David no solo vomito, sus piernas le temblaban tanto que cayó al suelo poco después de esto, intento volver a la cabaña caminando, se irguió varias veces con eso en mente, pero cuando por fin daban un paso sus piernas se sentían de gelatina, lo que hizo que en cada intento se resbalara y cayera al suelo.
No tuvo más remedio que dirigirse a la cabaña gateando, lo que le causo raspones en las rodillas además de dolor en las manos. Respiraba con dificultad mientras iba a la cabaña, la nieve por suerte aliviano esto aun así le dolía todo el cuerpo, pero a pesar de todo aquello empezó a reír, jamás se había sentido tan bien en toda su vida, y fue algo tan simple como correr con todo lo que tenía.
Ya en la cabaña solo se fue a recostar en las pieles donde él dormía y se quedó allí privado de todo movimiento hasta quedarse dormido. Se había olvidado completamente de usar el cristal que Aldren le había dado para que entrene.
—¡¿Pero que mierda es esto?! —grito Aldren despertando a David de golpe.
—¿Qué paso? —respondió David adolorido limpiándose las legañas de la cara.
—La comida que hiciste, de eso hablo, ¿Qué demonios has hecho? —recriminaba Aldren mostrando el plato que tenía en la mano.
—Trate de hacer lo que me dijiste, pero la verdad no creo que me haya salido del todo bien, lo siento —respondió David con la mayor honestidad que pudo, su voz sonaba triste y además cansada., Aldren vio esto y se llevó una mano hacia su frente.
—Mañana lo harás conmigo, pero solo por esa vez —Aldren se volteo y no dijo nada más, no pudo molestarse realmente con David ya que recordó cómo fue la primera vez que cocino, y las veces subsiguientes, esas cosas no eran ni medianamente comestibles, por eso pudo ponerse en su lugar y dejarlo ser, al menos por ese día.
Aldren trato de arreglar el platillo, lo mejoro un poco pero ya no sabía tan bien de todas formas, no le gustaba desperdiciar alimentos por ende se terminó lo que había, volvió a la sala para ver como andaba David y lo vio otra vez dormido babeando y con la boca abierta, el solo hizo una mueca de desagrado y se fue a su habitación sin decir nada.
A la mañana siguiente David se había levantado temprano, todos los músculos que había utilizado estaban adoloridos, se levantó con dificultad antes de que Aldren saliera, este último ya en la sala estaba otra vez con su armadura puesta.
—Señor Aldren ¿de verdad las bestias mágicas se descomponen más rápido? ¿Sabe por qué sucede esto? —David estaba intrigado por ese pedazo de información ya que explicaría como no hay restos de esos animales en el futuro.
—Si, se descomponen por su núcleo mágico, al morir este aún sigue activo y dependiendo de la cantidad hace que se descompongan más rápido o hasta que lo veas desintegrarse poco después de morir —respondió Aldren que al final miro al vacío por unos instantes.
—Pero los humanos y mucho otros animales no tienen esto, ¿Por qué solo esos seres? —David estaba muy interesado en ese tema, le emocionaba conocer más de todo aquello.
—los humanos y otros animales son diferentes, no tenemos un núcleo mágico como tal, mas bien tenemos venas de mana y pequeños pozos de reservas, aunque algunos los tienen enormes, así al morir ese mana se va sin más, en cambio el núcleo de mana es como un corazón que absorbe mana del ambiente no desaparece hasta que no queda nada del cuerpo. Ya es suficiente de esto te enseñare a cocinar para que no vuelvas a preparar esa atrocidad otra vez —respondió Aldren que corto la conversación y jalo a David a la cocina, este lo siguió, pero apoyándose en él.
Aldren le dijo la receta y le dio los ingredientes, David algo nervioso intento preparar lo que le había dicho cometiendo algunos errores, pero estos fueron corregidos de inmediato sin alzar la voz ni corregirlo con violencia. David se sintió muy satisfecho al probar su comida, no era delicioso, pero ya se podía comer diciendo que estaba bueno.
—Se ve que entrenaste duro ayer, pero tienes que aprender a medirte sino te demoraras mas en adquirir la fuerza necesaria ¿usaste el cristal que te di? —Aldren hablaba con mucha seriedad mirando a David directo a los ojos. David entendió que trataba de ser estricto ara que aprenda más rápido.
—No señor, me olvide por completo del cristal —respondió David algo avergonzado metiéndose los labios dentro de su boca, un gesto que hacía cuando se sentía así.
—Pues lo usaras hoy, sácalo —ordeno Aldren con una voz más gruesa, extendiendo su brazo y moviendo las palmas de su mano hacia él.
David así lo hizo, extendiendo su mano mostrando que aún lo tenía. El pequeño cristal comenzó a brillar y de este salió una pequeña llama que se mantenía encendida.
—Tienes que aprender a controlar eso, como te dije antes debes pensar en mantener la energía dentro de ti —dijo Aldren con un tono de voz suave viendo como lo hacía David.
—No… no puedo, no sé cómo hacerlo señor Aldren —en ese preciso instante David se dio cuenta que no fue el arma la que había hecho el incendio en las afueras de la mina, el del poder había sido él todo el tiempo.
—Cierra los ojos, siente como el flujo de energía va de tu cuerpo hacia el cristal, trata de visualizarlo y si no puedes imagínalo —Aldren veía con atención lo que pasaba, sus ojos no eran normales así que si lo intentaba podía ver el flujo de mana de los seres vivos, y en ese momento veía el flujo de David.
—Lo siento señor —dijo David sonriendo mientras mantenía sus ojos cerrados—, puedo sentir como va hacia el cristal.
—Ahora lo que debes hacer es mantener ese flujo dentro de ti, que no se escape al cristal, imagina que el flujo recorre solo tu cuerpo sin salirse —dijo Aldren observando detenidamente como lo hacía, intrigado por su extraño mana y por la gran cantidad de esta además del grosor de sus venas de mana.
Tras una buena cantidad de tiempo la llama disminuyo un poco de su tamaño, pero David no logro que su poder no fluyera de él al cristal, Aldren le ordeno que guardara el objeto para que no se sobre exigiera, no por su mana sino por su concentración.
—Lo lamento señor Aldren no pude lograrlo —dijo David con la cabeza mirando al suelo y los ojos tristes.
—Nadie lo logra a la primera mocoso, por eso se llama entrenamiento, se practica hasta conseguirlo, pero vas avanzando, sigue practicando como te enseñe y cuando lo logres me avisas, así pasamos al siguiente nivel, vuelve a la cabaña y come un poco —Aldren sorpresivamente se vio consolando al chico y poniendo una mano en su cabeza, se sintió raro y luego de aquello solo salió a caminar un rato.
David estaba muy emocionado por lo que acababa de ver y hacer, pero luego recordó lo que había hecho en la mina y esa emoción se derrumbó, estaba conflictuado sobre sí mismo, por un lado tener habilidades especiales era algo increíble, un nuevo mundo se abría para él, pero por otro lado era un poder peligroso que podía dañar a las personas.
—«¿Eso quiere decir que mi poder es el fuego? De la daga salió fuego y del cristal también, ¿me volveré un dragón?» —con este último pensamiento David abrió la boca lanzando su aliento para ver si salía fuego, al darse cuenta de que estaba haciendo tonterías se comenzó a carcajear por esas acciones.
—«Esto tiene que terminar rápido, ¿me estaré ablandando? ¿Cuántos años llevo aquí? ¡mierda mierda mierda! ¡jamás olvidare lo que paso ni a los involucrados! ¡lo van a pagar no importa lo que me cueste!» —esto fue lo que pensó Aldren mientras daba vueltas por el bosque, analizando lo que estaba aconteciendo y sintiéndose frustrado, pero al mismo tiempo sabía que con la llegada de David algo estaba comenzando a cambiar dentro de él.