Daniel Sobre mis manos ya se posaban los jugos de naranja con un poco de licor que tanto le gustaba a Ivy. Suspiré y me di media vuelta con ellos en mi posesión. ¿Por qué la fiesta se había vuelto de esa manera? Caminé, ya dándome por vencido esa noche, por lo menos podría disfrutar un baile con la persona que amaba y además, tal vez hasta la besaba al final de la noche. Seguí dándome paso entre las personas. La música era un tipo electrónica y casi pegando a reggaeton. Sí, ya muchas parejas comenzaban a bailar sexualmente, pegados como si estuvieran fornicando en la pista de baile. Sacudí la cabeza y llevé mis manos hacia adelante. —¿Ivy? Esta misma paro de casi correr y volteó a verme. Parecía tambalearse. —¿Estás borracha? Sabía que era obvio. Es decir, sus ojos estaban un

