Los Guantes

2630 Palabras
Tras haber ganado la pelea grupal, Rubin reconsidero vender a sus esclavos, sabía ahora con total seguridad que Merida podría ir más alto y elevar aún más su precio, por consiguiente decidido no venderla. Con ella como su tesoro por fin pudo soñar en volver a Haldor, lugar donde nació la casa Luxen, que por mal manejo cayo a Felgar, así planeo ir con los cuatro guerreros que tenía hacia Haldor, contratar un quinto en el camino, el que fuera, con Merida tenía confianza de que sea quien fuera el que acoplaran podrían ganar. Alex, luego de la vergüenza que paso, entreno de forma exhaustiva, aunque siguió usando solo los puños sin armas, trato de usarlas al inicio, pero él y Warren se dieron cuenta que no servía para las armas. Su agarre no era bueno, cada vez que trataba de cortar algo no podía, aun con la lanza no podía usar la distancia de forma apropiada, y aunque entrenara duro para dominar alguna de las armas que tenían el tiempo no estaba de su lado. —Primero corregiremos tu ataque, no deberías ir directo hacia el oponente, lo que debes hacer es usar tu velocidad para sorprender a los adversarios, ya que no llevas nada de peso eso hace que tengas más movilidad, y en consecuencias puedas apoyar a los demás si es necesario, o atraer la atención de ciertos objetivos y aguantar hasta que lleguen los refuerzos —le dijo Warren a Alex, con pocas esperanzas de que aprenda rápido estos consejos. —Al pelear, busca un hueco para atacar, si lo encuentras debes ir con toda tu fuerza, ser preciso, golpear y luego huir, quedarte peleando lo único que hace es aumentar las posibilidades de que te maten, muévete todo lo que puedas. Para golpear con todo el poder que Alex pudiera tener, Warren le enseño como mover cada parte de su cuerpo en unisón, para concentrar su fuerza en un solo punto, con solo eso, logro comprender y mejora de manera radical. Luego de que Warren explicara esos consejos, y de que vendaran las manos de Alex, empezaron a entrenar, Warren sabía que su físico no iba a cambiar de la noche a la mañana, y la siguiente pelea seria en una semana o máximo dos, así que se concentró en que Alex tuviera experiencia de combate, le hizo pelear con todos menos con Merida, ya que creía que no podría aprender nada perdiendo en menos de un segundo. Después cuando Alex al fin logro golpear a Warren, este, aunque estaba con mallas, se quedó inmóvil, hasta podría asegurar que le recorrió electricidad en todo su cuerpo que lo dejo inmóvil por unos segundos, en una pelea esos segundos significaban muerte. Con esto Warren estuvo sorprendido y satisfecho con lo enseñado, y por fin considero a Alex un luchador. Pero para Alex no fue suficiente, quiso probar cuán lejos estaba de Merida, así que fue a retarla a una pelea, ella ni uso su espada, solo un palo que simulaba una espada de entrenamiento, y lo derroto con gran facilidad. A Alex aun le faltaba mucha velocidad para igualar a esa chica, además no pudo encontrar un hueco, y eso era sorprendente, ya que casi ni se movió, Merida solo uso ese palo en el entrenamiento, porque en la lucha usaba solo su espada larga de un solo filo, esa espada era una muy diferente de las normales que vio en las fosas, esto causo curiosidad en Alex, se acercó a Piter y pregunto sobre Merida. —Hey, Piter, ¿Quién es en realidad Merida? —preguntaba Alex de forma casual tratando de esconder su interés, pero Piter se dio cuenta al instante de lo que pasaba y se empezó a reír d ella situación. —Nadie sabe, Rubin la compro a bajo precio, nadie la quería, se veía débil, fue encontrada cerca de la cordillera azul al borde de Felgar, parece que huía de la parte oeste de las montañas, lugar inexplorado por el lado este, ósea nosotros. —¿Por qué es inexplorado? —Lo es ya que el frio y la altura hace muy difícil pasar a través, y la única forma de bordear las montañas era por Tersan, que por si no lo sabias es un lugar protegido por el gran sacerdote Samuel, ¿lo conoces? —Ni idea, ¿es del luzismo? —Al menos algo sabes —dijo Piter encogiéndose de hombros molestando a Alex—, pues si es del luzismo. —¿No podrían ir por el otro extremo? —No, ya que por eso lado está la selva de Lurden, y me adelanto en decirte que tiene a las tribus salvajes, son una gran molestia y Trunkmal no ha podido hacer mucho contra ellos, así que ellos aún no han podido bordear para llegar al otro lado de esa cordillera, aun con esas esta chica llego del oeste por las montañas, nadie sabe cómo, y al parecer estaba muy débil, así que cuando los bandidos la encontraron fue fácil capturarla. —Con que así fue como llego a ser esclava, no me lo imaginaba. —Si, lo único que llevaba eran ropas rasgadas y esa espada con la que pelea, los bandidos quisieron vender aparte la espada, pero Rubin que colecciona cosas le intereso esa espada y la compro, fue de mucha suerte ya que ella pelea solo con esa espada en las fosas de aquí, y es muy buena usando esa cosa. —¿Cómo pudo pelear con la espada si Rubin la había comprado para él? —Porque Merida logro convencer a Rubin de que le de esa espada para poder sobrevivir, Rubin  es un curioso así que apoyo el pedido de Merida, bueno además de que estaba desesperado por ganar y haría cualquier cosa para ello, luego de que ella venciera Rubin le dio más libertad por la confianza que tenía en ella, además cualquier esclavo escapista es perseguido por todos los guardias y oficiales de la ciudad. —Pero ella es muy fuerte, ¿no hay forma de que escape? —Por muy fuerte que sea uno siempre terminan agarrándolos, y sobre todo se ve que solo quiere pelear, más allá de eso nadie sabe más de ella, porque por más que yo haya preguntado o los demás nunca dijo nada —le dijo Piter a Alex sonriente como siempre. Esto hizo pensar a Alex, según el mapa que recordaba, en la parte oeste de las montañas, se encontraba varias naciones donde en la época en la que se encontraba estaban más avanzados que los de allí en cuestión militar, con una cultura diferente, ahí existían espadachines extraordinarios, y herreros muy hábiles, había personas como Merida, de baja estatura y de ojos rasgados, aunque también había de todo. —¡Hey, Alex, vamos a practicar! —grito Riko a Alex moviendo el brazo para que se acercara. —¡De acuerdo Riko, ve en serio! —dijo Alex a Riko realizando una venia. Cuando la batalla empezó, Alex uso sus piernas para esquivar a Riko, que llevaba un escudo y una masa, moviéndose en círculos alrededor de él, esto desespero a Riko que hizo que golpeara más de lo debido, Alex esperaba el momento oportuno, se mantuvo del lado de la masa de práctica, dando vueltas por ese lado, que aunque pareciera peligroso, si hubiera estado del lado del escudo Riko lo hubiera acorralado o golpeado con el escudo y le habría ganado. Cuando de pronto Riko lanzo un golpe descuidado por el cansancio, Alex vio el hueco y ataco con todas sus fuerzas logrando conectar un uppercut directo en las costillas para luego salir rápido a una distancia segura, Riko se retorció de dolor, y se quedó inmóvil por dos segundos. —Ya basta, esta pelea acabo —dijo Warren a los dos, muy sorprendido del desempeño de Alex. —Pero aún no hemos terminado —replico Riko frustrado por no haber podido darle ni un solo golpe a su adversario. —¿Qué no?, el brazo de Alex no va a aguantar mucho golpeando contra mallas o escudos, y si agregamos armaduras estaría aún peor, si seguimos, aunque Alex te derrote, se romperá las manos —dijo Warren a Riko, preocupado por lo que esto significaba. —De momento entrena tu resistencia y aguante, golpeando un tronco de madera —dijo Warren a Alex mostrándole lo que había traído en el campo de entrenamiento. —Buenos días a todos, hoy les vengo a decir unas noticias, dentro de poco tendremos nuestra última pelea en Felgar, luego de eso iremos a Haldor a participar en el gran coliseo, no más fosas de lucha, iremos a las arenas de pelea, tengo confianza de que nosotros ganaremos la competencia divina —dijo el flaco alto Rubin con una sonrisa en el rostro a todos los presentes. —Disculpe señor, no creo que estemos listos, las casas de lucha de Haldor ya son difíciles, pero con la competencia vendrán de todos lados, lo mejor de lo mejor, los de Garna tienen esclavos de las tribus, grandes luchadores, también aquí en Felgar, la casa Maxin irá a pelear, y tienen excelentes luchadores del desierto rojo, y en las ciudades centrales hay varios luchadores con armas rúnicas señor, creo que sería prudente estar aquí y ganar más experiencia, en cinco años podremos intentarlo otra vez —decía Warren a Rubin bastante preocupado por las ya conocidas decisiones nefastas de su señor. —Tonterías Warren, con Merida lo lograremos, además, si ganamos podrían liberar a mis esclavos por grandes cantidades de dinero, como tenemos cuatro de momento, solo tendremos peleas individuales, espero lo mejor de ustedes —dijo Rubin con una sonrisa desencajada a Warren. —Señor, disculpe, pero ¿Qué es eso que lleva en sus manos? —dijo Alex con algo de dificultad en ser formal a Rubin viendo unos guantes que él llevaba. —Estos son guantes que compré en una villa, dijeron que era mágico, pero nunca pude hacer funcionar esta cosa, aunque es bastante bonito así que lo uso de vez en cuando, ¿Por qué la pregunta? —dijo Rubin a Alex, que no le molestaba en absoluto que su esclavo le trate así, ya que él siempre se llevó bien con ellos. —Será algo atrevido, pero ¿me lo prestaría? —dijo Alex a Rubin, este último estaba extrañado. —¿Para qué lo quieres muchacho? —Podría proteger mis manos de los golpes que lance, y si es así, podría lanzar muchos más golpes que ahora —dijo Alex a Rubin, que no entendía que decía Alex. —Usar esos guantes llevaría a que pueda ser un mejor luchador señor. —Tal vez te lo de, pero de momento será mejor que sigas entrenando —dijo Rubin a Alex, saliendo del campo. —No te preocupes Alex, si tienes algún problema le diré que te lo preste, hará cualquier cosa por ganar, aun si es dar algo que le gusta —le dijo Warren a Alex para que se calme. Luego de esto siguieron entrenando, Alex mejoraba mucho, a la única persona que no podía golpear era a Merida, que no hablaba con nadie. Los días pasaron y luego de una semana y dos días, se anunciaron las peleas que tendrían la casa Luxen ese día, como Rubin solo se inscribió en peleas individuales, las peleas serian aleatorias, solo las peleas grupales eran concertadas por las casas, las peleas individuales eran al azar. Para mala suerte de Alex, le toco con el nuevo campeón, Cracio, que había derrotado al antiguo en el anterior evento de forma cruel y sangrienta. Aunque en realidad, ese encuentro fue arreglado, vieron la pelea de la casa Luxen y el mal desempeño de Alex, así que pensaron que sería fácil de vencer, y como ya habían decidido que para la primera pelea del campeón debían hacer que la reputación de Cracio subiera con una pelea sencilla, la opción perfecta parecía ser Alex. Esto disgusto a Rubin, ya que era la primera pelea individual de Alex, discutió esto, pero era una batalla perdida ya que como las peleas eran “aleatorias” no se podía discutir lo que salida. —Señor, creo que debería darle los guantes a Alex, cualquier cosa podría servirle para sobrevivir a Cracio —le dijo Warren a Rubin, preocupado por Alex, que quería darle hasta la ayuda más banal, aunque pensaba que de todas formas moriría. —Está bien, dale estos al chico, necesitara lo que sea si piensa vencer a Cracio —dijo Rubin a Warren, renegando por entregar su objeto. Warren fue al cuarto de espera de los esclavos, busco a Alex, las peleas estaban a punto de comenzar, cuando lo vio. —Alex, ten esto, es lo que querías ¿no? —dijo Warren a Alex jadeando ya que corrió para buscarlo. —¡Gracias Warren!, esto era lo que necesitaba —respondió Alex a Warren, contento por lo que tenía. —Alex no debes subestimar a tu enemigo, es fuerte, usa una gran espada, y una armadura, si hay alguien que sea tu opuesto en la lucha es el. —Lo tendré en cuenta —dijo Alex a Warren con mirada seria. Alex no volvería a subestimar a un contrincante, eso casi le quita la vida en la anterior lucha, esta vez iría con cuidado, tomando su distancia, y usaría todo lo aprendido. Habiendo pasado las luchas previas, y después de que todos sus compañeros ganaran sus respectivas peleas, llego la suya, la última pelea, la estelar de ese día, Alex estaba listo, se puso los guantes para iniciar, y al momento de ponerse esos guantes sintió electricidad recorriendo su cuerpo, esta sensación se concentraba en sus manos, era mucha energía eléctrica. Mientras Alex estaba pasando por esto anunciaron su nombre, él se dispuso a salir y mientras lo hacía cada vez sentía más y más electricidad desbordando su cuerpo, y a su vez esta electricidad se acumulaba en sus manos. Mientras sentía esto entro a la fosa de lucha, Cracio fue directo a por su contrincante sin esperar absolutamente nada, Alex reacciono más rápido de lo normal moviéndose deprisa, además Cracio con esa armadura era lento, Alex lo veía como una tortuga. Mientras se movía Alex de percato de los huecos en la postura de su contrincante, se dispuso a atacar aun contra la armadura, se movió extremadamente rápido hacia Cracio, y al lanzar su puñetazo un destello salió de sus manos, Cracio movió su gran espada a una vertiginosa velocidad aumentada por las runas que tenía esta, una velocidad inhumana. La espada topo con la mano de Alex a penas un poco, pero por una descarga eléctrica esta se rompió, aun con esas logro desviar un poco el golpe, Alex siguió de largo su ataque, pero por el desvió su puño solo roso un costado de Cracio. Paso un segundo de ese ataque y el resultado fue que Cracio estaba tendido en el suelo, Alex había ganado de un solo golpe y sus guantes irradiaban pequeños destellos fluctuantes, era electricidad pura lo que salía de los guantes, Cracio seguía con vida pero se había desmayado, el costado de la armadura que Alex había rozado estaba por completo derretido, incluso parte de la carne dentro estaba quemada a tal punto que se le veía en carne viva, los espectadores se quedaron mudos, y luego todos gritaban el nombre de Alex. En ese preciso momento se declaró a Alex nuevo campeón de las fosas de lucha en Felgar, al salir de la fosa Alex vio que lo estaban esperando sus compañeros, menos Merida, pero al llegar al umbral de la sala de espera él se desmayó.
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