La nevada caía con más intensidad mientras David subía hacia la cima de la montaña huyendo de la base de la mina, la nevada nublaba casi por completo su visión, sus pies entraban en la nieve hasta casi llegar a las rodillas.
Le incomodaba estar desnudo mientras avanzaba, también le incomodaba el hecho de que no sabía a donde ir, solo seguía avanzando alejándose de los malos recuerdos mientras sostenía la daga que había robado, está aún seguía en llamas no muy potentes que hacían derretir la nieve que caía en ella.
A David le extraño a sobremanera que desnudo y en nevada no estuviera muriéndose de frio, sentía el frio o al menos parte de este frio, pero no era incomodo ni tampoco le causaba malestar, ya había pensado que la daga era la responsable, pero no sabía cómo actuaba o que lo activaba.
Sumido en su desesperante situación y por la nevada que nublaba la visión que tenía no pudo ver ni percatarse de la bestia que se acercaba a él guiado por las llamas que su daga emitía, como abeja hacia la miel.
Una bola negra fétida cayó cerca de David asustando al chico a sobremanera, volteo a ver hacia la dirección de la que provenía el proyectil que había fallado en darle, y vio a la bestia que había lanzado esa cosa negra.
Esta era muy grande con pelaje pardo, alrededor de sus ojos había un pelaje blanco, esos ojos eran muy grandes y gracias a ellos pudo ver el color de estos, eran verdes, brillaban fluctuando como rayo radioactivo, una melena en su cuello y cerca de su cabeza frondosa mostrando su cara, su hocico era pequeño pero sus colmillos sobresalientes y filosos si eran de gran tamaño, tenía seis patas dos de las cuales parecían manos que salían de la parte superior de su cuerpo, andaba de cuatro patas con enormes garras, no se movía tan rápido en la nieve y además por su enorme tamaño David pensaba que no era muy veloz.
Aun con esas decidido correr a toda velocidad lejos de esa cosa, volteando a ver si lo perseguía, vio como su garganta se inflaba como si de un sapo se tratase y luego escupiendo con una fuerza antinatural lanzo otra de esas esferas negras y fétidas que volaron hacia su dirección, no le dieron pero olían horrible.
Ese hedor le hacía sentirse mal, causándole nauseas y poco a poco perdiendo fuerzas. Con desesperación empujaba la nieve con sus pies, se tropezó y gateo con daga en mano a toda prisa.
Avanzando así entro en un bosque con árboles repletos de nieve, la bestia seguía su rastro de cerca rugiendo y golpeando los árboles que había en el bosque, la respiración de David se agitaba y su corazón palpitaba como caballo desbocado.
—«¿Qué diablos es esa cosa un panda malvado? Jamás vi nada igual y me gustaba el canal de animales, parece algo sacado de los cuentos que solía contarme Grecia, ¿Qué he hecho yo para merecerme esto?» —pensaba David mientras corría y se hacía cortes sin notarlo.
Poco a poco su cuerpo se fue entumeciendo por el efecto del olor de las bombas fétidas que le lanzaba esa bestia, en poco tiempo David solo pudo arrastrase en la nieve aun sosteniendo la daga con las fuerzas que le quedaban.
El panda maligno se aproximó a él con entera confianza en que tendría a su presa hasta que una flecha le cayó en el hombro de improviso haciendo que rugiera de dolor y volteara con extrema brusquedad.
David logro voltear la mirada y vio como un tipo en armadura con múltiples placas negras estaba parado en lo alto de una pendiente en medio de la nevada, llevaba un arco grande con muchas flechas clavadas en el suelo, el panda maligno olvido a David y fue a atacar al cazador.
El cazador ni se inmuto y siguió lanzando flechas desde donde estaba, el panda maligno usando sus manos se protegió de uno, pero los demás le cayeron de lleno. También lanzo esas bolas fétidas al atacante, pero las flechas que el lanzaba eran tan precisas que golpearon los proyectiles antes de que lleguen haciendo explotar su contenido.
Aun con todo ese abrumante ataque de flechas la bestia llego al cazador tratando de luchar con el cuerpo a cuerpo, este antes de que llegue saco una espada extraña y se lanzó a su encuentro con rapidez.
La bestia gigantesca se levantó en dos patas y uso dos de sus tremendas extremidades con garras para atacar al cazador, este último que se había metido en el rango de ataque de la bestia en nada de tiempo de un solo tajo le rebano una de esas patas y luego moviéndose con gran eficiencia balanceo su espada clavándole esa espada en el cuello matando al panda maligno.
Habiendo presenciado la pelea que había pasado con las ultimas fuerzas que le quedaban David no pudo aguantar más y se desmayó, aun sosteniendo la daga flameante.
David abrió los ojos viendo oscuridad, se sobresaltó al ver que estaba en una cueva, pensando que su escape y todo lo que había pasado solo fue una pesadilla, esto hizo que él se levantase de golpe pero al ver la entrada, algo de luz saliendo de ella, así como la nevada que aún seguía en el exterior se tranquilizó un poco, viéndose a sí mismo se dio cuenta que llevaba ropa de pieles y también que había sido cubierto con pieles más grandes para salvaguardarlo del frio.
Al fondo de la cueva estaba la persona que lo había salvado sentado en una silla cerca de una fogata, la luz de la fogata iluminaba gran parte de esa parte de la cueva, en ese lugar vio el cuerpo muerto del panda maligno degollado y abierto, además de otras bestias en el fondo.
—Por fin te has despertado, tuviste suerte de que no aspiraste mucho del veneno del Gou Lao, si lo hubieras hecho aun con tu cantidad de poder mágico no hubieras sobrevivido —dijo el cazador al fondo de la fogata que ni lo estaba viendo mientras cocinaba un pedazo de carne.
—Muchas gracias señor, por salvarme la vida —respondió David moviéndose lento y nervioso hacia la salida de la cueva solo porque no se sentía cómodo cerca del fondo de esta.
—No necesito tus agradecimientos sin valor, es cierto que te salvé, pero solo lo hice por curiosidad, dime mocoso ¿Cómo llegaste aquí desde la isla? ¿te dejaron salir? Seguro escapaste, ¿Dónde está tu dragón? —el cazador hablaba con rudeza sin siquiera mirar a David mientras seguía cociendo su carne en la fogata.
—No entiendo lo que usted me está preguntando señor, no vengo de ninguna isla ni tengo un dragón —replico David nervioso por la forma en la que hablaba su salvador.
El tipo se levanta de su asiento, volteo a verlo y se acercó a él con una mirada asesina, David pudo ver mejor lo que llevaba, no eran placas metálicas de armadura negra lo que lo revestía, eran casi como escamas gruesas puestas unas sobre otras por todo su cuerpo, y el casco que llevaba era casi como un cráneo roto y adaptado para su cabeza con sus escamas pequeñas y dos cuernos que iban hacia atrás.
—No creas que soy un imbécil mocoso, yo también provengo de Algahra, así que deja las idioteces y habla con sinceridad —se paró justo delante de él mirándolo con amargura frunciendo el ceño, el gran tamaño del cazador casi chocaba con el techo de la cueva mientras David era muy pequeño para su edad.
—De de verdad no no entiendo lo lo que usted me está preguntando señor —dijo David retrocediendo y sintiendo la nevada chocar con su espalda.
El cazador ya cerca de David se abalanzo sobre el agarrándolo del cuello con furia.
—¡Te dije que dejaras las idioteces!, ¡dime todo lo que quiero saber maldito mocoso mal agradecido!, se la cantidad de poder mágico que llevas ninguna persona normal a parte de los que vivíamos en Algahra tenía esa cantidad de magia y en especial la tuya es muy grande, es imposible que no seas de Algahra —grito el cazador que había levantado a David con una sola mano desde su cuello asfixiando al chico, los dos salieron de la cueva y hablaban en medio de la nevada con ventiscas heladas.
—No… en…ti… —trato de decir David, pero perdiendo el aliento por la asfixia del cazador que lo lanzo al suelo con fuerza al escuchar la negativa, formo un puño en la mano, pero la llevo a su cabeza, luego respiro y suspiro con fuerza para después ponerse de cuclillas viendo a David con extrema seriedad.
—¿Quién demonios eres mocoso? —dijo el cazador con una rabia tal que hizo temblar a David, este último viendo sus ojos de forma muy clara y su sangre se helo al ver que eran rojos.
—No soy nadie señor, yo solo… estoy perdido… además no creo que crea lo que le diría si se lo cuento —respondió David arrepintiéndose de haber hablado sin pensar por el miedo y el nerviosismo.
—Pruébame —replico el cazador levantándose y entrando a la cueva mientras jalaba a David adentro de esta. Ya dentro los dos espero a que David hablara, el suspiro y luego hablo.
—Fui traído a la fuerza desde el futuro dentro de muchos años, no sé porque ni como pero paso, luego de ello me capturaron volviéndome un esclavo, logre escapar de donde me tenían gracias a unas personas que habían planeado huir desde hace mucho, yo solo tuve suerte, además de eso no se más.
Los dos dejaron de hablar cuando David termino su historia, por un buen rato solo se escucho el sonido de la fogata y las fuerte nevada fuera de la cueva.
El silencio fue roto de forma repentina por una carcajada estridente proveniente del cazador, este se dobló de la risa abriendo la boca como si estuviera loco, palmeando sus piernas y mirando a David con jocosidad.
La carcajada duro varios minutos haciendo sentí a David muy mal por haberse sincerado, pero al mismo tiempo algo aliviado por la reacción no violenta que recibió del cazador.