El salón del Palacio recibió nuevamente a la invitada especial y ella caminó hacia el hombre de máscara dorada que seguía con ese aire a su alrededor de quien está listo para irse. Su humor era tan malo, que no se sentía cómodo con la mujer que hablaba a su lado. – Es un poder especial – sonrió ella – puedo ver el aura que emiten las personas – agregó mientras pasaba los dedos por el brazo del hombre con la máscara dorada – y tengo el presentimiento de que… Sorpresivamente, fue empujada hacia un costado. La mujer con la máscara de color púrpura no dudó en apartar a su rival y pararse delante del hombre con la máscara dorada, entonces, con un movimiento sutil, extendió su mano. Fue una invitación silenciosa a la pista. La mujer que fue empujada la miró con odio – ¿nadie te enseñó modal

