Capítulo 8

1437 Palabras

—Señor, tenemos a los empleados que traicionaron la empresa y vendieron información confidencial. Damián, que se encontraba sentado en la silla detrás de su escritorio con la mirada puesta en su computador, alzó la cabeza y le miró con sumo interés. Parecía que tras largas semanas trabajando arduamente se estaban comenzando a ver los resultados.  —¿Estás seguro? —preguntó  —Si, tras la leve sospecha fue interrogado. El hombre se puso demasiado nervioso y terminó confesando y acusó a los empleados involucrados.  —Perfecto —sonrió —tráelos a mi oficina.  El hombre asintió antes de marcharse e ir en busca de los empleados mencionados.  Él sabía de antemano quien estaba detrás de aquello, no había que ser adivino para saberlo. Irina se había declarado su enemiga desde el primer momento e

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