La Fosa de lucha parte 1

1555 Palabras
Alex era una persona orgullosa y machista, sabía que era bien parecido, se creía muy inteligente y pensaba que los demás eran idiotas, por eso se peleaba muy seguido en la escuela, y no tenía amigos por su actitud, fue por esto que lo que paso en su primer evento en las fosas de lucha de felgar lo marcaron ya que nunca había sido humillado tanto en su vida como lo fue en ese lugar de muerte, pero antes de que eso pasara, justo después de haber sido comprado fue llevado al campo de entrenamiento de la casa Luxen. —«Este larguirucho no tiene tanta gente, solo son cuatro esclavos, y uno es mujer, este lugar es muy pequeño, ya ideare un plan de escape, seguro será fácil, lo siento por los otros, pero si me escapo iré directo a la máquina del tiempo y si es posible regreso a mi tiempo, después de todo yo estoy primero» —pensaba Alex mientras veía el pequeño campo de entrenamiento. —Este será el lugar donde entrenes muchacho, si peleas bien, ganaras beneficios y respeto, si llegas a ser el mejor, tal vez seas liberado por mi, te lo aseguro yo soy alguien de palabra, recuerda, solo si vives, haz lo que sea por sobrevivir, ¡Hey!, ¡Warren!, ¡te traje a otro! —dijo Rubin primero a Alex con una sonrisa en el rostro y luego llamando al entrenador de luchadores, un hombre fornido, calvo, con algunas cicatrices en su rostro, llevaba una armadura ligera y una espada. —Se ve inútil, ¿Por qué me traes inútiles faltando tan poco para la pelea grupal Rubin?, otra vez estas gastando tu oro en vano —decía Warren moviendo la cabeza de lado a lado y resoplando con fuerza. —Necesitábamos uno más y lo sabes, la pelea grupal es de cinco y solo falta un día para la pelea, aprovechando que hoy era la venta anual de esclavos pude conseguir a este, ya que nadie me quería vender esclavos me tuve que conformar con él —decía Rubin mintiendo a Warren sobre la compra de Alex, ya que él lo compro por una corazonada. —El equipo está mejor con cuatro que con un inútil. Dime niño, ¿Sabes pelear? —decía Warren haciendo una mueca y viendo a Alex. —Si se pelear, y lo hago mas que bien, soy excepcional —decía Alex mirando fijamente a los ojos de Warren sin apartar la mirada por un  largo rato. —¿Y cómo peleas?, ¿sabes usar la espada?, ¿la maza?, ¿alguna otra arma?, ¿o peleas solo con los puños niño? —Le decía Warren a Alex con algo de sarcasmo mostrando sus puños lleno de bolas por los callos que había tenido. —He peleado en las calles a puños, y nunca he perdido, hasta me he enfrentado a gente armada y como ves sigo vivo, si que el resultado es obvio —Alex respondió con orgullo a Warren, alzando el pecho y levantando la quijada. —Pues ya veremos si eres bueno o no —decía Warren a Alex, mientras Rubin se iba del lugar contento y moviéndose de lado a lado como si estuviera celebrando una victoria futura. Cuando Rubin por fin deja el lugar Warren libera a Alex, este ve el lugar, y sabe que no podría escapar por los guardias que estaban fuera, pero él pensaba que ya hallaría la manera de huir de ese sitio, así que les seguiría el juego de momento. Warren se puso en posición y ordeno a Alex tomar la suya en el  campo de entrenamiento. —Ahora, atácame con todo lo que tengas niño —ordenaba Warren con mucha confianza en sí mismo. Alex no espera nada y lo ataca, apega sus manos a su cuerpo tratando de adoptar una posición de boxeo, lanza un golpe, dos, tres, pero por más que lo intenta no logra conectar ningún golpe, Warren leía cada uno de sus ataques y lo desviaba con una sola mano, Alex lo vuelve a intentar, lo hace otra vez, una y otra vez, pero ni siquiera logra que Warren se mueva del lugar donde comenzó, Warren lo detiene luego de verlo cansado. —Eres rápido, pero no sabes usar tu cuerpo, además no lanzas patadas en ningún momento, no creo que así puedas hacer mucho, sería mejor que tomes un arma y la uses, en las fosas de luchas se puede usar cualquier arma, hasta las armas rúnicas que solo unos pocos tienen son permitidas, además de cualquier poder o magia que tengan, aunque esto no se ve casi nunca, incluso animales y monstruos entran en esa puta fosa, no hay forma de que un chico normal como tu sobreviva solo con sus puños, si quieres sobrevivir cuanto menos un encuentro es mejor que agarres todo lo que puedas y entrenes hasta ese momento, son pocos los que siendo normales pueden sobrevivir, Merida es una de ellos, aunque no diría que es normal, esa pequeña tiene los sentidos y las habilidades mas extremas que he conocido jamás —le decía Warren a Alex en un tono condescendiente. Alex no creía lo que oía. —«¿Magia?, ¿armas rúnicas?, ¿monstruos? esta gente del pasado y sus supersticiones, ¿quién es Merida?» —Pensó Alex al escuchar estas palabras de Warren mostrando una expresión de incredulidad que Warren leyó pero no dijo nada, solo saco una sonrisa de lado. —No usare un arma, eso me volvería lento, lo que mejor tengo es mi velocidad —decía Alex entre dientes. —¡Oye nuevo!, ¡entrena conmigo! —decía Piter, un joven sin dos dientes y sin cabello que se acercó contento agitando su mano saludando a Alex. —No está listo Piter, no te servirá entrenar con él, mejor ve a entrenar con Merida —le dice Warren a Piter. Al mismo tiempo Piter y Alex le hablaban a Warren. —No se puede entrenar con Merida, me derrota muy rápido —decía Piter haciendo una mueca. —Yo soy lo bastante bueno para entrenar con cualquiera —decía Alex a Warren. —Basta Piter, entonces ve con Lucios, y tú, niño, no me vuelvas a hablar así, tú no tienes mi confianza, si mañana sobrevives tal vez sea más amable, pero de momento eres un desperdicio para mí, has lo que quieras, ya no es mi problema si mueres en la fosa mañana —decía Warren a Piter y a Alex. Warren mando a Piter con Lucios, un viejo que en los entrenamientos de otra casa ya no daba pelea, pero Rubin fue engañado y compro a Lucios por un alto precio, por suerte con su experiencia logro sobrevivir dos peleas, pero ni él sabe cuánto aguantara si sigue peleando. Alex estaba furioso, nunca lo habían menospreciado, pero por su orgullo no entreno, quería demostrarles a esos tontos que podía ganarles a todos sin entrenar, por un momento se olvidó que estaba planeando escaparse, pero la idea volvió a su mente justo después de que lo dejaran solo. —«No es necesario que practique, en la noche me iré y nada importara» —Pensaba Alex, pero las cosas no salieron como el esperaba, por mucho que buscara o analizara no encontraba manera alguna de escapar, además después del entrenamiento les ponían grilletes, una bola de hierro encadenada a sus pies, y los ponían en una celda de escaso tamaño, maloliente, con paredes robustas, y barrotes de hierro inamovibles, no había forma de escape para él, así que no pudo hacer más que dormir en una cama llena de paja que habían dejado en su celda. Al día siguiente muy temprano en la mañana, Warren llamo gritando a todos los esclavos para despertarlos, los saco de sus celdas pero no les quito los grilletes ni las bolas de hierro, ese era el día de la lucha, así que decidió darles una buena comida en el camino hacia las fosas. Alex estaba irritado, no había dormido bien, le picaba toda la espalda, y además la comida “buena” que le habían dado mientras iban caminando por la ciudad sabia a mierda para él, aun así la comió por el hambre que tenía pero le fue difícil. Antes de llegar a las fosas se podía divisar una multitud reunida fuera, a Alex esto le recordó a las contiendas deportivas que había visto antes, lo peor es que la idea de ver a esa sonriendo por la inminente muerte de personas le dio escalofríos y lo hizo sentir un fuerte malestar. Entraron al pequeño edificio de madera que estaba al lado del de los eventos, y bajaron por unas escaleras entrando en esa construcción, ya bien abajo guiaron a los esclavos al cuarto de espera para los luchadores, no tenía mucha luz, era pequeño, olía a sudor, orine, excremento y otras cosas que Alex no pudo ni quiso identificar, también había varias armas en las paredes, por la tenue luz que había Alex se demoró en ver a las personas sin grilletes y con armas en las manos, él se sorprendió de esto. —¿Cómo es que hay personas libres peleando aquí? —pregunto Alex hablando en voz baja para el mismo, pero Piter lo escucho.
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