Morgan logró tomar una gran bocanada de aire, y vio como ese oscuro se desvaneció delante de ella dejando detrás de si un suspiro de alivio, sintió mucho miedo y un dolor atroz en todo el cuerpo, miró sus manos y luego miró a sus hijos, se acercó a ellos y de nuevo sintió un escalofrío, sabía que esas criaturas estaban cerca, la estaban buscando, podía sentir su desesperación por encontrarla. Se apresuró a cubrir a sus pequeños y salió de aquel lugar a toda prisa, tenía que encontrar a Sirhan de inmediato, corrió por uno de los pasillos y afortunadamente chocó con Petra, la sujetó de los brazos y se tomó un momento para poder respirar. —Que bueno que te encuentro— dijo sin aliento. —Morgan, ¿Estás bien?, te vez pálida…!Oh cielos! ¿Qué le ocurre a tus manos?—Preguntó Petra mientras la