Entraron a una tienda exclusiva, en su interior había mucha ropa femenina y muchas mujeres mirando al hombre que acompañaba a la pelirroja. Damián era un hombre que no pasaba desapercibido al ojo de las mujeres, su belleza y su porte masculino llamaba demasiado la atención. —¿Cómo carajos llegué aquí? —murmuró a medida se adentraba más a la tienda, detestaba acompañar ese tipo de actividades, las mujeres solían demorarse mucho a la hora de elegir una prenda. —Puedes esperarme aquí —dijo ella señalando un sofá, él asintió y fue a sentarse, mientras ella iba en busca de lo que sea que buscaba. Él tomó su móvil para enviarle un texto a su hermana, poniéndose al día con todo, ella volvería la próxima semana a Canadá, cosa que no le convenía a él puesto que Analia sabía cubrirlo muy bie