Noah Miller La melodía resuena suavemente, generando un entorno profundamente sereno y placentero. Me encuentro en la barra de un bar que me gusta, un lugar al que acudo cada vez que la vida se torna complicada. Observando mi vaso de brandy casi vacío y los hielos deslizándose. ¿Cómo terminé aquí? Esa pregunta no dejaba de repetirse en mi mente. ¿Cómo permití que esto sucediera? —¿Te sirvo otro? —me pregunta el bartender, interrumpiendo mis pensamientos. Asiento con la cabeza. —¿Te gustaría que te hiciera compañía? —me ofrece una mujer muy atractiva, mientras mis ojos recorren su figura, pero no me provoca ningún interés. —No —respondo, vaciando el último trago de mi vaso. —Stef, déjalo tranquilo —le dice el bartender con tono firme. Ella hace una mueca y se retira. —G