Al regresar a Miami, me encuentro con que uno de mis superiores quiere verme.
Parece que ahora que el juicio se acerca, las pruebas que tenemos no son lo suficientemente contundentes, por lo que me exhorta a cerrar el caso o en su defecto, puedo perder mi cargo.
Decir que estoy desilusionada, es poco, me siento frustrada con las leyes. No han atrapado al representante de Cristian, quién por cierto, sigue en la cárcel. Los motociclistas que hicieron todos los atentados también siguen en la cárcel, pero no han declarado nada en concreto, y por último, el mesero, sigue con su versión de que mató a Kander por venganza.
Esta es una de las primeras veces que me siento decepcionada.
El juicio comienza la próxima semana y no sé qué puedo esperar.
—Chloe —llama Theo mi atención.
—¿Sí?
—Nath
