Aprendiendo a cazar bestias mágicas parte 5

1439 Palabras
Después de comer David volvió a intentar detener lo que hacía el cristal, pero por más que se esforzó no logro detener la llama que salía de esta, estuvo una gran cantidad de tiempo fuera tanto que oscureció, estaba tan abstraído en su entrenamiento que no se dio cuenta, tampoco vio a Aldren en ningún momento, así que decidió entrar a la cabaña a comer algo antes de dormir. Aldren volvió después de que David se durmiera, solo lo vio echado en las pieles y paso de largo. —«Un mocoso impertinente eso es lo que es, le enseñare rápido para que ya no tenga que ver su estúpida expresión de curiosidad» —pensó Aldren mientras iba a su habitación algo mal humorado. La mañana siguiente no fue tan diferente salvo que Aldren pidió a David mostrarle como había entrenado a pesar de que aún seguía con los músculos algo adoloridos, este último comenzó a trotar y luego a correr. Aldren se percató de algo, mientras el corría algo en David se activaba, para ser más precisos siempre estaba activo, pero cuando corría se activaba más, era extraño como si cubriera todo su cuerpo. Cuando Aldren llamo a David diciéndole que parara de correr, este se percató que el mocoso no tenía ni una sola gota de sudor en su cuerpo, David había pensado que esto se debía al frio que hacía en ese lugar, pero Aldren sabía que esto no era normal aun si hacia frio si haces ejercicio con pieles encima hasta cierto punto vas a sudar, esto le hizo reevaluar lo que era David. —Tengo algunas cosas para ti, vas a necesitarlas de momento —dijo Aldren sacando algo de su bolso de cuero. Una espada de madera, una daga de madera, y un arco—. Desde hoy también vas a ir entrenando con estas armas, pero recuerda que el arma más importante es tu cabeza. Casi saltando de alegría David tomo esas armas con rapidez, comenzó a balancear la espada de madera tan pronto la tuvo entre sus manos, pero al ver esto Aldren con la palma abierta golpeo la mano con la que David sostenía la espada haciendo que la soltara. —¡Así no se agarra una espada y mucho menos se balancea de esa forma!, lo que te he dado no es un juguete es una herramienta de entrenamiento, si no vas a tomarte esto con seriedad lo mejor es que te largues —exclamo Aldren irritado mirando con una expresión agresiva a David, este se quedó pasmado un momento, pero se recuperó rápido asintiendo con la cabeza. —Enséñeme a usar estas herramientas por favor, no lo tomare a la ligera otra vez —dijo Daniel alzando la vista y viendo a Aldren con determinación. Aldren saco su extraña espada, sin decir palabra alguna la agarro del mango lentamente mostrando a David como debía tomar su espada de madera, este lo imito como pudo para luego ver detenidamente lo que proseguía. El balanceo que David vio era ligeramente diferente que el que vio uno días antes, era más lento y más firme, trato de imitar los movimientos lo mejor que pudo, pero solo pudo acercarse a ellos, Aldren repitió el proceso varias veces y David lo siguió, al terminar ninguno de los dos estaba sudando, pero el cansancio mental de David era alto. —No necesitas memorizar todo lo que he hecho, solo los principios básicos, si atacas a una bestias no tienes que detenerte hasta que esta esté muerta, no es que vas a hacer un corte y listo, tu espada debe seguir moviéndose siguiendo un flujo de ataques, si esta se corta puede que mueras —Aldren decía cuando al mismo tiempo comenzó a balancear su espada a gran velocidad, de arriba abajo, luego a los lados de forma diagonal moviéndose como peleando con un enemigo invisible, esto fue más cercano a lo que David había visto antes. —Además tus ataques deben tener una intención, ir a por algo o por alguien sino tus ataques serán vacíos, al menos con la espada en una confrontación directa cuando no tienes más opciones no es bueno estar vacío de intención, a menos claro que hayas dominado tu técnica tanto que tu intención sea tan tuya como el vacío de intenciones —David solo entendía parte de lo que Aldren le estaba diciendo, pero lo que si supo es que lo que decía era algo fuera de lo común. Luego de ello Aldren hizo que David tomara un breve descanso, los dos fueron a la cabaña y allí los dos hicieron de comer para que todo saliera más rápido, esta vez no tomaron agua simplemente, Aldren saco una botella que tenía y la puso en la mesa, era vino, este se lo ofreció a David. El vino estaba suave, algo dulce, con un aroma fuerte, combinada con la carne hacía que la comida supiera mucho mejor de lo que realmente era, fue una comida satisfactoria que David no creía hubiera llegado antes de volver a su tiempo. Habiendo comido y descansado prosiguieron con su entrenamiento, pero esta vez pasaron al arco. Aldren hizo que David cargara todas las flechas a cada momento, le mostro como agarrar el arco, como tomar la flecha, donde mirar, que apuntar, tener en cuenta el viento, la caída además de la tensión necesaria para que la flecha vaya como él quiere, y muchos otros detalles. Por alguna razón esto se le dio mucho mejor a David que la espada, a parte de la fuerza necesaria para lanzar las flechas, cosa que se le dificultaba mucho a él aun siendo un arco pequeño, lo demás lo hizo a la primera entendiendo todo con facilidad. Desde luego no hizo tiros perfectos desde el primer intento, pero las flechas ya volaban relativamente bien hacia su objetivo, lo que sorprendió a Aldren ya que fue lo que más tiempo le tomo dominar. La postura del chico cambio cada vez que lanzaba una flecha, mejorando su postura un poco cada vez, su agarre, la forma en la que tensaba, todo avanzaba, hasta que sumergido en lanzar flechas logro que una volara directo a un árbol que se había propuesto dar, no solo eso sino que la flecha dio en el punto exacto que él deseaba dar. —¡Señor Aldren mira logre darle a ese árbol! —exclamo David emocionado por haber logrado darle a un objetivo que él se había propuesto. —Muy bien chico, pero aun te falta que eso pase siempre, además para cazar no tendrás objetivos inmóviles, estos estarán moviéndose, y sobre todo no siempre tendrás una postura estable o favorable, tampoco un lugar que sea bueno para lanzar tus flechas, y sobre todo tienes que aprender a lanzarlo en el mejor momento escondiéndote para dar un ataque sorpresa —Aldren decía esto no para ser malo o desanimarlo sino para que mantuviera los pies en la tierra y siguiera enfocado en mejorar. David solo asintió con la cabeza calculando lo que le faltaba por aprender reprimiendo una tremenda sonrisa en su rostro ya que pensaba que el señor Aldren lo vería a él como poco serio. Como Aldren vio a David no tan cansado decidió enseñarle a usar la daga de madera que tenía, le palmeo un brazo y saco una daga de hueso de un animal que tenía advirtiendo que era el arma que seguía en su entrenamiento. Moviendo la daga muy pegada a su cuerpo con una mano extendida Aldren le mostro una serie de movimientos para que el copiara, pero no solo el movimiento de la daga, él empezó a moverse de un lado para el otro a gran velocidad, David se sorprendía de cómo podía seguir moviéndose así con esa armadura encima de él todo el tiempo. Tratando de imitarlo David hizo casi lo mismo que Aldren, pero en medio de eso sintió que no era la forma adecuada para el de moverse así que lentamente comenzó a agacharse más y agarrar la daga con la punta yendo de su meñique para abajo, tomando del revés la empuñadura. Aldren se percató de esto un poco después y lo dejo ser, al verlo no le pareció ver a un niño practicando con un cuchillo, lo que vio fue a una bestia aprendiendo como moverse y atacar. El pequeño David iba muy pegado al suelo haciendo cortes a enemigos imaginarios, moviéndose rápido, poniendo la daga y su mano frente a su rostro, y con la otra mano extendida a veces tocando el suelo otras solo poniendo distancia entre él y algo invisible.
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