Capítulo 3
El vapor de la ducha se mezcló con el frío de la noche.
La puerta del baño se había quedado ligeramente entreabierta. El sonido de la lluvia casi no se escuchaba debido a los sonidos que se producían en el baño y que siguieron durante un largo tiempo.
Adrián tenía la mente nublada, el alcohol, la rabia, la soledad, todo se combinó en un permiso interno para dejarse llevar solo esa noche y pensar en las consecuencias después.
En un momento ella le dio una mordida en el hombro y se aferró con fuerza. El tiempo pasó rápidamente, ya era de madrugada cuando ambos salieron de la ducha y Adrián buscó otro vestido para que ella lo usara.
Aunque no lo hizo.
Lo que comenzó en la ducha siguió en la cama. En una de las habitaciones libres en la mansión, una que nadie había usado desde
