Mateo
No pude distinguir quien estaba con mi hijo cuando celebré el triunfo, pero yo me sentía raro esa noche. No por la cantidad inmensa de anotaciones, sino por mi aptitud en el partido. Me sentía como en mis épocas en la Liga Alemana, cuando ella estaba allí. Y no sabía por qué.
Era raro que Jr. no estuviera en los brazos de mi madre. No solamente porque se llevaban de maravilla, sino porque generalmente no le gusta que lo tomen en brazos quienes no son de la familia.
Carlota – ¡Hijo! (abrazándome con Jr. en brazos) ¡felicitaciones!
Mateo – Mamá… (Besando su mejilla)… ¡mi amor! (alzándolo en brazos mientras sonreía)
Carlota – ¡No sabes cómo celebró tus goles!
Mateo – ¿Si? ¿Estás contento por papá? (besándolo) Jaja oye, mamá… ¿con quién estabas? (intrigado) vi que estaba en braz
