El conejo blanco de Alicia Parte2

1856 Palabras
– Mi señora… Las personas siguen viniendo, pensé que dejarían de hacerlo, nadie ha salido de aquí con lo que desea, ¿por qué?, ¿por qué siguen haciendo esto? – Tienes que salir. El hombre de cabello blanco que apareció esa noche, llegó en la siguiente luna llena, se quedó de pie junto a la ventana y esperó, como si ya supiera que alguien vendría a pedir su deseo. – No quiero. – Necesitas cosechar almas, sí no cubres la cuota el demonio se liberará y destruirá a todos, piénsalo detenidamente, ¿qué es más importante?, ¡la vida de todos, o el alma de esa mujer! Tuve miedo, pero, entre esas personas que morirían sí yo no salía, estaba mi familia, mis hermanas y mis abuelos. Me levanté, tomé el manto de la bruja, abrí la puerta escuchando el rechinido de la madera, bajé despacio y la miré – tienes… – Mi señora – ella lloró – una mujer malvada me quiere quitar a mi marido, por favor, haz que su piel se pudra, para que pague por sus pecados. Me sentí enferma – ¿por qué?, ¿por qué no hablas con tu esposo?, tal vez es un malentendido. Ella frunció el ceño – los encontré juntos, en nuestra cama, le reclamé y él dijo que quiere irse con ella, mi señora, por favor, evítelo. Miré al hombre de cabello blanco intentando tener una respuesta, pero él permaneció en silencio y yo intenté recordar las palabras de la bruja – a cambio, tendré que tomar lo que más amas. Ella asintió y sonrió – es mi marido, lo he amado desde que nos comprometimos, hace diez años, él es a quien más amo, llévatelo. Muchas veces miré desde la ventana y escuché las palabras de las personas que le pedían favores a la bruja, vi su silueta, sus ojos ennegrecidos, la forma en que su cabello se movía, simulando serpientes y escuché su voz, se sentía como el eco que venía del interior de una tumba, pero esa noche, vi el rostro de la mujer que suplicaba de rodillas y lo que vi, fue felicidad, satisfacción, júbilo. Su esposo moriría, la amante tendría la piel podrida y ella estaba feliz por eso. En silencio, me pregunté sí esa fue la misma expresión que tenía mi madre esa noche, al saber que podía tener el hijo que tanto deseaba, intercambiándolo por su hija menos querida. – ¿De verdad es lo que quiere? – Sí, mi señora, se lo pido por piedad, cumpla mi deseo. No puedo – retírelo, no diga que quiere eso, por favor – me lancé al suelo – usted está mintiendo, su esposo no es lo que más ama, es a usted misma, sí dice que lo acepta, usted morirá, ni la amante de su esposo ni él se verán afectados porque quien pidió el deseo… No terminé la frase, su alma abandonó su cuerpo, flotó en el aire y avanzó hacia la rosa en las manos del hombre de cabello blanco y mientras, el cuerpo fue reclamado por las raíces de los árboles y se hundió en la tierra. – ¿Por qué?, ¿por qué lo hiciste? – Alguien tenía que hacerlo – respondió él y me entregó la rosa – completa el trabajo. – Hazlo tú, no necesitas una bruja – empujé la rosa hacia él y salí corriendo, llegué a dónde la tierra se comía el cuerpo de esa mujer, me desvíe para no pisarlo, toqué la línea blanca que cubría la cabaña en una perfecta circunferencia y caí de espaldas al suelo. En mis sueños, el árbol de la vida abrió sus fauces, el demonio se liberó y quemó todo, el bosque, las praderas, los campos de cultivo y las casas. Nada quedó después de que esa criatura se despertó y para evitarlo, yo debía regresar y entregarle la rosa. Me despertó algo suave junto a mi mejilla – Iker. Regresé a la cabaña, tomé mi canasta para meter la rosa, la cubrí con una servilleta y caminé despacio hasta llegar al árbol. Esa cosa, que ya no me parecía hermosa, sino abominable, se alimentó de la rosa, las luces brillaron y el proceso se completó. Sobre una de las ramas, un búho agitó sus alas y bajó al suelo para verme, supuse que era un mensaje o una advertencia y di la vuelta, pero el búho me siguió y se paró junto a la puerta de la cabaña. Esa noche, escuché ruidos durante un largo tiempo y me quedé dormida con Iker en mis brazos. Los años pasaron. Cada mes, sin falta, alguien aparecía y pedía un deseo. El hombre de cabello blanco me confesó que hay un hechizo en la cabaña, mientras yo esté adentro del territorio, trazado con la forma de un gran círculo, y las personas que piden sus deseos estén dentro, yo podré ver sus verdaderos rostros. Muchos mentían, como el soldado que pidió riquezas para su familia y a cambio, ofreció el alma de su madre a quien había amado toda la vida, pero, en realidad, quería a su madre muerta porque ella no le permitía casarse con quien él amaba. Pero, otros, decían la verdad. Una noche, un hombre me contó que había perdido a su hijo y que tenía muy en claro que él estaba muerto, la esperanza lo había abandonado y todo lo que quería, era saber en dónde estaban sus restos, a cambio, ofreció lo único que tenía, su vida. Acepté el trato, esperé a que volviera, con el consuelo de saber en dónde estaba su hijo y entregué la rosa al árbol, pero fue rechazada y voló por el aire con la forma de una paloma. Cierta noche, una mujer se presentó llorando, su deseo era vengarse y su vida era el pago, cuando me contó lo que el hombre de quien quería vengarse le hizo, sentí rabia, asco e impotencia, no entendí por qué había personas tan malvadas y por qué, para lograr su justicia, las víctimas debían sacrificar sus vidas. En el árbol de la vida, dije algo que debí haber dicho mucho tiempo atrás – lo lamento. Juzgué mal a la bruja, la consideré un monstruo y no entendí su papel en el juego de la vida, mi papel. Soy la bruja a quien todos temen, con una juventud detenida en el tiempo, ojos ennegrecidos que miran la maldad que las personas ocultan en sus corazones, cabello que se mueve por la rabia y una voz que no admite piedad, para quienes mienten. Es la clase de criatura en la que me he convertido, y no soy la única. Con el tiempo, entendí que Iker, mi conejo blanco, no era normal, los conejos viven en promedio nueve años, él, lleva conmigo veinte, y no es el único, venados, búhos, todos ellos viven grandes cantidades de tiempo y no actúan como bestias normales. Como el búho. – Neón, ¡lo hiciste otra vez! Ese maldito búho sigue trayéndome ratones, no sé qué espera que haga con ellos y me molesta tener que levantarlos de la cola para lanzarlos a la basura, lo perdono, porque también trae fruta. Mi vida, se volvió esta copia barata de la bruja. – Algún día, alguien traerá a su hija y la ofrecerá como sacrificio, ¿así es cómo funciona? – no sé a quién le estoy preguntando, el hombre de cabello blanco no ha vuelto a buscarme, solo somos nosotros tres, Iker, Neón y yo. – Hola. Y aquí vamos, otro incauto – dime, ¿cuál es tu deseo? – su apariencia es un poco sobresaliente, está bien vestido, no parece que le haga falta dinero, tampoco salud y su rostro no está distorsionado, tengo curiosidad, ¡cuál será su deseo!, ¿a quién querrá matar? – Vaya, ¡de verdad existes! ¿Eh? – Pensé que eras un invento, eres real, ¡qué increíble! Un niño, tan joven y ya desafía a sus mayores entrando al bosque – no me gusta perder el tiempo, dime, ¿cuál es tu deseo? – Sí te lo digo, ¿se hará realidad? – Eso depende de dos cosas, la primera, a cambio de tu deseo debes darme lo que más amas, sí aceptas, pero mientes y me ofreces algo diferente, entonces, tu deseo no se hará realidad – omitamos la parte en que su alma deja su cuerpo, se vuelve parte del árbol y la tierra se alimenta de sus huesos y carne. – ¡Qué difícil!, pero, no puedes cumplir mi deseo, porque ya se cumplió. – ¿Qué significa eso? – Desee conocerte y aquí estás. No está mintiendo. Es un hombre muy extraño. – Sí no tienes otro deseo, vete, estoy esperando a alguien que de verdad tenga un deseo que pedirme. – Suena interesante – se sienta sobre el suelo – me quedaré aquí, esperaré a que esa persona aparezca. Una vez le pregunté a la bruja qué pasaría sí dos personas se juntaban para pedir un deseo, me dijo que eso jamás pasaría, que el bosque no lo permitía, sí llegará a suceder, el bosque torcería los senderos para evitar que esas dos personas se encontrarán y después, priorizaría a aquel con el deseo más fuerte. Una vez que el deseo se complete, la otra persona tendrá que esperar a la siguiente luna llena, es una forma de protegernos y también, de asegurarse de que el siguiente mes, habrá un tributo. No importa que haya cien personas en el bosque, en este mismo segundo intentando llegar a mí, el bosque no las traerá, hasta que este hombre se vaya. – Vete, no lo pediré dos veces, vete. Él sonríe – no quiero. Esto nunca me había pasado – sí no te vas ahora, las raíces de los árboles crecerán y devorarán tu cuerpo. – ¿De verdad?, me gustaría verlo – mira hacia abajo. Mentí, obviamente, las raíces se alimentan de muertos, no tocan a los vivos – sí no te vas ahora…, mi conejo carnívoro, te comerá. No reacciona. – ¿No tienes otra criatura más aterradora?, no te ofendas, pero te vez muy graciosa amenazándome con un conejo. No tengo espejos, y no los necesito, sé exactamente cómo me veo, igual a la bruja, y “graciosa”, no es la palabra que usaría para describirme – vete, o te arrepentirás por el resto de tu vida. Él se levanta – bien, me iré, fue un placer conocerte, ¡bruja! Después de su partida, otra persona llega, pide un deseo y yo cumplo mi parte del proceso para que todo en el bosque, avance como se debe. Es así como se supone que deben transcurrir mis días hasta la noche en que alguien traiga mi reemplazo, entonces, ¿qué tipo de situación es esta? – Hola, mi deseo de esta noche fue volver a verte y ya se cumplió, ¡ah!, ¿qué hacemos ahora?, lo tengo, hace un mes no me presenté, me llamo Erick, y tú, ¿cuál es tu nombre? ¿Por qué? ¿Por qué volvió?
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