—¿Ya terminó la hora? —cuestionó sorprendido y mirando el reloj. Negué con la cabeza— Menos mal. Yo aprovecho este horario para comer porque los pacientes están ocupados con sus visitas y es menos probable que haya emergencias. Además estaba agonizando del hambre que tenía. —¿Y por qué estás afuera muriendo de frío? —le pregunté. Era un día muy nublado y la ausencia de sol provocaba sensación de más frío aún. —Me gusta invierno, aprovecho el clima frío a lo máximo —sonrió—. Después llega el calor y me derrito. ¿A vos qué temperatura te gusta más? —El calor. Odio las bajas temperaturas, me abrigo demasiado, parezco un teletubbie y sigo teniendo frío. Así que prefiero derretirme. —No me pareces un teletubbie, es más, creo que te vestís muy bien y estás hermosa —sentí que me sonrojaba