No siento nada, no soy capaz de sentir el dolor, ya no puedo sentirlo, creo que estoy bien, no, estoy muy bien, no existe nada que no tenga un precio. Él y yo somos conscientes de elllo, estamos sobreviviendo y teniendo la vida que queremos, somos dos personas sufriendo y aprendiendo a pagar el precio de vivir, recuerdo la primera vez que nos vimos, la manera en la que suplico quedarse, acepto cualquier condición por absurda que fue, no tenia a donde ir, somos tan iguales, entre nosotros no hay ninguna mentira. —¿Te duele?—le pregunte mirando le inyectaban parte de mi sangre con otras sustancias, sus muecas incrementaban, sus venas se exaltaban más, lloraba a un lado mio y no podía hacer nada para ayudarle, en silencio mire cuantas dosis le pusieron, finalmente cuando se agotaron, lo dej