Alondra nos mira esperando que alguno diga algo, se supone que nadie sabría sobre esto por ahora, al menos hasta que la marea bajara un poco y tuviéramos tiempo para los dos. «Llámenos egoístas, pero lo queríamos así». —¿De forma constante? Desde Cabos verdes —confieso sin más alternativa. La mujer jadea y abre sus ojos de forma desmesurada. —Desgraciados —cuchichea—, ¿cómo nos han ocultado algo así? —A pesar de sus palabras, sé que no está enojada, solo sorprendida por el tiempo que tenemos juntos en clandestinidad. —Tú estuviste con Dylan en secreto por más de un año —le recuerda Luca. —Bueno, no estamos hablando de mí y mi marido en este momento. —Se defiende con descaro y pesar del momento me encuentro sonriendo por la irreverencia de Alondra. —Creo que no es el momento —interven