Las rápidas respiraciones se podían apreciar en el ambiente, los cuerpos sudorosos yacían en la cama uno al lado de otro, sintiendo la satisfacción en sus cuerpos. Ella rió y cómo pudo se puso en pie, las piernas le temblaron un poco haciendo sentir orgulloso al hombre en su cama.
—Me daré una corta ducha, ¿me acompañas? —le tendió su mano con una leve sonrisa, él la miró y no dudó en tomar su mano, se levantó y caminó tras ella hacia el cuarto de baño.
Se ducharon dándose apasionados besos en el proceso, luego se vistieron y salieron de la habitación en busca de su cesta para el picnic.
Durante el camino escucharon música de diferente género e idioma, discutieron un poco, uno decía que la música rusa era más bonita y el otro alegaba que la italiana.
—Deberías ir a conocer Italia, es
