caballo, tomó su espada y venció al demonio – cantó Esmeralda mientras sostenía un plumero para limpiar los libreros de la biblioteca – se decía insuperable, el rey demonio más fuerte, poderoso y oscuro que el mundo hubiera visto, sus ojos eran rojos, sus cuernos eran tan altos que tenían el ancho de un antebrazo, y de su boca emergía fuego.

La reina sonrió – cariño, sabes que muchas de esas historias exageran, no existió un rey demonio.

– Sí lo hizo – dijo Esmeralda – era un rey demonio poderoso, aterrador y muy peligroso, leí – dio la vuelta y buscó uno de sus libros – aquí lo dice.

La reina suspiró – mi cielo, es muy lindo que te interese la lectura, pero, ya no eres una niña, cumplirás quince años muy pronto, las historias sobre héroes y demonios, no son algo en lo que debas enfocar tu tiempo.

Se escuchó una risa.

– Las historias de héroes y demonios no se leen porque sean entretenidas, es porque son inspiradoras – declaró el rey, detrás suyo venía Vladimir – una historia no te enseña que hay demonios, eso todos los sabemos, lo que hacen las historias, es enseñarte que pueden ser derrotados, un rey demonio, sin importar cuán fuerte sea, es vencido por un héroe, como tu padre – se señaló.

Amatista no aguantó la risa, solo un idiota se llamaría a sí mismo “héroe”, siendo que uno de sus grandes logros, era comerse un pollo completo y presumir de ello.

El rey la miró con enfado y se concentró en su hija Esmeralda

– dime, ¿piensas que ese héroe es más poderoso que yo?

La princesa no dudó en responder – por supuesto, es el héroe más fuerte y el más poderoso del mundo, él solo derrotó al rey demonio y salvó a todos, nadie se le puede comparar – anunció con orgullo.

El rey Maximiliano se sorprendió de lo fácil que su hija lo había menospreciado, pero no discutió y acarició su cabeza – tienes mucha imaginación.

Esmeralda siguió abrazando su libro.

– ¡Qué estúpida! – soltó el príncipe Vladimir.

Esmeralda giró sobre sus talones – ¿te refieres a ti?, también creo que eres un estúpido.

Vladimir frunció el ceño – todos saben que Casian jamás existió.

– Mientes.

– No lo hago, lo hablé con mis profesores, Casian es un héroe inventado, un mito progresista creado para impulsar el heroísmo de la clase militar, él nunca existió.

Esmeralda apretó los dientes – hay evidencia, la construcción del puente, la batalla de la cascada contra los gigantes, las esculturas hechas en su honor, la princesa durmiente, el rey demonio derrotado, sí crees que todo es mentira, tú eres el idiota.

Vladimir suspiró – yo no dije que esas cosas no pasaron, te explicaré, un hombre derrotó a un gigante, un caballero impulsó la construcción del puente, un bardo despertó a una princesa dormida, un espíritu corrupto fue considerado un rey demonio, y un modelo posó para las esculturas, pero no lo hizo la misma persona, Casian es un invento, una compilación de aventuras y actos heroicos de distintas personas.

Esmeralda se aferró al libro y negó con la cabeza – es mentira.

– Sí quieres evidencia, búscala, revisa tus libros y ve las fechas, entre el primer acto heroico de Casian, y el último, hay ciento quince años, aunque haya comenzado a ser un héroe a los seis meses de nacido, lo que es imposible, no hay forma de que haya logrado todo eso.

Esmeralda salió corriendo, su instructora Casandra la vio pasar rápidamente y la siguió – alteza.

– Necesito papel, pluma y mucha tinta.

Por meses, la princesa Esmeralda leyó todas las aventuras del héroe Casian, armó un mapa con la ruta que tomó desde el día en que se convirtió en un aventurero, hasta el día en que derrotó al rey demonio, revisó las fechas, ordenó los eventos y viendo los resultados, la duda surgió.

– No es posible. Según este relato Casian ayudó a encontrar la cura contra la epidemia después de perder a uno de sus mejores amigos, se quedó en los pantanos por tres meses, pero, en ese mismo tiempo participó en el concurso del héroe más valeroso, la distancia entre estos dos puntos hace que sea imposible que la misma persona estuviera en ambos, y no es la única, hay tres inconsistencias en este relato y aquí – siguió trazando y sus dedos temblaron.

Acaso, ¿su hermano tenía razón?

Casandra se mordió el labio, antes, le dio el libro porque pensó que le gustaría, jamás imaginó que la mente de la pequeña se torcería de esa forma, haciendo que la existencia de Casian, fuera la más importante que cualquier otra cosa y ahora, que habían llegado tan lejos, debía asumir la responsabilidad y decirle, que el héroe, era más un mito, que una realidad.

– En la mayoría de los relatos eluden su apariencia, lo describen usando adjetivos, valeroso, gallardo, alto, no dan detalles específicos y – su voz se rompió.

Sí era verdad, sí realmente.

– Investiguemos más a fondo – declaró Casandra en voz muy alta – la investigación es la clave del éxito, de acuerdo a los datos que hemos estado revisando, el torneo del más valeroso se volvió famosos justo después de que Casian lo ganará, por eso hay una escultura en la entrada y todo el torneo se celebra en su honor, pero, sí las historias eluden su apariencia física, entonces, ¿cómo sabes que se trata de él?

La princesa no entendió.

– Imagina, eres el señor feudal de una zona desértica sin atractivo turístico, tu única fuente de ingresos viene del torneo e invitas al héroe que se ha estado haciendo famoso, pero él te rechaza porque está ocupado salvando plebeyos de una epidemia, entonces, ¿qué haces?, usas una estrategia de venta, le dices al mundo que el gran héroe se presentará en la arena, todos los gladiadores están listos para derrotarlo, Casian vence, se forja la leyenda y tú, como señor feudal, ganas mucho dinero.

La princesa se paseó entre las hojas.

– Todo está aquí, en tus inconsistencias – señaló Casandra.

La aventura de la arena tenía una descripción que no coincidía con el resto, en ella, la actitud de Casian estaba llena de arrogancia, Esmeralda lo notó y marcó la palabra.

– Él no estuvo en la arena, se quedó en los pantanos ayudando a las personas – sus ojos se humedecieron – mi hermano tiene razón, yo tengo razón, ¡ambos tenemos razón! – lloró y sonrió al mismo tiempo.

Casandra la abrazó – eres una joven muy inteligente, cualquiera que sea la verdad, la descubrirás.

Esmeralda asintió – haremos un análisis de Casian, en base a su personalidad, separaremos las aventuras en las que sí estuvo presente y eliminaremos las que fueron un engaño, el margen de tiempo que mencionó Vladimir también debe ser una mentira, él no vivió por tanto tiempo, por eso los números no coinciden – se talló los ojos.

– Apuesto a que serás la escritora del libro, “Casian, la verdad, detrás del mito” – declaró Casandra.

Con una fortaleza renovada, Esmeralda tomó sus libros de vuelta y volvió a comenzar, trazó la personalidad del héroe, su historia, su trayecto, las aventuras en las que realmente formó parte y aquellas que fueron exageraciones, para complementar su investigación, encargó diversos libros, tratados y mapas, al final, perforó las hojas y comenzó a armar el libro de Casian.

Mientras, la expresión de la reina se volvía más dura.

– ¿Aún no lo encuentran?

– Alteza, hemos investigado y no encontramos resultados, nadie ha visto al rey demonio y todos dicen que la bruja del bosque sombrío ha desaparecido.

– No hay noticias de demonios, tampoco de criaturas sobrenaturales.

– No tenemos avistamientos de gigantes, todos los profetas a los que hemos investigado coinciden, no hay una resurrección del rey demonio.

El informe terminó y la reina se mostró infeliz – todos se equivocan.

– ¿Por qué estás tan segura? – preguntó el rey.

Los caballeros dieron la vuelta y se apartaron para dejar entrar a su majestad, el rey.

Amatista fue la última en girar – majestad.

– Permití esta campaña porque se trataba de la seguridad del reino, sí hay un nuevo rey demonio o un enemigo que represente una amenaza, es mi deber encontrarlo y asesinarlo, sin embargo, en dieciséis años, no ha habido resultados y esta campaña tiene un costo diario muy alto – miró a los caballeros – oficialmente, doy la orden de detener la búsqueda. LARGO.

Los caballeros, brujos y magos, se retiraron y la reina se quedó sola con el rey.

– Responde mi pregunta, ¿por qué estás tan segura?

Amatista pensó en decir la verdad y rápidamente, desechó esa idea – tuve un sueño – se dejó caer al suelo pesadamente – una sombra, tenía cuernos y los ojos rojos, apareció en mis pesadillas y dijo que vendría a robarme a mi hijo, tú único heredero – se aferró a la túnica del rey – no podemos permitirlo, por favor, tienes que hacer algo para impedirlo.

El rey respiró profundamente – todo esto, por un sueño – la apartó – tendremos visitas, Esmeralda ya tiene edad para casarse, el duque Mares vendrá con su hijo para que la conozca, sí ella se comporta, se irá en unos tres meses.

La reina no pudo creerlo – soñé con un demonio, y resulta que eres tú, ¡no permitiré que alejes a mi hija!

– Es parte de su trabajo.

La reina enloqueció, intentó golpear al rey y tras darle una cachetada, los caballeros la detuvieron.

El rey la miró con odio – enciérrenla.

La reina gritó.

Vladimir y Esmeralda escucharon los susurros en el castillo y fueron llamados a la corte.

Las decisiones del rey eran absolutas.

– Desde hoy – dijo, mirando a Vladimir – te enfocarás en tu educación, he visto las evaluaciones de tus maestros, pasas mucho tiempo jugando, no escuchas consejos, de nada te sirve entrenar, hay hombres, magos, caballeros y sirvientes que detendrán las flechas en tu nombre, lo que necesito es que entiendas lo importante que eres para el reino, y tú – miró a Esmeralda – tu prometido llegará pronto, ve con tu nana para que te prepare.

– Pero, no tengo tiempo, necesito terminar mi libro – suplicó Esmeralda.

El rey pensó que había escuchado mal – ¡un libro!

Esmeralda asintió – lo he estado investigando, y ya sé por qué Vladimir dijo que Casian no era real, es porque parte de su historia se mezcló con leyendas locales, y es entendible, porque todos lo admiran, pero, cuando termine mi libro tendré la historia completa, todas las cosas que logró, sí me das un poco de tiempo.

El rey la miró con pesar – trae aquí la investigación, quiero revisarla.

Los sirvientes que cuidaban de la princesa llevaron frente al rey las hojas, libros, mapas y manuscritos que la joven había revisado y acumulado en esos meses, el rey los observó con cuidado, le dio una señal a su caballero y miró a Casandra.

– Quémalo.

Ella, que tenía una gran sonrisa en los labios, dudó – ¡majestad!

– Quémalo, todo.

Esmeralda tembló, intentó evitarlo y sus doncellas la detuvieron, Casandra miró la mesa, después a la joven princesa y siguiendo las órdenes del rey, quemó cada hoja, libro y manuscrito.

Esmeralda gritó, a su lado, Vladimir también la sujetó, para evitar que se quemara en sus intentos por salvar los libros. Nadie más actúo, dejaron que todo se consumiera y Esmeralda miró a su padre sin comprender.

– Ahora, ya no tienes de qué preocuparte – dictó el rey, y dejó la habitación.

Esmeralda no entendía qué había pasado, ella no negó casarse, solo quería un poco de tiempo, el suficiente para ordenar su investigación – ¿por qué lo hizo? – lloró.

Casandra la acompañó a su habitación esa tarde, cerró con llave, revisó las ventanas y se sentó junto a la cama – princesa – le dijo en un susurro y puso un diario sobre las manos de Esmeralda – guardé esto antes porque quería que fuera una sorpresa.

La investigación, las notas, mapas y resultados, todo lo que Esmeralda había preparado, Casandra lo puso en un libro que ella misma transcribió y al frente, escribió una dedicatoria: Brillas más que todas las estrellas.

– Eres una jovencita muy fuerte, ahora, tienes que hacer lo que te diga tu padre – le dijo Casandra – te prometo, que todo estará bien.

Esmeralda se aferró al libro y asintió.

Su prometido llegó meses más tarde, con una gran caravana, tenía el cabello castaño, la piel bronceada y una estatura media.

A su llegada la orquesta tocó con entusiasmo, se preparó un banquete y desde su celda, la reina lloró.

Diecisiete años, ese era el día. La noche en que el demonio vendría a reclamar lo que era suyo.