A la mañana siguiente, tal como quedamos por w******p, Marta estaba desayunando conmigo, tan ligera de ropa como acostumbraba y cuestionándome sobre si amaba a Isabel o solamente la quería para pasar el rato. Intentando evadir sus preguntas estaba, cuando ella llegó. Creo que al saludarla nos quedamos viendo fijamente, porque de inmediato apareció Marta con su voz chillona a interrumpirnos… - Así que tu eres la famosa, Isabel – dijo cruzada de brazos, recostada en una posición sumamente sexy contra el portal de la cocina - - Sí… - dijo ella mirándola confundida, mientras yo miraba a Marta con un gesto amenazante, pues tenía miedo de que se saliera de lo que habíamos conversado - - Tranquila – dijo mordiéndose el labio y caminando hacia nosotros – que a este