Se acomodaron sus ropas luego de que ella volviera a su sitio, sus respiraciones habían vuelto a la normalidad, lo único que aún le temblaba a Irina eran sus piernas. Sensación que le gustaba porque era una muestra de que se sentía satisfecha. —Creo que está demás preguntar si te cuidas —dijo él encendiendo el auto para ponerlo en marcha rumbo a su departamento. —Si me cuido, no me puedo permitir ese tipo de "accidentes" —dijo haciendo referencia al embarazo. El asintió conforme con su respuesta, se sentía en la misma situación de ella, no estaba dispuesto a convertirse en padre, al menos no aún. Un niño era una responsabilidad que no se tomaba a la ligera. —¿Tomas pastillas? —preguntó curiosamente —No —negó con la cabeza —tengo el DIU Él volvió a asentir y guardó silencio dura