—¿Hola? —dije. —¡Hola Noelia! ¡Tenés que venir ya a la iglesia de San Antonio! Y si es posible con Gastón —dijo Laura casi gritando—. ¡Lo más rápido que puedas! Y cortó. Quedé completamente confundida, pero mientras me preparaba para salir llamé a Gastón para ver si podía pasar a buscarlo. Dijo que iba a estar esperándome y, después de ponerme unas zapatillas y arreglarme un poco para no demostrar que recién me levantaba, salí a buscar al doctor. Toqué bocina y al instante salió y entró al auto. Me saludó con un beso en los labios y sonreí. —¿A dónde vamos? —preguntó cuando volví a arrancar. —Laura me llamó, quiere que vayamos a una iglesia y no sé por qué. —¿Nos harán un casamiento sorpresa? —se rio— Menos mal que me puse ropa formal. —Yo no podría casarme con un jean y una camisa.