Capítulo seis

1925 Palabras
El hombre la tomo entre sus brazos con cariño como si temiera que fuese a romperse, lo que le recordó a quienes eran su familia, el sujeto avanzo en medio de los pasillos a pasos muy lentos, iba totalmente tranquilo y relajado por completo, más la sonrisa que mostraba en su rostro hacia que la pequeña estuviera incomoda e incluso se mantuviera en un estado de alerta. ¿Por qué sonríes de esa manera? ¿Qué es lo que estas tramando? —cuestiono la dama en sus brazos mirando alrededor suyo en busca de alguna pista que le diera respuesta a la sonrisa sospecha en los labios del sujeto. Ese tal Álvaro no le daba buena espina, mucho menos le inspiraba confianza, ni siquiera tranquilidad por la forma en la que sus labios se curvaban cada que sonreía, cada que el hombre lo hacía, Alba sentía un escalofrió recorrerle toda la espina dorsal, de arriba hacia abajo casi haciendo que controlar su temblor fuera totalmente difícil para ella, a medida que se acercaban al salón principal, los pasos de Álvaro disminuían cada vez más, haciéndolo más obvio, lo extraño es que sus acciones parecían apropósito. —¿Por qué disminuyes el ritmo? ¿Qué es lo que has hecho o harás? —se volvió a cuestionar la joven en el interior de su mente sin atreverse a decirlo de viva voz. … *Antes de ir al despacho de Álvaro* El invitado no deseado durante todo el evento estuvo vigilando cada una de las acciones del otro hombre, en cuanto vio que cambiarían de sitio intento seguirlos hacia interior de pasillo, más, sin embargo se vio visto detenido por los guardias que habían sido contratados para el grandioso evento, luego de buen rato también fue testigo de haber visto a dos hombres ir rumbo a otro sitio, no obstante, era totalmente imposible para él pasar por los de seguridad, podría intentar pero de intentarlo por la fuerza la fiesta se vería interrumpida podría causarse un gran alboroto, lo cual no era nada bueno para la reputación de su familia, su padre odiaba los chismes y más si las personas deliberadamente husmeaban en los asuntos de otras personas. ¿Qué rayos es lo que estas haciendo ahora Álvaro? ¿Por qué nunca dejas de causarme problema? ¿Por qué nunca te quedas a un lado y me dejas encargarme de todo? Somos hermanos, como hermanos deberíamos cuidarnos el uno al otro, ¿Por qué te empeñas en querer destruirme? ¿Cómo es que hemos cambiado demasiado? Víctor estaba demasiado seguro que fuera lo que fuera en lo que su hermano se había metido esta vez, no era algo bueno, podría poner en riesgo la investigación de su padre incluso las futuras investigaciones que él ya tenía contemplado con tanta anticipación y esto no lo pondrían nada contento, si algo iba mal no lo dejaría pasar. El prefería evitar todo tipo de disputas, mantenerse en un estado neutral, esto era lo mejor o eso era lo que él creía además intentaba limpiar la mierda de su hermano cada que el terminaba regándola, porque siempre acaba de ese modo, todos sus planes concluían finalmente en el fracaso, sin embargo, Álvaro nunca tomo la neutralidad de Víctor como algo verídico, las dudas sobre su hermano hacían que viera a su hermano como un completo enemigo, aun cuando este quisiera ayudarlo de todo corazón Dicen que: “No hay peor ciego que aquel que no quiere ver la verdad que se encuentra frente a él.” "No importa que tan malo seas, no me interesa que tan cruel seas, como tú hermano tengo la responsabilidad de cuidarte, no puedo dejar que nada malo te suceda, incluso si todos te dan la espalda algún día, no pienso dejarte de lado hermano"—en su mente jamás deja de pensarlo, aun atesora cada uno de los momentos que compartieron juntos, de igual manera piensa que si tan solo él no lo hubiera escuchado ese día, podrían seguir siendo los mismos de antes. En cuanto a Álvaro, este no piensa lo mismo, esta sumido en su deseo, su único propósito con el que ha vivido toda su vida desde que escucho a su padre hablar con la otra persona. … En el momento en que se encuentra a unos cuantos pasos del enorme salón gritos llenos de horror comenzaron a estallar por todos lados, las mujeres sueltan gritos de sorpresa y parecen totalmente estar aterradas, la escena es espantosa, todos se cubren la boca con sus manos y sus ojos se inundaban de lágrimas, hasta en ese momento Alba no sabía la razón de dicho alboroto por parte de la sociedad, no eran solo mujeres quienes actuaban de esa manera, sino también hubo hombres que se encontraban vomitando, luego de haber salido y encontrarse en el inicio del pasillo todo cobro sentido. La razón de tal escena, tales acciones, ahora tenía sentido. En lo más alto de uno de los candelabros de la inmensa casa un hombre se encontraba muerto, se podía ver como el candelabro había atravesado y perforado varias partes de su cuerpo, la sangre caía directamente al ponche, quien sabe desde que hora se encontraba el cuerpo a esa altura, quien sabe quién lo había asesinado y por supuesto no se sabe en qué momento fue colocado ahí, durante el evento mucha de la gente bebió del ponche, del vino, entre cientos de alimentos más, tras haber visto el cuerpo y recordar que había consumido del ponche la repugnancia y la asquerosidad les rebaso a tal punto que no dejaban de vomitar. Alba permaneció en silencio observando hacia el candelabro sin poder creer el giro inesperado que había tenido una fiesta que estaba en medio de un gran apogeo. —Tranquilícense, por favor—una voz fuerte se escuchó en la habitación, uno de los hombres intentaba controlar el alboroto que se estaba armando. Álvaro por supuesto se unió a este—Si, por favor. Guarden silencio—pidió mientras bajaba al suelo a la pequeña Alba y a su vez de manera rápida saco su teléfono e hizo una llamada de emergencia. La joven luego no pudo apartar sus ojos del hombre que la sostenía en ningún solo momento en que este hablaba a través del móvil para cuando este concluyo la llamada, ella miro hacía el candelabro nuevamente, su curiosidad era bastante, tanta que no pudo controlarla y miro hacia arriba, al hacerlo la sorpresa que se llevo fue muy grande, el hombre que se encontraba muerto en el candelabro era alguien que conocía. —Erick...—susurro de forma inaudible que nadie en la sala pudo escucharla, le fue imposible pensar que la muerte hubiera ido específicamente a buscarlo, hacía unos minutos estaban en la misma sala, en el mismo sofá en presencia del mismo sujeto hablando sobre tratos. Cientos de cosas pasaron por su cabeza, pero entre todas estas solo había una que le llamaba la atención más que todo lo demás y este era el hecho de que Álvaro adrede camino más lento en cuanto faltaba aproximadamente la mitad del pasillo, era como si este supiera que pasaría algo, por eso prefirió moverse lento y ser el último en la escena. Alba de reojo miro al hombre a su lado, por un instante le pareció ver una sonrisa socarrona con complacencia en su rostro, sin embargo, al voltear para verlo de frente esta ya no se encontraba, sus labios se encontraban en una línea recta, mostraba seriedad. —Es una pena—hablo este sin apartar la vista del candelabro, luego la miro por un buen rato—¿No lo crees? Justo cuando le he ascendido ha sucedido le ha pasado esto—menciono con pena dejando que los del salón pudieran escucharlo correctamente. Lo dijo adrede—pensó Alba—estoy segura, este hombre puede ser el asesino. Tenía que haberlo hecho de manera intención, sino porque razón diría eso, claramente busca que crean que están en buenos términos. Una mujer tras haber escuchado el comentario de Álvaro se acercó a este.—¿Lo había ascendido?—cuestiono sorprendida la señora, esta dama conocía al hombre y era consciente de que pese a ser trabajador nunca lo reconocían. Álvaro agito la mano quitando importancia al tema—Si, pero eso no es lo importante. ¿Quién podría tenerle tanto rencor como para asesinarlo? Los ojos de todos los presentes se comenzaron a observar entre ellos. —El asesino aún debe encontrarse en este lugar—grito uno de los hombres que estaba cerca ellos y los había escuchado. —Ninguno puede irse hasta que la policía venga—sentencio con dureza el sujeto, detrás del rostro serio de Álvaro se escondía una sonrisa interna. Por supuesto estoy de acuerdo—respondió tranquilamente Álvaro, desde el principio había buscado una manera de que todo el mundo creyera que la muerte era reciente. ... Aproximadamente media hora después se encontraba la policía junto a los hombres que iban a llevar a cabo la investigación criminalística, eran tres patrullas y el equipo de investigación consistía en 4 expertos. Uno por uno interrogó a todos los invitados, pero fue en vano, ninguno de ellos había observado o escuchado algo, la fiesta era normal, la música alta, el ambiente, todo era bueno. Ninguno de ellos pudo imaginarse que algo así sucedería en un evento de tan alto prestigio. Después de haber parado la música y al ser algo tarde se decidió encender las luces que estaban a lado del candelabro y así fue cuando notaron el espantoso asesinato de aquel hombre. La mujer que venía con ellos les ayudo a bajar el cuerpo del hombre e incluso tomo notas acerca de posibilidades diversas, el cuerpo tenía perforaciones en el epigastrio (sitio en donde se encuentra el estómago) también había perforado el mesogastrio (donde se haya el colon) pero lo más sorprendente era la perforación en una de las aortas, la cual había provocado el colapso del hombre. Tras la investigación minuciosa no pudo encontrarse huellas de un perpetrador, tampoco evidencia de que alguien pudiese haberlo asesinado, sin embargo, hallaron una anormalidad en su cerebro, este estaba ligeramente incrementado de tamaño sin motivo aparente, debido a la falta de pruebas no se podía hacer nada, sería considerado un s******o. —s******o—concluyo la policía, no había manera de que fuera otra cosa, las pruebas eran insuficientes, no se tenía ni una evidencia. La mujer que formaba parte de los investigadores enojada se expresó casi a gritos—¡No estoy de acuerdo!—mientras señalaba el cuerpo sin vida—No creo que haya sido s******o, sin duda fue un asesinato predeterminado. Estoy segura. ¿Asesinato? —mascullo en hombre con molestia evidente en su voz—¿Dónde está la evidencia clave del caso? ¡No hay huellas, no hay sustancias extrañas en el cuerpo! —bofiro enfadado el compañero de la mujer—inclusive es el cuerpo más limpio que hemos examinado en todos los casos de homicidio. Lo que menciono él era cierto, en todos los cuerpos que habían revisado y analizado, este era el más limpio de todos, sin huella alguna, sin ningún solo cabello del perpetrador, sustancia o algo ajeno al muerto, no obstante, tampoco podía decir que era un s******o, puesto que era imposible que él mismo se lastimara la aorta, sin embargo, debido a falta de pruebas, no había mucho que hacer. Así fue como lo cerraron y clasificaron el caso.
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