Justo como habían acordado habían ido a ver a su médico de cabecera. La sorpresa fue enorme y no solo para Johann sino también también para Sara. Ambos miraban la pequeña pantalla del monitor con asombro, donde se suponía el médico les mostraría a su bebé. — No se alarmen, por favor. Revisaremos bien la ecografía, aunque... — el médico hizo una pequeña pausa y sonrió. — es más que evidente que esas dos bolitas de ahí son dos fetos. — las manos de Sara se movieron instintivamente hasta su estómago, mientras que Johann seguía en shock, cada vez más pálido. — Doctor no puede ser posible... — titubeó Johann, aún sorprendido. El doctor lo miro con gesto serio antes de hablar. — Señor Davidson, una ecografía no suele equivocarse, además creo haber estudiado lo suficiente como para dar un
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